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La mitad de los caleños viven en conjuntos residenciales

¿Por qué en Cali están dejando de comprar casas en barrios para dormir en conjuntos cerrados? y ¿cuáles son las proyecciones de las autoridades? Las respuestas en este informe.

26 de septiembre de 2016 Por: Redacción de El País

¿Por qué en Cali están dejando de comprar casas en barrios para dormir en conjuntos cerrados? y ¿cuáles son las proyecciones de las autoridades? Las respuestas en este informe.

La cuadra de barrio en la  que un gran porcentaje de los caleños mayores de 30 años creció en su niñez  jugando en la calle, está cambiando.   Hoy,  al menos 1.2 millones de habitantes de la capital del Valle han optado por vivir en una de las 3.500 unidades residenciales edificadas en la ciudad.  Lea también: Mercado inmobiliario en Cali tiene mejores perspectivas. Las proyecciones estiman que en  20 años  el 75 %  de la población de Cali vivirá en condominios o unidades residenciales. Desde hace 20 años, el 90 %, de las viviendas que se edifica en la ciudad están bajo el régimen de propiedad horizontal. Estas fueron algunas de las conclusiones del Sexto Congreso de Propiedad Horizontal que se realizó en Cali y donde se dieron cita cerca de 600 administradores de conjuntos residenciales y condominios de todo el país. Carlos Hernando Fonseca, presidente de Fonseca - Sanclemente, uno de los organizadores del evento, explicó que en Cali hay zonas de conjuntos residenciales como la del Valle del Lili en donde  habita la misma cantidad de personas que un pueblo mediano de Colombia.  “Nuestro cálculos dicen que en ese sector viven 300.000 personas, una población aproximada a la de  Palmira. Allí hay dos centros comerciales con un flujo diario promedio de 50.000 personas, eso es una capacidad similar a la del Estadio pascual Guerrero”, explicó.  El ejecutivo añadió que el crecimiento de la ciudad no solo es en el Sur. También se vive en el Oriente y el Norte. “La zona de Centro Empresa (en el Norte)  está altamente poblada por conjuntos residenciales y desde hace 15 años el sector de la Carrera 1 entre calles 52 y 70 crece en este tipo de edificaciones”. Dice que este modelo también está siendo apropiado en poblaciones vecinas a Cali como Jamundí, Palmira y Candelaria. “Cali ya creció en altura y sigue creciendo. Es una realidad, como también lo es que la gran  dificultad es la falta de infraestructura”, dijo  Fonseca. En Cali hay conjuntos residenciales que tienen un valor asegurado entre  los $3.000 millones y los $70.000 millones. Para tener un dimensión de los costos, el bulevar de la Avenida Colombia, una de las últimas grandes obras edificadas en Cali,  terminó costando $70.000 millones. Carlos Fernando Varela, administrador de tres  conjuntos residenciales en el norte de Cali, aseguró que los caleños están prefiriendo más este modelo de vivienda porque se comparten gastos de seguridad, diversión, entre otros.  “En algunas unidades además de la vivienda se tiene un espacie de club privado, con salones sociales, canchas, zonas verdes, gimnasios y piscinas. Los niños tienen más libertad por el tema de la seguridad”, aseguró Varela.  No obstante, no todo es color de rosa. El gran problema de este tipo de viviendas es la intolerancia en la convivencia y lograr que sus habitantes hagan parte de las juntas de copropietarios.   “Hay líos por el ruido, por estacionar el automóvil la línea del parqueadero del vecino. Pero ahora el  factor de más conflicto son las mascotas, se está generando una pasión en sus propietarios como si fueran sus hijos y hay historias muy graves  de consecuencias penales.  Ahora, cualquier problema con la mascota se vuelve un asunto  familiar”, manifestó.  Complementa que ahora la inclinación de los conjuntos es buscar la segmentación de habitantes.  “La tendencia son la unidades residenciales especializadas: para adultos mayores, ejecutivos, familias, estudiantes, solteros.  Hacia allá vamos”,  declaró.   El administrador sostiene que el concepto de vivir en comunidad mutó. “Ya hay dos y hasta tres  generaciones de caleños que han vivido toda su vida en conjuntos. Ellos comparten, por ejemplo, el carro para ir a la universidad en grupos de tres y cinco personas. Hay colegios que envían un solo bus a un conjunto residencial y se llena. Todo ya está muy estratificado”, concluyó. El reto de la convivencia No cumplir con las  cuotas de administración,   generar  ruido y no tener un  cuidado responsable de las  mascotas, son los problemas más frecuentes en los conjuntos residenciales de Cali según María Teresa Rincón,  investigadora de la Escuela de Trabajo Social  de Univalle. ”Los problemas en  Cali  son similares a las unidades residenciales del mundo. En la medida en que la gente vive bajo esta modalidad  se adapta. Hoy  hay un buen numero de niños y jóvenes caleños que se han socializado en conjuntos residenciales y ellos tendrán más facilidad, en su etapa adulta, para vivir en este tipo de espacios. Tienen interiorizado el modelo, la norma y el concepto tomar decisiones colectivas”, dijo. 

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