SEXUALIDAD
Los 11 'mandamientos' de Harvard para una vida sexual plena, según expertos del país
Los once consejos recomendados por la Universidad de Harvard para una vida sexual plena, sobre todo en la edad madura, son analizados y complementados por cinco especialistas colombianos. Tome nota.
La Escuela de Medicina de la prestigiosa Universidad de Harvard, en Estados Unidos, divulgó a principio de esta semana una serie de consejos para tener una vida sexual satisfactoria, especialmente en la edad madura, cuando nuestro cuerpo ha experimentado cambios físicos, hormonales, neurológicos, circulatorios y ya no existe la energía y pasión arrebatada de la juventud, pero sí contamos con más habilidades en la comunicación y tenemos menos inhibiciones.
Son once recomendaciones divulgadas por el centro educativo que advirtió, además, que muchas de estas pueden ser tenidas en cuenta por parejas de todas las edades. El País consultó con cinco profesionales de la salud colombianos, especializados en el tema de la sexualidad para que comentaran y complementaran los consejos compartidos por la universidad de Harvard.
Ellos son: el médico sexólogo Édison Pazmiño; los psicólogos y terapeutas de pareja Luis Eduardo Peña, Chiquinquirá Blandón, Martha Mejía y la fisioterapeuta especialista en rehabilitaicón del piso pélvico Gloria Luz Villa.
1. Ser afectuoso
Para mantener los vínculos emocionales y físicos es recomendable besarse, abrazarse, arruncharse, hacerse cariñitos, halagarse, decirse frases románticas. Piénselo: ¿hace cuánto que no hace esto con su pareja?
Para que esas manifestaciones de afecto se den, advierte el psicólogo y terapeuta de pareja Luis Eduardo Peña, es un prerrequisito tener una buena relación de pareja en la que haya respeto, buena comunicación, cariño, admiración, ese tipo de cosas son esenciales para que las manifestaciones de afecto conlleven a una buena vida sexual.
Es muy difícil tener una buena relación sexual sin una buena relación de pareja, agrega Peña, pues no se puede descontextualizar la sexualidad del contexto general de la relación de pareja.
2. Practicar el contacto físico
La Universidad recomienda a la pareja tocarse el uno al otro mientras cada uno se concentra en sus percepciones y su sensualidad.
De acuerdo con el médico sexólogo Édison Pazmiño tocarse es fundamental. Tanto a nivel individual, privado, como en pareja.
Lo primero que hay que tener en cuenta para una buena salud sexual, opina el también terapeuta y asesor clínico de pareja es autotocarse, autoacariciarse, porque en la medida en que usted se conoce puede enseñar a su cónyuge cómo, dónde, cuánto, a qué velocidad, a qué
presión le gusta la estimulación sexual.
Y además, tocar al otro, sentirse, rozarse, nos lleva a que el vínculo afectivo se fortalezca.
“Esto hace que se fortalezcan los vínculos en la pareja, porque se generan sustancias químicas en el cerebro, neurotransmisores, especialmente la oxitocina, la llamada hormona del amor, que justamente se produce en el momento mismo del contacto erótico-afectivo y más que todo, en el orgasmo, por eso es fundamental la caricia.
El roce, el tacto, hace que se genere un estado de relajación. Ese placer, esa sensación de bienestar que se genera es fundamental a la hora del contacto sexual.
Muchas veces, agrega el psicólogo y terapeuta Luis Eduardo Peña, la pareja restringe el contacto físico a la actividad sexual y cuando uno de los cónyuges no la desea, el contacto físico no lo hay y se pierde una de las fuentes importantes del fortalecimiento de la intimidad relacional y la intimidad sexual.
“El contacto físico ayuda a calmar, a tranquilizar, a tener paz, a encontrar confort en la otra persona, entonces no se debe circunscribir al tema estrictamente sexual porque se está perdiendo un ingrediente importante en la relación de pareja”, opina Peña.
3. Escriba sus fantasías
Este es un buen ejercicio para las parejas con poco deseo sexual, aconseja Harvard. Se trata de experimentar prácticas que se crea, les resulte excitantes a los dos.
Las fantasías sexuales, ilustra el doctor Pazmiño, son representaciones mentales que uno crea por evocación de recuerdos, por sucesos que de pronto han pasado o por cosas que le gustaría a la persona experimentar. Al escribirlas, agrega, se plasma cada una en la hoja de los deseos y esta es importante a la hora de negociarlas con la pareja y poderlas llevar a cabo. Así no se cae en la rutina.
Pazmiño recomienda que cada uno responda a la pregunta: ¿qué quiero hacer sexualmente con mi pareja? Realizar el listado de esas fantasías y negociarlo con el cónyuge. Cada deseo aprobado lo escribirán en un papelito que doblarán y depositarán en un frasco. Cuando quieran cumplir una fantasía sexual sacan un papelillo. Esto se volverá un reto que despertará la expectativa cada semana y que ayudará a mantener la llama de la pasión.
El tema de las fantasías, advierten Pazmiño y Peña, hay que manejarlo con cuidado para no llegar a deseos extremos que a la pareja no le gusten o terminen lastimando al otro o lesionando la relación conyugal.
Tengo la premisa, añade el psicólogo Luis Eduardo Peña, que en el sexo todo es permitido, siempre y cuando ambos miembros de la pareja estén de acuerdo. Pero uno de los miembros de la pareja que fuerza o presiona al otro para hacer realidad una fantasía sexual puede ser bastante peligroso en una relación íntima.
4. Relajarse
Antes de tener una relación sexual practique actividades deportivas o lúdicas, o técnicas de relajación que lo mantengan sosegado.
El doctor Édison Pazmiño aconseja para que la persona se relaje que maneje la respiración abdominal, más que la toráxica, pues permite una mejor oxigenación y ventilación.
Además, conocer técnicas que le permitan identificar los estados de ansiedad y cómo saber controlarlos. Entre los signos y síntomas para identificar los estados de angustia están la taquicardia, la agitación de la respiración, los músculos tensos, la sudoración que puede ser de manos, pies; las manos frías, pies fríos, temblor en el cuerpo. Cuando hay unos estados más altos de ansiedad estos desencadenan vómitos, náusea, palidez, diarrea.
Algunas veces hay ansiedad antes de intimar por el tema del desempeño sexual, por la preocupación de quedar bien.
“El mejor estado para tener un buen desempeño sexual es estar calmado, tranquilo, cómodo y para eso se debe tener un buen nivel de control de la respiración y de la ansiedad”, comenta Pazmiño.
El médico-sexólogo recomienda, además, tener una secuencia de actividad física para bajar los niveles de ansiedad que se tienen en el día a día por el trabajo y el estrés.
“Es mejor terminar el día con una rutina de ejercicios que van a ayudar a la persona a relajarse y a favorecer las relaciones sexuales”, comenta el asesor clínico de pareja.
5. Informarse
Cuando sienta que tiene un problema sexual, compártalo con su pareja, busquen información al respecto con los profesionales de la salud más idóneos o en libros y páginas web creíbles y especializadas.
Hay problemáticas sexuales que se dan en la etapa de la madurez por esta misma condición, comenta la psicóloga y terapeuta de pareja Chiquinquirá Blandón. Las mujeres que están pasando por el proceso de la menopausia tienden a una mayor resequedad vaginal y la relación sexual va a ser un poco dolorosa. Los hombre experimentan más dificultad para tener una erección. Muchos medicamentos que pueden estar tomando van a influir también en el deseo sexual, explica la directora de la Clínica del Amor.
Agrega Blandón que muchas personas se sienten avergonzadas y les da pena socializar lo que están sintiendo porque es aceptar que están envejeciendo, que se están dando transformaciones en su cuerpo, entre ellos, los cambios en la sexualidad. Por eso es fundamental documentarse y que las mujeres y hombres se asesoren con los profesionales idóneos. “Que no tengan miedo de preguntar, por ejemplo, qué posibles efectos puede tener la medicación que están tomando sobre la sexualidad y hablar de sus problemas con la pareja con toda tranquilidad. Deben entender que esto es normal, que hace parte de la vida. No quiere decir que la sexualidad se ha acabado para ellos, pero que sí pueden necesitar ciertas adaptaciones su vida sexual”, concluye Blandón.
Para la psicóloga- sexóloga Martha Mejía, la pareja debe informarse sobre dificultades que uno de sus miembros puede estar afrontando como eyaculación rápida, dolor durante la penetración, resequedad vaginal, problemas de erección, falta de orgasmo, orgasmos rápidos.
Considera Mejía que para tratar estas problemáticas a tiempo se debe practicar una regla de oro: la comunicación. Esta facilita que los dos estén permanentemente informados sobre cómo y qué sienten y cuan preparados están para tener su intimidad.
“La comunicación es fundamental para que abiertamente un miembro de la pareja le haga saber al otro cuan dispuesto está o qué dificultad percibe y de paso involucrarlo, pedirle su apoyo para, los dos juntos, resolver el posible fallo y salir avante. Esto es intimidad y habla muy bien de la vida saludable, armoniosa y plena de la pareja”.
6. Darse tiempo
Cuando se está en la adultez hay que invertir más tiempo en la relación sexual, al igual que para llegar al orgasmo y esto se logra en ambientes tranquilos y sin interrupciones.
No es lo mismo cuando se está joven que con solo mirar a la otra persona o con tener un pensamiento sexual se está listo, ilustra la psicóloga Chiquinquirá Blandón.
“Hay que saber que se necesita un poco más de tiempo. Es diferente la sexualidad basada en la atracción, en el deseo, en la juventud, en la acción, a la sexualidad basada en el erotismo del corazón que es cuando las parejas pueden disfrutar de la sexualidad de mirarse, de acariciarse, de compartir un vino, un café, algo que los vaya induciendo al tema y también, de relajarse con lo del resultado. Lo más importante ahora no es la potencia, la rapidez, el resultado, sino el disfrutar de un beso, de una caricia. Se necesita por tanto mucho tiempo y no presionarse.
Hay que gozar de los juegos previos, de los estímulos mutuos, comenta la psicóloga-sexóloga Martha Mejía, tomarse el tiempo suficiente para el precalentamiento, “porque las mujeres tenemos una respuesta más lenta”. La irrigación sanguínea, en el caso el hombre es más rápida, pero él también necesita su mente en el aquí y el ahora, “de ahí que besos, mordisco, lamer, chupar, succionar, los masajes, las palabras eróticas, susurros, gemidos y jadeos, hace que gradualmente se vaya llegando al preorgasmo y por ende, estén las dos partes dispuestas a disfrutar del coito”.
7. Lubricar
Según la publicación de Harvard, la resequedad vaginal comienza en la etapa previa a la menopausia, pero se puede corregir con líquidos y geles lubricantes.
La lubricación es fundamental no solo para casos puntuales en que haya resequedad vaginal o que haya climaterio temprano o dificultad en la lubrificación, advierte la psicóloga- sexóloga Martha Mejía, sino el lubricante como tal hace parte de los accesorios de la intimidad, como el preservativo.
El lubricante es importante porque no siempre las mujeres tenemos una lubricación abundante por muchos factores y esto causa irritación y molestias, como sentir dolor durante la penetración.
Elija un lubricante adecuado, de preferencia con base en agua que seca menos, aconseja Mejía, pues genera menos irritación y salpullidos y además, porque casi siempre están acordes con el PH de los genitales y es más amable con la piel y la zona íntima femenina. Además, no rompe el preservativo.
Se debe verificar la fecha de vencimiento del lubricante, tenerlo en un lugar seco y no excederse en la cantidad. “Generalmente son pequeñas cantidades para no inhibir la sensibilidad”, explica Mejía.
8. No rendirse
Si después de haber intentado buscar solución a su problema sexual no lo ha conseguido, no se rinda. Busque ayuda profesional de forma oportuna. Reconozca que esto no lo puede manejar solo.
Hay situaciones, por ejemplo, dice el doctor Pazmiño, que vienen desde la infancia, que se vienen arrastrando hasta la edad adulta y que no han sido resueltas. “Y que por más que tú quieras, por más que busques y tengas la persona ideal a tu lado siempre puede existir el trauma y presentarse una disfunción sexual”.
Por eso es importante que vaya al médico para que le haga un diagnóstico adecuado y pueda ayudarlo a mejorar su vida sexual.
9. Usar vibradores
Este tipo de juguetes deben estar en el repertorio íntimo para que quienes los usen aprendan a estimular su cuerpo, identificar las diferentes zonas erógenas que quizá no haya explorado. Eso le permitirá tener diferentes sensaciones en el cuerpo y activar los sentidos que es la parte fundamental de la sensualidad, comenta el doctor Édison Pazmiño.
Sobre su uso en pareja hay que hablarlo y negociarlo previamente antes de introducirlo en la cama, comenta Pazmiño. Y debe quedar claro entre los dos que el vibrador es un juguete, sirve para lo que es: para jugar, para complementar, no es para reemplazar a nadie.
“Hay que abrir la mente para utilizarlos, porque hay una gran variedad de juguetes, de vibradores que pueden ser usados para mantener el juego erótico, el erotismo y no caer en la rutina, que es lo que buscamos”, opina el doctor Pazmiño.
10. Variar posturas sexuales
Variar las posiciones sexuales, dice el estudio, evita la rutina en la intimidad y hace que el sexo se vuelva más interesante. Además, ayuda a superar ciertos problemas que aparecen con el avance de la edad.
Se debe procurar, señala la psicóloga y terapeuta de pareja Chiquinquirá Blandón, posturas que faciliten que el falo penetre con mayor facilidad y profundidad, pues con la edad este se percibe más corto, porque ya no hay potencia en la erección.
También es aconsejable ciertas posiciones que favorezcan el orgasmo de la mujer.
Se debe aclarar, interviene la psicóloga-sexóloga Martha Mejía, que solo un 8 % de las mujeres obtiene el orgasmo en la penetración, mientras el 85 o 90% lo obtiene al friccionar o frotar el clítoris con la raíz del pene o su cuerpo cavernoso.
Para favorecer el orgasmo femenino Mejía sugiere posturas conocidas como La Mecedora, La Amazonas, Misionero Clitoriano, La Silla y la Alineación Coital.
11. Practicar los ejercicios de Kegel
Estos ejercicios sirven para fortalecer el piso pélvico. Practicarlos mejora las condiciones físicas para la vida sexual, dice el estudio.
De acuerdo con la fisioterapeuta Gloria Luz Villa, un ejercicio que se puede hacer para que cualquier persona entienda qué es contraer los músculos del piso pélvico es ir al baño y empezar a hacer una micción y buscar detener el flujo de la orina.
“En ese momento cuando se detiene el chorro estamos haciendo contracción de esa musculatura”. La profesional, especialista en rehabilitación del piso pélvico, advierte que este ejercicio no se debe hacer repetidamente porque puede alterar la fisiología de la micción.
El segundo punto a tener en cuenta es activar las fibras musculares del piso pélvico: hay unas que se contraen rápidamente y otras de manera lenta.
Las fibras rápidas se activan cuando hacemos una contracción y soltamos inmediatamente, explica Villa. “Para activar estas fibras que son importantes en la función sexual lo que podemos realizar a diario – dos o tres veces al día- es hacer una serie de repeticiones de diez contracciones seguidas y una relajación de diez segundos. Es decir, contraer-relajar (esto se hace diez veces) y se descansa diez segundos.
Volver a repetir. Esto se hace durante tres minutos aproximadamente.
Entre tanto, la activación continua de las fibras lentas mejoran el tono a nivel vaginal, lo que va a permitir que durante el coito haya más fricción, y obviamente se va a mejorar el estímulo sexual, comenta Villa.
En estos ejercicios se hace una contracción sostenida de los músculos y debe haber una valoración profesional para saber en qué condición está cada persona para que sepa por cuánto tiempo puede sostener la contracción, advierte Villa. “Hay quienes no alcanzan a contraer los músculos ni dos segundos”.
Si la persona no tiene dificultad en el reconocimiento de sus músculos del piso pélvico y los logra contraer, puede empezar con contracciones sostenidas de tres segundos, se relaja seis segundos y repetir esto durante tres minutos.
Estos ejercicios son simultáneos con los de las fibras rápidas. Hay que comenzar estos ejercicios en posición de cúbito dorsal (acostado) para facilitar la contracción. Y a medida que se avanza en el número e intensidad de las contracciones se puede ir cambiando progresivamente de posición: luego de realizarlas en posición acostada, hacerlas estando sentados y después, de pie.
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