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ECUADOR

'Divorcio' entre Rafael Correa y Lenín Moreno convulsiona la política en Ecuador

Evitar juicios, ser candidato en 2021 y hasta convocar una asamblea constituyente para “sacar” a Lenín Moreno, explicarían el retorno del expresidente a su país.

3 de diciembre de 2017 Por: Agencia EFE / Redacción de El País
Rafael Correa, expresidente de Ecuador, junto a Lenín Moreno, actual mandatario. | Foto: Agencia EFE

Reacomodar su partido Alianza País (AP), influenciar la Corte Constitucional para obtener una respuesta favorable a sus aspiraciones reeleccionistas, rescatar su legado político de Revolución Ciudadana, evitar juicios a miembros de su colectividad que lo pueden comprometer a él mismo y hasta convocar una nueva asamblea constituyente que lo deje ‘vivo’ de cara a las elecciones de 2021.

Estos serían, entre otros, los motivos que llevaron al expresidente de Ecuador Rafael Correa a tomar un avión desde Bruselas para aterrizar en Quito, donde alborotó el avispero político.

Primero, Correa habría dejado las comodidades de su hogar en Bruselas, Bélgica, donde reside desde que entregó la Presidencia, y retornado a su país el pasado 25 de noviembre para resolver la crisis institucional de AP, conjurar las divisiones internas y reestructurar su movimiento político para retomar el control del partido.

Este 3 de diciembre, lidera la Convención Nacional y buscará aprobar la expulsión de Moreno y otros militantes, ahora críticos a su gestión como gobernante.

La segunda lectura es que intentará evitar juicios penales como el que se le sigue al vicepresidente Jorge Glass por los supuestos sobornos de Odebrecht. Pero hay indagaciones previas por más delitos contra la administración pública, como peculado, concusión y cohecho. El viernes, el exmandatario visitó a Glass en la audiencia, pese a que su solicitud de declarar en su favor fue rechazada.

“Él viene a buscar acercamientos, acuerdos y negociaciones para evitar implicaciones directas y su enjuiciamiento”, sostiene el politólogo Santiago Basabe, coordinador de la maestría de política comparada de la Federación Latinoamericana de Ciencias Sociales, de Ecuador.

La tercera explicación sería ejercer influencia y negociar con la Corte Constitucional sobre la consulta popular que convocó el presidente Lenín Moreno, para lograr una decisión que le sea favorable.

En ella, el Gobierno interpelará a la ciudadanía sobre si está de acuerdo o no en derogar una enmienda constitucional que permite la reelección indefinida de gobernantes y con la cual Correa busca volver a la Presidencia de cara a las elecciones en 2021.

Con la decisión de Moreno de convocar la consulta por decreto, ante el largo silencio de la Corte Constitucional sobre la constitucionalidad de las preguntas en los 20 días que fija la ley, el Consejo Nacional Electoral fijó la fecha para el 4 de febrero próximo.

En ella también indaga sobre temas medioambientales, la no prescripción de delitos sexuales contra menores y la anulación de legislaciones aprobadas por el Gobierno de Correa, y que fueron su emblema, por lo que este tachó la consulta como un “golpe de Estado”.

Mauricio Jaramillo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, considera que el expresidente viene a rescatar su legado, que él cree que está en riesgo por las decisiones que ha tomado Lenín Moreno. Sobre todo la de desmontar la reelección indefinida, que le impide a Correa volver a la política como jefe de Estado.

Lo otro es que el exmandatario siente una traición por la cordialidad que Moreno ha tenido con movimientos con los que él estuvo enfrentado: indígenas; sectores sociales; miembros de la oposición como Cynthia Viteri; dirigentes de Guayaquil, “banqueros” y asesores del FMI.

Y como la lucha contra la corrupción que ha liderado el actual Mandatario ha derivado en el juicio contra Glass, también habría motivado a Correa a regresar, teniendo en mente como proyecto una reforma a la Constitución que le permita volver a la política. No lo ha dicho de forma explícita, pero sí su copartidario Ricardo Patiño y también Glass.

Jaramillo plantea que es probable que una opción que se proponga Correa para deshacerse de Moreno es llamar por firmas a una constituyente en la que se le pregunte a los ecuatorianos si quieren una reforma a la Constitución y anticipo de elecciones. “Es lo único que le permitiría al correísmo volver al poder”, explica el analista político.

La jugada maestra

El agite que desató la consulta y el regreso de Correa subió el ambiente político en Ecuador, que ya venía caldeado meses atrás. El silencio de la Corte Constitucional sembró muchas dudas del lado del Gobierno y, al parecer, Moreno intuyó que la decisión de la Corte podría ser favorable al expresidente, en la medida en que la pregunta sobre la reelección indefinida podría ser declarada inconstitucional.

Por lo tanto, el Jefe de Estado se adelantó a esa posible decisión y emitió dos decretos para anunciar la convocatoria de la consulta, sin esperar el dictamen de la Corte, que había sido anunciada para este 5 de diciembre.

“El Presidente asume que se aprobaron todas las preguntas y Correa viene a presionar a la Corte que él designó y cuyos miembros le son muy cercanos, para que la pregunta sea declarada inconstitucional. Pero con la jugada de Moreno, la Corte se quedó sin espacio político”, declara Basabe.

¿Quién tiene los apoyos?

Como en todas partes, dice el politólogo Basabe, el que está en el poder político, “el que corta el queso”, es el que tiene el apoyo mayoritario. Y gente que era muy leal a Correa, como alcaldes y prefectos, ahora se cambió al lado de Moreno.

Y partidos de oposición, que no son cercanos al Presidente, lo apoyan en la consulta con tal de que el exmandatario no regrese, porque a todos les conviene dejarlo por fuera de la carrera electoral. “Eso explica que la aceptación de Moreno y de la consulta es muy fuerte. El punto es si el Presidente es capaz de mantenerlo luego de la consulta”, sostiene.

Los analistas advierten, sin embargo, que Correa sigue siendo un actor político clave. “Tan importante, que todos los sectores de oposición y de Gobierno apuntan a excluirlo de la carrera electoral. Si no lo fuera, la pregunta de la reelección no tendría trascendencia”, anota Basabe.

Pero como Correa entendió la política en función de la confrontación, eso le está pasando factura: todos están unidos en torno a cómo eliminarlo de la vida política, al menos en el corto plazo.

El expresidente salió con una popularidad importante, 56 %, pero una cosa es la aprobación como político al que la gente agradece el salto social y económico que tuvo Ecuador, y otra es que esté dispuesta a aceptarlo como presidente otra vez, dice Jaramillo.

“Los últimos años de Correa fueron difíciles, hubo disidencia y una resistencia fuerte a la ley de plusvalía, a la ley que gravaba con un impuesto alto las herencias y a su talante confrontacional con la oposición y los medios de comunicación”, recuerda el analista.

De ahí que los expertos advierten que este apoyo a Moreno es circunstancial y que una vez pase la consulta popular, cada cual buscará su forma de pervivir políticamente. Si se confirma el deseo de Correa de volver a la política, Ecuador podría regresar a la inestabilidad política, esa etapa complicada de antaño, añade.

También cree que “una vez se proponga una Constituyente y saquen a Moreno, la gente va a recordar la década de los 90, cuando los presidentes no culminaban sus mandatos y el país no tenía mucha viabilidad. Ese antecedente no dejará prosperar al correísmo”.

Lenín Moreno es fuerte, tiene el apoyo de Alianza País y de su partido político, buenos niveles de aceptación y goza de una popularidad superior al 60 %. La cuestión está en saber si va a mantener la gobernabilidad, la popularidad y los consensos de AP, explica Basabe.

“La clave es la consulta. En febrero tendremos ese pulso y sabremos si Moreno tiene porte político para rivalizar con lo que propone Correa o si va a entrar en una crisis de gobernabilidad como la que tuvieron los antecesores de Correa”.

Los detractores de Rafael Correa

Durante los diez años que Rafael Correa estuvo en el poder, no hubo competencia política, el partido AP era hegemónico y la legislatura capturó todo: Corte Constitucional, Corte Nacional de Justicia, Fiscalía, Contraloría, Procuraduría, etc.

Cuando la gente está en el poder y lo tiene en pocas manos, no se observan actos de corrupción, malversación de fondos, sobreprecios, desfalcos, dicen los detractores de Correa ahora.

No obstante, el presidente Moreno ha puesto en evidencia la corrupción y eso ha llevado al descenso de la popularidad de Correa. Sin embargo, todavía hay gente que lo apoya, sobre todo en sectores populares, pero no es tan dramático como antes, opinan expertos como Santiago Basabe.

Los partidos y sectores que han criticado el regreso de Correa a Ecuador son aquellos con los que él generó exclusión: el Crea, del excandidato presidencial Guillermo Lasso; el de Abdalá Bucaram, los partidos de izquierda y los movimientos sociales que se vieron afectados durante su gobierno.

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