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Luis María Ugalde, padre jesuita y exrector de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela. | Foto: Santiago Tascón Arcila / Especial para El país

¿Por qué hay venezolanos que idolatran a Maduro? Análisis del académico Jesuita Luis Ugalde

Tras su visita a la Universidad Javeriana, el sacerdote e historiador jesuita Luis María Ugalde habló sobre la actualidad venezolana y lo que viene para su país.

17 de febrero de 2019 Por: Hugo Mario Cárdenas López - Reportero de El país

Ante la crítica situación social que vive el pueblo venezolano, auspiciada por la dictadura de Nicolás Maduro, que pese a la escasez de alimentos y medicamentos no ha permitido el ingreso de la ayuda humanitaria y sigue atornillado al poder, a la gente no le ha quedado más alternativa que aferrarse a la fe.

Así lo ha percibido en las iglesias el padre jesuita Luis María Ugalde, exrector de la Universidad Católica Andrés Bello y una de las voces más respetadas en Venezuela, quien además participó activamente del proceso que tiene a Juan Guaidó como el presidente interino.

Aunque muy ligado al Episcopado venezolano, asegura que “ni soy obispo ni soy rector, yo soy absolutamente soldado raso”. Eso, a sus 80 años, le da la libertad de decir a conciencia lo que ve.

Por eso no titubea al referirse a la Fuerza Armada, a la dictadura de Maduro, a la tortura de los militares rebeldes o al papel que cumple la inteligencia cubana.

¿Qué lectura hace del momento político que vive hoy Venezuela?

A cualquiera que le hubiéramos preguntado hace un mes y medio ¿qué esperanzas tiene usted para el 2019 en Venezuela?, ni el más optimista hubiera sospechado el panorama que tenemos hoy. Yo escribí un artículo el 21 de diciembre, ‘La esperanza toma la calle’, intuyendo lo que pasaría; ya se había posesionado la directiva de la Asamblea Nacional y Guaidó todavía no había hablado a la muchedumbre, pero estaba ya la usurpación consumada con Maduro aferrándose a la Presidencia sin haber sido elegido. Lo que nadie, ni el más optimista esperaba, era este desbordamiento, esta conexión tan bien lograda entre la gente y el liderazgo de Guaidó. Por supuesto que hay obstáculos, pero se han ido venciendo y solo falta que la Fuerza Armada se decida a defender la democracia.

¿Le ha sorprendido la valentía del presidente (i) Guaidó?

Cuando era alumno de la universidad, yo era el rector y le entregué el título de ingeniero; para mí también ha sido una revelación esa valentía y la claridad de su discurso. Un hombre de sangre liviana, como dicen en Venezuela, no es agresivo, tiende la mano, invita, y yo creo que Venezuela está necesitando un liderazgo unitario; nadie lo ve como un hombre de partido, pero muy valiente y de reacciones serenas, pese a que lo secuestraron y le intentaron secuestrar la hija. Realmente actúa cada día más firme, más claro, no agresivo y se ha atrevido a invitar a los militares a que den el paso; antes nadie se atrevía, los militares eran tabú, ahora la población los invita a venirse a este lado; tenemos un buen liderazgo y en la Asamblea Nacional hay unidad, eso es importante porque es la última instancia legítima que tenemos, todo lo demás es espurio.

Lea también: 'Llega a Cúcuta el primero de 3 aviones de EE.UU. con ayuda para Venezuela'.

¿Tomó por sorpresa al chavismo que saltara a la palestra un desconocido como Guaidó?

Sin duda, pero hay algo que nadie ha mencionado y es que hace seis meses funciona el Frente Amplio Venezuela Libre. Cuando la crisis de los partidos era tan notable, dijimos: ‘que la sociedad civil se movilice’ y lanzamos, el Frente Amplio que incluye gente del chavismo, de la oposición, empresarios, trabajadores, comunicadores, educadores y eso ha ido tomando cuerpo en todos los estados. Desde el comienzo se apoyó la legitimidad de la Asamblea Nacional y su Presidente. Nos reunimos con Guaidó, recientemente nos reunimos con cinco exministros de Chávez que están absolutamente convencidos de que aferrarse a este modelo y a la usurpación de Maduro no tiene ningún futuro; que este es un barco que se hunde y cuanto antes hagamos la transición pacífica, mejor.

¿Ilusiona que los mandos medios militares estén reaccionando?

El problema en las Fuerzas Armadas son los cubanos. Las Fuerzas Armadas están súper vigiladas y los cubanos en el control policial es uno de los países más exitosos del mundo, en otras cosas son fracasados, pero en eso son exitosos. Hace 20 años los cubanos están tratando de controlar y vigilar la Fuerza Armada venezolana y es muy difícil que los generales puedan conversar libremente sin que al día siguiente los pongan presos; recuerde que hay 200 militares presos, metidos recientemente y buena parte de ellos, según informan, están siendo torturados.

¿Ve posible una salida negociada en la que Maduro siga en el poder?

Creo que esa posibilidad no existe. Cuando Maduro habla de perpetuarse es un usurpador, nadie lo ha elegido, hizo trampa, no puede convocar a elecciones, no es nadie; es un dictador que tiene poder, pero dentro de la legitimidad constitucional es un expresidente. Habla de diálogo, pero no hay ninguna intención de dialogar como lo ha demostrado en ocasiones anteriores. Venezuela no se puede recuperar, ni la sociedad venezolana ni la economía sin una ayuda internacional enorme comparable a un plan Marshall, que implica decenas de miles de millones de dólares y eso nadie lo va a dar mientras esté Maduro. Y segundo, la elección democrática requiere un nuevo CNE que no sean todos afines al partido de Gobierno, eso está en la Constitución y nada de eso quiere hacer Maduro. Admite elecciones parlamentarias, pero no elecciones presidenciales. Ese camino ni siquiera vale la pena intentarlo.

¿No es sincero el llamado de Maduro al Papa para un diálogo?

Eso claramente es producto del desespero; él tuvo una última entrevista en Roma y la manipuló y El Vaticano quedó descontento por eso. Roma está muy clara; es verdad que el Papá no ha dicho lo que la gente quisiera y que fuera más radical, etc., pero hay claridad en El Vaticano y en la Secretaría de Estado.

El secretario de Estado fue nuncio en Venezuela, conoce bien la situación y él escribió una carta famosa denunciando, primero, la manipulación que se hizo del primer diálogo y ahora quisieran pues que apareciera el Papa con el Gobierno para decir ‘la Iglesia Venezolana está enfrentada al gobierno porque se han convertido en un partido político’, pero el Vaticano ‘no va a pisar ese peine’.

¿Qué tan aferrados están los venezolanos a Dios en esta situación?

Realmente hay un incremento en la fe, incluso de gente que no la consideraba muy religiosa; por ejemplo, me sorprendió el otro día que todos me decían, y eran profesionales, no eran la gente sencilla que viven más directamente la fe, me decían ‘esto de Guaidó es un auténtico milagro’, claro hay que procurar no mitificar la cosa, pero es verdad; con un perfil y esa capacidad de relacionarse con unos y con otros, sean de la oposición o sean del oficialismo, yo creo que el país está rezando como nunca y lo notamos en las iglesias.

¿Por qué hay gente que idolatra a Chávez y Maduro pese a la crisis?

Chávez era un encantador de serpientes, tenía el don de la palabra, pero hoy el chavismo popular, espontáneo, ya no se mueve en los barrios. Se mueve el que recibe una caja de comida. La marcha del 23 de enero realmente fue muy reducida y no llenaron sino la cuarta parte de la avenida Bolívar, pero en televisión pasaban fotos que no eran de esa marcha sino de la época de Chávez cuando sí llenaban la avenida.
Segundo, los asistentes pasan lista y entonces son funcionarios de los ministerios y si tú no vas, pues tienes una sanción; además, las milicias que son unos cuantos miles estarían ahí. De manera que espontáneos que van desde los barrios, como ocurría hace unos años que iban con su boina roja, su camisa roja, eso desapareció. Lo que pasa es que hay cuatro millones de sueldos que salen del Gobierno.

¿Qué busca el Gobierno al no aceptar la ayuda humanitaria?

Es que ‘Venezuela es un país que ha hecho la revolución, en Venezuela no hay pobres, en Venezuela hay programas educativos, planes de alimentación que no tiene nadie en el mundo’; eso es lo que dice Nicolás Maduro. Entonces cómo vamos a decir ahora que dejen entrar la limosna, como dicen ellos, si hemos dicho que aquí no hay problemas; que eso es una manipulación política porque aquí los hospitales están bien surtidos. Pero ese es el discurso del Gobierno porque usted va a los hospitales y dan ganas de llorar; no hay medicinas, se muere la gente de las enfermedades más corrientes, pero el modelo no quiere dar a torcer el brazo porque eso significaría reconocer que Venezuela está en la ruina.

¿En ese caso podría existir la posibilidad de una lucha armada?

Yo creo que no habrá una lucha armada porque las armas las tiene el Gobierno. En estas manifestaciones multitudinarias no ha sonado ni siquiera un ‘triqui traque’ o un cohete (pólvora); creo que sí están presionando EE.UU. y otros países, pero no está la intención de ninguno de ellos de entrar con tropas a Venezuela que creo que eso sería funesto.

Hay quienes dicen que esto es solo una pelea por el petróleo…

Eso no es verdad. En este momento en Estados Unidos se ha disparado la producción petrolera; de manera que están en el primer lugar de producción en el mundo Rusia y Estados Unidos.

EE.UU. no se está matando por el petróleo de Venezuela ni mucho menos; Venezuela está produciendo hoy la tercera parte de lo que producía; hay un potencial de reservas muy grande, pero hay que poner también unos matices: es petróleo pesado, extrapesado, cuya producción es costosa y el petróleo viene siendo sustituido. El tema más bien es que quede eso en el subsuelo y que a la vuelta de 20 años no sea rentable explotarlo. Creo que Venezuela, bien llevada la empresa petrolera, podría recuperarse un poco y sería un modesto productor; nunca el primero ni el segundo, ni el quinto.

Perfil

Luis María Ugalde nació en País Vasco, (España) y es Licenciado en Filosofía y Letras, Teología y Sociología. También es doctor en historia y especialista en Historia Económica y Social de Venezuela, estudios realizados en Colombia, Alemania y Venezuela.

Fue rector durante 20 años de la Universidad Católica Andrés Bello y es miembro desde el 2008 de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales de Venezuela y es delegado de Educación del Equipo Central de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina (Cpal).

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