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Cualquier tipo de violencia contra la mujer puede ser denunciada en la Casa Matria, en la Calle 10 # 9N - 07 en Juanambú. O llamar al 6688250. Para reportar acosos sexuales es en el Ministerio del Trabajo, en la Avenida 3 Norte # 23 AN-02. | Foto: Archivo El País

HOMICIDIO

Si las caleñas son como las flores, ¿por qué las están matando?

Las cifras de violencia contra la mujer están disparadas en la ciudad. ¿Qué hay detrás de este fenómeno alarmante?

12 de noviembre de 2017 Por: Redacción de El País 

Hace una semana, el domingo 5 de noviembre, una joven de 18 años fue apuñalada por un hombre que pretendía robarle su celular en una estación del MÍO, al nororiente de Cali.

Un día antes, el sábado 4, fue hallado el cuerpo sin vida de Isabel Bonilla, 34 años, en un lote del barrio Llano Verde, oriente de la ciudad. La mujer estuvo desaparecida tres días luego de reclamar un giro en el sector de San Fernando. El lunes pasado, 6 de noviembre, a Angélica su pareja la abrazó por la espalda y le propinó una puñalada que le tiene comprometido el hígado. Ella, 21 años, se había separado de él hace pocos días porque cada fin de semana que tomaba, la maltrataba.

Y el miércoles 8 de noviembre, otra mujer, 43 años, llegó al Hospital Universitario del Valle (HUV) con un disparo en una pierna, que le propinó un hombre luego de robarle su celular en una calle del Centro. Ahí también, en una de las áreas del HUV, hace unos días estuvo una menor de 16 años, a quien su novio le cortó el rostro con una navaja. También fue atendida una señora de 50 años con una herida de arma blanca en el pecho que le propinó su esposo.

Por casos como estos, que se han presentado en menos de un mes, y otros más que a diario ocurren en Cali, es que María Dalila Castaño está convocando a un plantón en el CAM el 22 de noviembre a las 10:00 a.m. La idea es decir “basta a la violencia de cualquier tipo contra las mujeres”. “Las agresiones contra nosotras no son solo los feminicidios, también lo son las violaciones, los acosos, los atracos... Nos estamos sintiendo atacadas en Cali de todas las formas, directas e indirectas, porque si soy madre y matan a mi hijo, sufro; si soy abuela y le disparan a mi nieto, sufro. Las mujeres somos la cabeza del hogar”, dice María Dalila. Ella, que en muchas ocasiones se siente observada y perseguida, asegura que la ciudad no solo es insegura para las mujeres y “por eso es que a la protesta los hombres también están invitados”.

*** Una mujer, que funge como fiscal en Cali, dice que para hablar de violencia contra las mujeres hay que empezar hablando de un patriarcado, lo que se traduce en celos y machismo de una sociedad, no solo de la caleña. “¿Qué pasa en muchas casas? La mujer es la que lava los platos, cuida los hijos, plancha. Por eso es que muchos hombres nunca ven a la mujer como su compañera de vida o aliada, sino como un objeto que debe cumplir lo que ellos digan. Con la forma de asesinar o lastimar a una mujer, por ejemplo, los hombres envían un mensaje: eso te pasó por salirte de mi dominio”, explica la fiscal, quien prefiere no dar su nombre. La funcionaria insiste en que las mujeres deben tener en cuenta unas alertas tempranas para detectar si su integridad está en riesgo. A eso, la fiscal le llama “ciclo de violencia”.

Con la fiscal coincide Olga Amparo Sánchez, activista e investigadora de la violencia contra la mujer, en el sentido de que existe una sociedad patriarcal que ve el cuerpo femenino como un objeto. “Existe una cultura donde el cuerpo de ellas es considerado propiedad de los varones. También se ven formas de relacionamiento que se fortalecen y se reproducen a través de la publicidad, la cual recrea un imaginario de que el cuerpo femenino es una mercancía que se compra y se vende”, dice. Claro ejemplo de esto son los relatos de Sara*, Andrea* y Juliana*, que a través de Facebook le contaron a El País tres episodios que vivieron en Cali, donde se sintieron ultrajadas en su integridad como mujeres. “Un amigo me trató de violar. Me resistí y él actuaba como si mi resistencia fuese parte del juego, aunque yo repetía no hagas esto, por favor, no lo hagas. Él no dejaba de decirme que yo era una pu** y que me iba a gustar lo que me iba a hacer. Finalmente le dije haga lo que quiera, pero rápido porque me quiero bañar después de esto.

Solo entonces me soltó y yo corrí lejos. No lo volví a ver”, narra Sara. Al mismo tiempo, en otro mensaje Andrea se desahoga y cuenta lo que le pasó con su anterior esposo. “Todo sucedió porque él me vio con otra persona, nosotros nos dejamos hace dos años. Me hizo un escándalo tirando piedras a mi apartamento, llamé a la Policía, pero no se lo pudieron llevar dizque porque no estaba haciendo nada”, dice la mujer. Y Juliana, un día llegando a su casa en el barrio Villacolombia fue interceptada por un hombre que se asomó por la ventanilla de un taxi y se empezó a acariciar los genitales al tiempo que le gritaba muchas vulgaridades. Todo ocurrió de la estación del MÍO a su casa, a una distancia de dos cuadras.

*** Este año en Cali, donde al parecer ser mujer es un riesgo, según los casos mencionados en este texto, se han registrado 15 feminicidios (asesinato por su condición de género). También 41 tentativas de feminicidio (la mujer sobrevivió a las agresiones de su pareja); 91 mujeres más han sido atendidas por registrar un alto riesgo de ser asesinadas por su compañero sentimental, y 775 más han sido víctimas de algún tipo de violencia en el hogar. Ante esto que está pasando con las mujeres en la ciudad, Ana Carolina Quijano, subsecretaria de Equidad de Género de Cali (leer columna), hace un llamado urgente: “Hay que poner una lupa para reconocer y entender qué está pasando en nuestra sociedad”.

*Nombre cambiado por seguridad.

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