ESTADOS UNIDOS
12 preguntas clave para entender la crisis desatada por el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén
Que Jerusalén se convierta, para EE. UU., en la capital de Israel, podría tener graves repercusiones para la estabilidad en esa región. Abecé sobre un anuncio que genera alerta mundial.
“Es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel”. Desde el pasado miércoles, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronunció esta frase, el mundo no ha quitado los ojos de Israel.
De ahí que sea importante indagar las razones que llevaron al líder de la primera potencia orbital a darle un vuelco al conflicto palestino-israelí y a alterar los ánimos tanto en el Medio Oriente como en Occidente.
¿Por qué el presidente Donald Trump decidió reconocer a Jerusalén como capital de Israel?
Según expertos, la decisión del Presidente estadounidense de reconocer a Jerusalén como capital de Israel no responde tanto a deliberaciones estratégicas sobre la paz en Oriente Próximo como a motivos de política interna y a las presiones de sectores religiosos en la nación norteamericana.
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¿De quiénes vendría esa presión?
El principal grupo de presión pro-israelí de EE. UU. es Aipac, que, por supuesto, elogió la decisión de Trump. Pero el Presidente también, aseguran analistas, buscaba contentar a sus votantes “cristianos evangélicos, que siempre han apoyado a Israel” y a donantes de su campaña como el magnate judío de los casinos Sheldon Adelson, inflexible en su insistencia de que se apoye a Israel y no a los palestinos.
¿Entonces era una promesa electoral?
En efecto, durante la campaña que lo llevó a la Casa Blanca, el magnate prometió que trasladaría a Jerusalén la embajada estadounidense que ahora está en Tel Aviv. Sin embargo, era una aspiración que otros presidentes de ese país como Bill Clinton y George W. Bush también expresaron, pero finalmente abandonaron la idea para no arruinar las perspectivas de paz.
¿Cuántos países reconocen hoy a Jerusalén como capital de Israel?
Desde el pasado miércoles 6 de diciembre Estados Unidos se convirtió en el único país del mundo que reconoce a Jerusalén como capital israelí y en el primero que planea trasladar allí su embajada desde que la ONU instara en 1980 a todos los países a retirar de allí sus misiones diplomáticas. No obstante, este mismo año Rusia había señalado que veía a Jerusalén oeste como la capital de Israel y a Jerusalén oriental como la del futuro Estado palestino.
¿ Por qué Jerusalén está dividida?
En 1948, al final de la guerra árabe-israelí, se trazó una Línea Verde para delimitar las fuerzas combatientes. El área occidental, que estaba habitada principalmente por judíos, quedó bajo hegemonía israelí, mientras que el área oriental, morada sobre todo por palestinos musulmanes y cristianos, quedó bajo control de Jordania. Los árabes que residían en la zona occidental fueron obligados a marchar al este y viceversa, y los judíos que residían en el oriente tuvieron que irse.
¿Y dónde quedaron los lugares sagrados?
Entre 1949 y 1967 Israel controló la parte occidental y Jordania la oriental, que incluye la ciudad vieja de Jerusalén, donde están los importantes sitios sagrados de judíos, musulmanes y cristianos. Pero, recuerda un artículo de la BBC, en 1967, durante la guerra de los Seis Días, Israel capturó la parte oriental de la ciudad y extendió sus límites para colocar a toda Jerusalén bajo su soberanía y su ley civil. En 1980, el Gobierno de ese país aprobó una ley que afirmaba que Jerusalén era “su capital eterna”.
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¿Pero fue reconocida como tal?
Ninguna potencia internacional la reconoció como capital israelí y el derecho internacional consideró ilegal esa ocupación, convirtiéndose el estatus de Jerusalén en un asunto clave en el conflicto con Palestina. Hoy, en la zona oriental viven 300.000 palestinos y en la occidental medio millón de judíos. En esta última están las sedes del Parlamento, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y la Corte Suprema, en tanto que las embajadas internacionales están en Tel Aviv.
¿Ya antes hubo un intento de traslado de la Embajada?
El Congreso estadounidense intentó forzar el traslado de la embajada a Jerusalén en 1995, al aprobar una ley que exige mover a la Ciudad Santa la misión diplomática en Israel, pero le permite a los mandatarios estadounidenses aplazar el traslado si consideran que eso encaja con los “intereses” de EE. UU., un trámite que debe hacerse cada seis meses y que los tres predecesores de Trump completaron regularmente.
¿Y qué propone Trump ahora sobre la división de Jerusalén?
En su discurso del pasado miércoles, Trump no hizo distinciones entre Jerusalén este y oeste. Al contrario, sostuvo que “no está tomando partido sobre ningún asunto de estatus final, incluidos los límites específicos de la soberanía israelí en Jerusalén”, lo que, según un análisis de la BBC, deja abierta la opción de un arreglo eventual en el que un Estado palestino tenga su capital en la parte oriental de Jerusalén.
¿Por qué EE. UU. ya no podrá ser mediador entre palestinos e israelíes?
Desde el comienzo de su mandato el Presidente estadounidense había prometido el “acuerdo final” de paz entre palestinos e israelíes. Sin embargo, los primeros han advertido que, con su última decisión, este demuestra “no ser un intermediario honesto”, lo que lo dejaría por fuera de ese estatus. Trump, a su vez, ha insistido en que su gobierno apoyará “una solución de dos Estados si la acuerdan ambas partes”.
¿Cuál podría ser la estrategia a seguir por parte de Trump?
Para los expertos, es claro que al magnate lo haría muy feliz lograr el acuerdo en Israel que sus antecesores no han podido concretar. Y ha agregado que su decisión es una “táctica para preparar el terreno de las negociaciones”. No obstante, en su declaración el Mandatario de EE. UU. “no ofreció nada a los palestinos y se vio como un respaldo para Israel”, así que tendrá que esforzarse por convencer a los palestinos de que su reclamo sobre Jerusalén oriental “podría seguir en la mesa de cualquier futura negociación”.
¿Qué actitud ha asumido la ONU frente al anuncio de Trump, como ‘vocera’ de la comunidad internacional?
El viernes, la ONU reiteró que el estatus final de Jerusalén debe surgir del diálogo directo entre israelíes y palestinos y advirtió sobre los riesgos que las “acciones unilaterales” pueden implicar para el proceso, además de los “potenciales riesgos de violencia”, lo cual ya comenzó a evidenciarse con el llamado a la tercera Intifada hecha por el movimiento islamista Hamas y a las marchas y protestas registradas en Gaza, Cisjordania y países como Egipto, Jordania, Iraq, Siria, Yemen, Líbano, Baréin, Sudán, Túnez, entre otros.
Reacción de Palestina
El ministro de Exteriores palestino, Riad al Malki, advirtió este sábado en El Cairo de que tras la decisión del presidente Donald Trump, de reconocer Jerusalén como capital de Israel, el país norteamericano se ha convertido en parte del conflicto y ha dejado de ser un mediador para la paz.
“Estados Unidos, con esta decisión, se convierte en una parte del conflicto (entre palestinos e israelíes) y deja de ser un mediador”, dijo Al Malki antes del encuentro con los ministros de Exteriores de la Liga Árabe en la capital egipcia.
En una comparecencia en la embajada palestina en El Cairo, Al Malki subrayó que “no habrá ningún contacto oficial entre ningún responsable palestino y estadounidense” y agregó que se buscará “un nuevo referente internacional para terminar con la ocupación”.
En este sentido, recordó que el presidente palestino, Mahmud Abás anunció que no se reunirá con el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, que visitará la región este mes, como respuesta a la decisión de Trump.
“No habrá ningún encuentro con Pence. Estados Unidos ha cruzado una línea roja que no debería haber cruzado”, declaró el asesor diplomático presidencial Majdi Al Jalidi a la radio Palestina.
A pesar de este cambio en la postura estadounidense, Al Malki insistió en que los palestinos “no se retirarán del proceso de paz aunque Estados Unidos haya confirmado que es un obstáculo”.
Además, declaró que “es el momento de que todos los países reconozcan Palestina como un estado para poder enfrentarse a la agresión israelí”.
Reacciones en el mundo
Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí: “Es un paso importante para la paz porque no hay paz que no incluya Jerusalén como capital del Estado de Israel”.
Emmanuel Macron, presidente de Francia: “Es "lamentable. Pido calma, tranquilidad y responsabilidad a todos”.
Theresa May, primera ministra de Inglaterra: “Es una decisión poco útil. “Nuestra postura sobre el estatus de Jerusalén está clara...Debe determinarse en un acuerdo negociado entre israelíes y palestinos”.
Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía: “Nadie felicita esta decisión. Jerusalén es lugar sagrado para las tres religiones monoteístas”.
Vladímir Putin, presidente de Rusia: “Dichos pasos pueden anular las perspectivas de un proceso de paz en Oriente”.