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El triunfo de Biden

Es muy temprano para saber qué va a suceder, hay una crisis institucional en la democracia más antigua del mundo.

8 de noviembre de 2020 Por: Vicky Perea García

Polarización es lo que se ve venir en Estados Unidos tras la entrega de los resultados en las elecciones presidenciales que le dieron el triunfo al demócrata Joe Biden. Es la nación de las barras y las estrellas hoy una región de profundas diferencias sobre su modelo de desarrollo.

Desde Washington DC, cuando se dio el ganador de la contienda por
parte de las grandes cadenas de noticias, los washingtonianos salieron a las calles a celebrar champaña en mano la fiesta democrática; una que horas antes estuvo a punto de empañarse por las alertas de manifestaciones y protestas sociales que la policía denunció con la opinión pública.

Hacer una crónica de esta elección es mencionar los avisos de campaña en las zonas residenciales y sus jardines. Es reconocer agresividad de los grupos de electores cuando sentían amenazadas sus preferencias y ante los señalamientos tempranos de robo y fraude. Es también reportar la sensibilidad y el compromiso de las poblaciones de jóvenes que sentían en sus manos el futuro del país.

A la vez es conocer de primera mano el pensamiento de migrantes latinos que dependiendo de su lugar de vivienda y posición social, asumieron su voto como la posibilidad de validar sus dobles nacionalidades y sumar a sus candidatos desde la mirada de sus privilegios o experiencia.

Muchos criticaron a los latinos que votaron por Donald Trump, yo pude hablar con varios, quienes justificaron su elección bajo el argumento de la difícil tarea de legalizarse y cumplir con los deberes de buenos ciudadanos frente a otros, dicho por ellos, quienes como ilegales usufructuan los beneficios de los que a golpe de mula edificaron por décadas la estructura de los EE.UU.

Pero también estaban los otros latinos, los afectados por la migra quienes sintieron el embate de las políticas migratorias y que votaron por Biden al sentirlo comprometido con su propuesta de campaña de legalizar 11 millones de inmigrantes en los primeros 100 días de gobierno.

Más allá de los avances económicos, el discurso xenófobo, antisemita, misógino del Presidente caló en un sector de esta sociedad, especialmente de clase media trabajadora que durante décadas había sentido que estaba haciendo un doble esfuerzo por apoyar a una minoría que se estaba llevando los beneficios.

A esa clase media se le puede considerar como Trumpista y hará lo imposible por retornar al poder y hacer sentir sus 70 millones de votos.
Los otros, los 74 millones de ganadores, por ahora celebran pero tendrán también días de incertidumbre con un Congreso y fuerza política de gran poder republicano que podría ser la piedra en el zapato del Presidente 46.

Es muy temprano para saber qué va a suceder, hay una crisis institucional en la democracia más antigua del mundo. En el ambiente sigue revoloteando el discurso agresivo y pasarán días para que vuelva a dormirse ese león que aquí ha derramado tanta sangre.

PD: Ganó Kamala Harris, ganamos todas las niñas que como ella hemos soñado con romper techos de cristal.

Sigue en Twitter @MabelLaraNews