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En promedio, sobre esta importante vía a la altura de Loboguerrero transitan unos dos mil vehículos diarios.

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Vía Mulaló - Loboguerrero: ¿por qué sigue siendo un sueño de 'papel'?

Hasta ahora las obras de la vía no han arrancado, pues el concesionario no cuenta aún con la licencia ambiental. Los gremios reclaman celeridad.

27 de enero de 2019 Por: Redacción de El País

Hace exactamente cuatro años se firmó el contrato para la construcción de la vía Mulaló - Loboguerrero, una carretera completamente nueva que promete acercar más a Cali y el Suroccidente del país con Buenaventura.

Este proyecto ha sido el sueño de muchos vallecaucanos como Germán Jaramillo, actual director de la Fundación Empresarial para el Desarrollo de Yumbo (Fedy), quien por años impulsó, con los gremios de la región, la iniciativa que fue acogida por el Gobierno Santos.

Jaramillo aún tiene la expectativa de poder transitar por esa ruta. Sin embargo, la construcción de la nueva carretera de 31,8 kilómetros (la única de cuarta generación prevista hasta ahora para el Valle del Cauca), no se ha podido iniciar y en este momento la frena la falta de licencia ambiental.

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Ruta de los Vientos - Proyecto Vía Mulaló Loboguerrero

¿Cuál es su importancia?

La vía Mulaló-Loboguerrero, en la que se invertirán $1,6 billones, arranca en la intersección de Mulaló con la carretera Panorama, pasa por Pavas, corregimiento del municipio de La Cumbre, y termina en Loboguerrero.

La importancia estratégica de esta obra, explicó Germán Jaramillo, está en que reduce en 52 kilómetros el tránsito hacia Buenaventura desde Cali y desde el Suroccidente del país, de donde proviene el 40 % de la carga que tiene como destino el puerto sobre el Pacífico. “Muy pocas vías de cuarta generación tienen este impacto directo y no hemos podido sacarla adelante”, afirmó el dirigente gremial.

Normalmente los vehículos de carga que vienen del centro del país toman la ruta Buga-Loboguerrero, pero los que provienen del Suroccidente, incluida Cali, deben tomar la carretera Panorama hasta Mediacanoa y de allí la ruta al puerto. Con la vía de Mulaló los camiones que vienen del sur del país no tendrían la necesidad de llegar hasta Mediacanoa sino que tomarían la nueva ruta directo hasta Loboguerrero.

De allí el llamado de los gremios locales a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, Anla, para que se agilicen los trámites que frenan la licencia ambiental del proyecto, documento clave para que el concesionario del proyecto Nueva Vía al Mar (Covimar) inicie las obras.

“Si la autoridad ambiental tiene requerimientos nuevos que los haga de manera ágil y dé respuesta de la misma forma, cada semana que pasa sin que se resuelva esta situación es un golpe para la construcción y para la competitividad de la región”, explicó Luisa Lopera, directora de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, CCI, en el suroccidente.

Agregó que el concesionario de la carretera “ha hecho todo lo posible para cumplir los tiempos previstos de ejecución del proyecto, pero los procesos legales como las consultas y la obtención de la licencia ambiental se han tomado más tiempo de lo esperado por todos”.

Dos temas han frenado la licencia ambiental. Por un lado la preocupación de una parte de la comunidad de Pavas por el posible impacto de la vía en los acuíferos de la zona y, por otra parte, el ingreso de un tramo de la carretera a un territorio protegido.

Sobre el primer tema Germán Jaramillo considera que en la zona se ha generado más contaminación por el alcantarillado y la deforestación de la ladera, que por lo que pueda impactar la construcción de la carretera. “Estos son los acuíferos más estudiados del país”, destacó.

Sobre el segundo punto, Rubén Darío Materón, director de la Corporación Autónoma Regional del Valle, CVC, explicó que a finales del año pasado Covimar y la Anla presentaron una realineación del trazado de la carretera en un sector, cambio que afecta el Distrito de Conservación del Suelo del Cañón del río Grande.

Por ello, se solicitó a la CVC un proceso de sustracción de área, es decir delimitar una zona y dar permiso al concesionario para hacer las obras planteadas, siguiendo unas exigencias y compromisos de conservación.

“El polígono protegido tiene 10.437 hectáreas, incluye zonas de los municipios de La Cumbre y Dagua, y se haría la sustracción de 32,81 hectáreas. Esto lo tiene que avalar el Consejo Directivo de la CVC que se reunirá este martes”, dijo Materón.

Si esto se aprueba esta semana, los documentos volverán a la Anla, entidad que tendría la información necesaria para tomar la decisión de otorgar o no la licencia ambiental.

¿Qué se ha hecho en 4 años?

Según directivos del concesionario Covimar, desde que este proyecto, denominado “La Ruta de los Vientos”, fue estructurado por la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, se previó que la fase de preconstrucción sería más larga que la de los demás proyectos. “Lo anterior por cuanto se trata de un carretera completamente nueva, sin infraestructura existente, que además requería la necesidad de adelantar procesos de consulta previa con comunidades ubicadas al principio y al final del proyecto”, explicó por escrito a El País el gerente del concesionario Miguel Vargas.

Agregó que adicionalmente los temas ambientales y sociales han requerido una mayor gestión porque ha sido necesario solicitar levantamientos de veda y sustracciones de reserva de tipo nacional y regional, ante distintas entidades. “Todas estas situaciones y la inminente participación de diversos actores han desplazado el inicio de la fase de construcción, lo cual estaba previsto por ser un plazo estimado”.

Por ejemplo, dijo el directivo que se han adelantado las acciones necesarias para implementar las compensaciones ambientales tales como: adquisición de predios en zonas de bosques, áreas de nacimiento, recarga de acuíferos y rondas hídricas; restauración, conservación y protección de cobertura vegetal; apoyo a la gestión de proyectos relacionados con el recurso hídrico y capacitación ambiental. Además de diferentes programas de apoyo a la comunidad en temas de educación y capacitación para el personal vinculado al proyecto y para la población de estos territorios.

La expectativa de Covimar es que la construcción de la nueva vía se inicie al finalizar el primer semestre de este año, siempre y cuando haya sido otorgada para esa fecha la correspondiente licencia ambiental.

“El proyecto es integral, con esto queremos decir que el inicio de la construcción se dará de manera simultánea en los tres municipios que componen el área de influencia: Yumbo, La Cumbre y Dagua”.

Se estima que la construcción de esta carretera tardaría unos cinco años, es decir que para finales del 2023 el Valle y el Suroccidente del país contaría con una nueva salida al mar.

Mulaló- Loboguerrero es una de las 10 vías de cuarta generación que en este momento están en desarrollo en el país. Pero la obra no tiene avances físicos.

La vía Mulaló- Loboguerrero contará con un peaje, cuya ubicación exacta aún no ha sido definida y se pondría en operación cuando la obra concluya.

Reactivan el Observatorio

María Isabel Ulloa, directora de Propacífico, destacó que la carretera Mulaló-Loboguerrero es un proyecto de gran importancia para la región porque “nos dará mayor competitividad en materia de infraestructura frente al potencial que tiene Buenaventura”.

“La expectativa que tenemos es que en este semestre el tema de la licencia ambiental se solucione y se de inicio a esta obra fundamental para la región”.

La ejecutiva informó que dado la necesidad de hacer seguimiento a lo que sucede con los proyectos de infraestructura regional, tanto Propacífico, la Cámara Colombiana de la Infraestructura, la Asociación de Empresarios (Andi) y la Cámara de Comercio decidieron reactivar el Observatorio de la Infraestructura del Valle, con el objetivo de hacer una veeduría más estricta a las obras regionales como la doble calzada a Buenaventura o el tren del Pacífico. “Tenemos que hacer seguimiento de todos estos proyectos claves para el Valle, no solo Mulaló sino otras importantes carreteras, los accesos a Cali, la vía al mar, debemos estar encima para que no haya más tropiezos y su ejecución sea más ágil. Es necesario ser más efectivos con la veedurías para que no tengamos malas experiencias”.

Sobre Covimar

La carretera Mulaló-Loboguerrero está en manos del concesionario Nueva Vía al Mar (Covimar), que es una sociedad integrada por las empresas colombianas Estudios y Proyectos del Sol Episol, que tiene el 60% de participación y Proyectos de Desarrollos Viales del Mar.

El contrato de concesión incluye los diseños, la financiación, construcción, rehabilitación, mejoramiento y operación de la vía hasta el año 2040.

El mayor accionista de Covimar es Corficolombiana, organización que tiene participación en 10 proyectos de infraestructura en todo el país.

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