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Alberto Castro Zawadsky

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Historia cruel

Todo quedó mal hecho y hay que cambiar para llegar a un imaginario mundo perfecto, que se describe y se enseña con candoroso fervor y consagración.

4 de mayo de 2024 Por: Alberto Castro Zawadsky

Es paradójico que quienes se sienten determinados a dejar una huella en la historia, sean quienes más la ignoran. Si se estudia con cuidado la génesis de los horrores que los humanos se han autoinfligido, es fácil concluir que casi todos han surgido de la imaginación y no de condiciones objetivas, como muchos repiten. Si los cuentos que se inventan no son para promover la cooperación, sino para generar odio y estimular la división, lo que termina ocurriendo es destrucción y muerte.

Ha sido una constante histórica la aparición de relatos con variantes alrededor de una realidad infernal, una sociedad injusta con miles muriendo de hambre y enfermedad, un pueblo sin acceso a educación y oportunidades y la ambición por el bienestar material destruyendo el planeta y llevando al apocalipsis.

Los jóvenes que comienzan a descubrir el mundo se fascinan y conmueven con las historias de horror y poco les importa que la evolución de las estadísticas muestran todos los indicadores negativos disminuyendo y los positivos mejorando. Pocos se detienen a ver su propia realidad, que suele ser en muchos casos bastante más sabrosa que la que les han pintado.

Se impone el poder de la repetición de mentiras y la cuidadosa selección de lo negativo, va quedando grabada en mentes susceptibles con lo que se logra el escenario planeado: todo quedó mal hecho y hay que cambiar para llegar a un imaginario mundo perfecto, que se describe y se enseña con candoroso fervor y consagración.

Una vez se ha trazado el camino de la nueva sociedad idealizada y feliz, se tienen que entender y aceptar los sacrificios. Vienen épocas de disrupción, destrucción, desorganización, desabastecimiento, hambre y sufrimiento. Se hace necesario remover a los herejes. Se fusila, se encarcela, se exilia, porque todo se justifica en el camino hacia el futuro venturoso.

Casi todas las guerras, purgas, exterminios y atrocidades han seguido este mismo guión. Siguen frescos en la memoria los del siglo pasado y fáciles de ver, los presentes. Y todos tienen en común que cuando los ilusos seguidores, comienzan una senda sin fin de penurias, no dejan de preguntarse cómo fue que se creyeron la historia y porque no reaccionaron a tiempo.

“Escapar de la amenaza, duplica el miedo. Enfrentarla, lo reduce a la mitad” (les dice Churchill, a quienes preguntan qué hacer).

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