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ENTRETENIMIENTO

Meghan, la mujer que rompió con los estereotipos de la corona británica

Meghan Markle, la talentosa actriz estadounidense de origen afroamericano que se casará con el príncipe Enrique, hijo de Lady Di y Carlos de Inglaterra. Perfil.

3 de diciembre de 2017 Por: Redacción de El País 
El príncipe Enríque junto a su prometida, la actriz estadounidense Meghan Markle | Foto: EFE

Dicen las malas lenguas que Rachel Meghan Markle cambió a su novio Cory Vitiello, un reconocido chef con quien llevaba dos años de relación, por el príncipe Enrique, quinto en la línea de sucesión al trono británico, nieto de la reina Isabel II y segundo hijo del príncipe Carlos y la princesa Diana, después de Guillermo. Aire fresco llegará a la Casa Real británica.
En una noche que los novios describen como “normal y típica”, en su casa en el Palacio de Kensington, preparaban pollo asado cuando el príncipe Enrique de Inglaterra le propuso matrimonio a su novia.

“Fue una sorpresa increíble. Fue dulce, natural y muy romántico, se puso de rodillas”, cuenta ella. “Ni siquiera me dejó terminar y dijo: ‘¿Ya puedo decir que sí? Luego hubo abrazos y tenía el anillo en mi dedo, entonces le dije: ‘¿Puedo darte el anillo?’. ‘Oh, sí, el anillo’, dijo ella. Fue un momento realmente feliz. Solo nosotros”, describe el ‘Príncipe rebelde’ a la BBC, en la primera entrevista televisiva de la pareja.

Meghan y Enrique se conocieron a mediados de 2016, en un evento promocional de los Invictus Games, competencia deportiva creada por el Príncipe para apoyar a militares heridos en combate, en Canadá, donde reside la actriz debido al rodaje de la serie ‘Suits’, en la que ella interpreta a la sexy y brillante abogada Rachel Zane.

Una amiga en común organizó una cita a ciegas entre ellos el año pasado, en Londres. “Yo no sabía mucho de él”, confiesa Markle. “Lo único que le pregunté a ella fue: ‘¿Es agradable?’ Si no lo es, no tiene sentido”.

Enrique nunca había visto ‘Suits’, pero bastaron dos citas para que se fueran a Botsuana. “Acampamos juntos bajo las estrellas, fue fantástico.
Hablamos de lo que queríamos hacer en el mundo y cuán apasionados estábamos por ver cambios”, cuenta la mujer que en la primavera de 2018 hará parte de la dinastía Windsor.

Meghan, como la mujer moderna que es, proviene de una familia interracial. Su padre es blanco, de ascendencia holandesa e irlandesa, y a su madre Meghan la describe como “cien por ciento negra con rastas y todo” y dice que se siente feliz de ser una “mujer fuerte de raza mixta. Estoy orgullosa de dónde vengo”.

Los más conservadores no la ven con buenos ojos, por ser tres años mayor que el Príncipe, no tener sangre real, ser actriz, tener una familia desestructurada y ser divorciada.

Se casó la primera vez en 2011, en una boda de ensueño en Jamaica, tras 7 años de noviazgo con el productor de cine Trevor Engelson, de quien se separó en 2013. Después se le relacionó con el golfista irlandés Rory Mcllory y con el chef canadiense Cory Vitiello. Según medios europeos, su ex esposo Trevor hará una comedia para Fox de un americano divorciado cuya ex mujer se casa con un príncipe británico.

Y como la fama puede convertirse en pesadilla, el año pasado la actriz fue falsamente vinculada con el portal de pornografía Pornhub, porque una escena de sexo grabada para la serie ‘Suits’, en la que ella interpreta a una atractiva abogada, fue subida a ese sitio. Las imágenes se convirtieron en virales. “La novia del príncipe Harry arrasa en páginas porno”, fue el tipo de titular que usaron algunos medios europeos.

Meghan también fue noticia cuando su hermanastro, Thomas Markle —según Daily Mail—, fue detenido por apuntarle a su novia con una pistola tras una discusión, en Oregón.

En un comunicado oficial del Palacio de Kensington, Enrique, en un gesto de príncipe azul que no había tenido con sus anteriores novias Chelsy Davy y Cressida Bonas, salió en defensa de Meghan, pidió a los medios que dejaran de acosarla —tema delicado, desde que Diana murió perseguida por fotógrafos en un accidente de coche en París- y criticó “el racismo, el sexismo y el acoso” al que ha sido sometida su amada y la familia de esta. Su futura esposa fue señalada de “divorciada ardiente”, la criticaron por no ser rubia como sus antecesoras y la han llamado “vieja”, a sus 36 años, porque es mayor que su novio tres años.

Para la periodista Graciela Torres ‘La Negra Candela’, “Meghan es una valiente porque pese a que la han criticado mucho, no se ha dejado opacar. Otras se habrían intimidado con esa parafernalia de la nobleza que está mandada a recoger, pero ella ha hecho oídos sordos y ha defendido su relación, lo que la hace auténtica e independiente”.
También considera que el Príncipe, “tiene carácter y apertura mental; no le importó lo que ordena el protocolo británico para elegir esposa, lo hizo con base en lo que encaja con su personalidad”.


“Desde que la vi supe que era la indicada”, dice el Príncipe sobre su novia, nacida en Los Ángeles, California, el 4 de agosto de 1981. Ella conoció los platós gracias a Thomas Markle, su padre, director de iluminación en TV, quien la llevaba al set ‘Casados con hijos’, comedia de los años 90; él recibió un Emmy en 1975, cayó en bancarrota en el 2000, pero ganó US$ 750.000 de la lotería y no es amante de mostrarse públicamente.

Meghan adquirió el amor por las causas nobles de Doria Raglanda, su mamá, trabajadora social e instructora de yoga, quien se separó de su padre cuando ella tenía seis años.

Asistió a una escuela primaria privada antes de estudiar en un colegio católico de chicas. Hoy sus biografías la presentan como judía. Se graduó en 2003 de la Escuela de Comunicación de la Northwestern University, en Illinois, donde se especializó en Teatro y Relaciones Internacionales.

Mientras hacía audiciones, para ganarse la vida escribía invitaciones a bodas por su buena caligrafía, la contrató Dolce & Gabanna para hacer la correspondencia de celebridades e hizo pasantías en la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires. No se enorgullece, eso sí, de haber sido modelo del concurso de TV ‘Deal or No Deal’. Un ‘cazatalentos’ la descubrió en una fiesta. En 2002 salió en ‘General Hospital’ y se convirtió en un rostro recurrente de series como ‘Century City’, ‘Cuts’, ‘Love, Inc.’, ‘La guerra en casa’, ‘Sensación de vivir’, ‘Hasta que la muerte nos separe’, ‘El auto fantástico’, ‘CSI: Nueva York’ y ‘CSI: Miami’, ‘Castle’ y ‘Fringe’. Ha participado en las películas ‘Recuérdame’ y ‘Cómo acabar con tu jefe’. Desde 2011 es Rachel Zane en el drama ‘Suits’. Su personaje usa looks de Burberry y Tom Ford y ella diseñó una colección para Reitmans.

Ahora, renunciará a su carrera artística y se centrará en otras causas. Viajó a Afganistán, representó a Naciones Unidas para la Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres y fue consultora de la organización One Young World. De niña hizo cambiar el comercial de un lavaplatos que fomentaba el estereotipo de las mujeres limitadas a oficios domésticos, según le escribió a Hillary Clinton. Apasionada de los viajes, tuvo entre sus destinos recientes a Vietnam, Nueva Zelanda y Croacia. Cerró su blog ‘The Tig’ donde hablaba de comida, moda, viajes y de su rol de embajadora de World Vision Canada con la que viajó a Ruanda en una campaña de agua potable.

Intriga familiar 

Los hermanastros de Meghan Markle parecen ser sus verdugos, pero la mayor de ellos Samantha Grant, hija del primer matrimonio del padre de ambas, se muestra como si anhelara su destrucción. En abril pasado aseguró que estaba enfrascada en la escritura de ‘The diary of princess pushy’s sister’.

Grant, de 52 años, exactriz y modelo, no se molestó en desmentir a los periódicos sensacionalistas ingleses que pusieron en su boca declaraciones tales como que la relación de su hermanastra con el hermano menor de Guillermo responde a un plan ambicioso que Meghan se trazó desde su infancia, y que a ella la dejó de lado cuando le diagnosticaron esclerosis múltiple en 2008, una enfermedad que la tiene en silla de ruedas. Tampoco negó que hubiera declarado que “si la familia real supiese cómo ha tratado Meghan a su familia, quedaría horrorizada.
Que a pesar detener dinero por sus actuaciones, no había ayudado a sus seres queridos que pasaron por dificultades económicas”.

El año pasado Samantha se lanzó lanza en ristre contra su hermanastra en el diario británico The Sun, diciendo que era una “hipócrita”, que abandonó a su familia por hacerse famosa.

En una ocasión Meghan escribió un artículo para una revista estadounidense sobre la pobreza de las mujeres y recibió por ello numerosas felicitaciones de gente desconocida y de su amiga la tenista Serena Williams que tuiteó: “Orgullosa de mi chica Meghan Markle al escribir esta pieza tan inspiradora”. Y su hermanastra tuiteó: “¿Pero qué donó ella para conseguir un cambio real? ¿O simplemente posó para la foto?”.

Sin embargo, el pasado 23 de octubre, en el programa ‘Good Morning Britain’, Samantha Grant respondió una entrevista desde su casa de La Florida. La exmodelo confirmó el proyecto del libro, pero cambió el tono: “Es una especie de cuento que reflejará los hermosos matices de nuestras vidas y del hogar de nuestra familia. Tiene que ver con la evolución interracial de Estados Unidos a través de la lente de mi familia”. Y se refirió esta vez a Meghan como “encantadora, muy animada, fuerte, mundana y educada”.

Amor real 

Los futuros títulos nobiliarios de Meghan Markle dependen de aquellos que le otorgue la reina Isabel II tanto a ella como a Harry cuando se casen en mayo, en la capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, Londres.

Markle no será conocida formalmente como princesa porque no proviene de una familia real. Pero se convertirá en su alteza real princesa de Gales cuando se case con Harry.

Sin embargo, muchos especialistas en realeza creen que la reina convertirá a los recién casados en duque y duquesa de Sussex, uno de los pocos ducados disponibles. En ese caso, Markle será llamada “su alteza real duquesa de Sussex”. “Es incorrecto llamar a una duquesa ‘princesa’ a menos de que ya sea princesa”, dice el historiador real Hugo Vickers. “Pero pueden hacer lo que quieran, no sé si la prensa la llamará princesa Meghan. Espero que no lo abrevien a Princesa Meg”.

La ceremonia -prevista para mayo de 2018- tendrá lugar en la capilla San Jorge del castillo de Windsor, oficiada por Casa Real inglesa. Parte de la monarquía será testigo de la exclusiva fiesta.

Meghan es la segunda divorciada estadounidense que entra en la Casa Real británica después de Wallis Simpson, la esposa de Eduardo VII, el tío-bisabuelo de Enrique que abdicó en 1936 después de 10 meses.

Por su parte, los padres de la novia, Thomas Markle y Doria Raglanda, han expresado su alegría por el enlace a través de un comunicado: “Estamos increíblemente contentos por Meghan y Harry. Nuestra hija siempre fue una persona amable y cariñosa. Verla unida a Enrique, que comparte las mismas cualidades, es una fuente de alegría para nosotros como padres. Les deseamos una vida de felicitad, y estamos muy contentos por su futuro compartido”.

El hermano de Enrique, Guillermo, y su esposa Catalina, duques de Cambridge, que protagonizaron en 2011 la última gran boda real, dieron también su bendición a la novia: “Estamos muy contentos por ellos. Ha sido maravilloso ir conociendo a Meghan y ver lo feliz que son ella y Enrique”.

Para muchos británicos, el enlace será un respiro, dejarán de mortificarse por el Brexit y la Bolsa de Valores y estarán más interesados en ‘Meg’.

Lea también: Los detalles de la romántica pedida de mano del príncipe Enrique a Meghan Markle

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