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365 días sin el estruendo de la guerra: así ha sido el primer año del cese el fuego bilateral

Protagonistas del conflicto relatan cómo ha sido el primer año tras la firma del cese el fuego bilateral y de hostilidades.

25 de junio de 2017 Por: Jessica Villamil Muñoz- Reportera de El País
Marco León Calarcá, uno de los negociadores de las Farc en Cuba.

Hace 365 días el Gobierno y las Farc firmaron el acuerdo de cese el fuego bilateral y de hostilidades. En 25 páginas, el documento precisa que los principales actores del conflicto armado no se volverán a agredir. También contempla la creación de las zonas veredales transitorias de normalización, la dejación de armas, la reincorporación social, económica y política, así como las garantías de seguridad de los integrantes de la guerrilla.

Naciones Unidas ha entregado 3500 certificados de la dejación de armas. Pero la constancia total solo se hará hasta el próximo martes. Después de ello sí iniciará la reincorporación. Por tal motivo, durante este año, el hecho más notorio es el cese el fuego.

En los últimos doce meses, según el Centro de Estudios para el Análisis del Conflicto, Cerac, murieron dos guerrilleros y dos disidentes de las Farc; un integrante del Ejército resultó herido, fue secuestrado un civil y violentada sexualmente una menor de edad.

Sin embargo, las acciones violentas siguen siendo mucho menores a las registradas en tiempo de guerra. El Cerac asegura que son 2500 personas que dejaron de morir y así lo confirman quienes representan a los actores de la confrontación armada.

“Ya podemos dormir tranquilos”

“Ha habido un cambio y un descanso desde que se consolidaron los diálogos de paz entre el Gobierno y las guerrilla de las Farc”.
Dagoberto Muñoz, líder comunal en el corregimiento El Mango, de Argelia, en el Cauca, dice que no volvieron a haber ni ataques de la guerrilla ni atropellos de la Fuerza Pública a la comunidad: “Hemos sentido el efecto del proceso el 100 %”.

“Durante la guerra, los días en el pueblo eran un martirio. Era esperar a que fueran las cinco de la tarde para que las familias salieran con el colchón a la espalda, con las cobijas debajo del brazo y los niños buscando refugio en las veredas vecinas o en la carretera porque no sabíamos en qué momento iba a llegar el bombardeo.

Eso era todos los días las ráfagas de fusil desde las montañas; día de por medio una bomba. Nos dejaban descansar un día y volvían otra vez. Los cilindros sí eran cada quince o veinte días.

En el 2014 hubo un cese el fuego unilateral de las Farc y ese año nos dejaron dormir tranquilos. Pero en el 2015 volvieron los ataques y ahí nos mataron a la profesora Ana Hilda y a su mamá. En 2016 ya se vio el resultado en serio de los diálogos y ya no hubo más problemas.

Los niños ya pueden disfrutar del parque, de los jueguitos que teníamos desde hace mucho ahí para ellos. Los niños montan patineta, las niñas bicicleta. Tenemos torneos de fútbol. Los jóvenes practican en la cancha sus deportes. Durante los tres años más difíciles, nadie hizo nada en el pueblo más que esconderse. Ahora podemos disfrutar de la alegría de los niños y de la juventud. Es que antes, para poder dormir tranquilos, había que salir del pueblo, eso era un martirio, era el pan de cada día.

Ahora, las casitas gracias a Dios, pobremente, se han ido arreglando. La gente ya ha vuelto a sus casas, está tranquila, el pueblo se ve más alegre. Desde que se acabó la guerrilla El Mango está recuperado.
Hay patrullajes del Ejército, pero no ha habido inconvenientes, antes que llegara la Policía era un martirio, ya no. La implementación de los acuerdos, como comunidad, nos ha servido para estar en paz, ahora podemos dormir tranquilos”.

“La tranquilidad en este año, no tiene valor”

“El acuerdo de no bombardear frente al tema de cese el fuego bilateral hay que valorarlo. Hay quienes hablan de más de dos mil vidas que se han salvado durante este año. Desafortunadamente, tenemos un incidente en el sur de Bolívar con dos camaradas de las Farc que fueron asesinados por la fuerza Pública en una situación que nunca quedó clara. Dicen que los confundieron con gente del ELN”.

Desde que se firmó el acuerdo de cese el fuego bilateral y de hostilidades, los integrantes de las Farc han tenido un año más dulce que agrio. Así lo dice Marco León Calarcá, representante de la guerrilla en el Mecanismo de Monitoreo y Verificación.

“Realmente después del acuerdo, no ha habido más enfrentamientos, más muertos, más heridos, más mutilados, más discapacitados. El cese podemos medirlo en ese aspecto. También desde el económico.

¿Cuánto podrían costar los sobrevuelos diarios en la etapa de la guerra? Esos recursos ahora se utilizan en la construcción de la paz.
También hay tranquilidad entre la gente, no solo de los combatientes sino de sus familias y las comunidades que han sufrido el conflicto, donde eran cotidianos los enfrentamientos militares, los bombardeos. Toda la tranquilidad que ha tenido esa gente en este año, no tiene valor.
Un día de las Farc en medio de la guerra era con bastantes complicaciones: no se utilizaba ningún tipo de luz artificial, había que buscar condiciones especiales para cocinar, había que hacer los dormitorios y las caletas con separaciones para evitar la aglomeración de gente porque por el calor corporal podíamos ser detectados. La tensión por el tema de los bombardeos que nos produjeron muchas bajas era lo peor de la guerra.

Las bajas fundamentales se producían por los bombardeos que iban desde la desaparición total de los cuerpos, como nos ocurrió con varios camaradas que quedaron en átomos, nunca supimos nada de ellos, hasta las esquirlas que genera la explosión de la bomba. Muchos de ellos tienen prótesis porque perdieron las manos, los brazos, las piernas. Otros conservan las esquirlas porque los médicos han dicho que es mejor dejarlas ahí. Sufrimos todo tipo de heridas que da dolor recordarlas.

La tensión por los sobrevuelos se acabó. Cuando pasan los helicópteros o aviones ya no hay alarma, no hay motivo de recoger las cosas para salir a buscar protección. Sin embargo, las preocupaciones van cambiando. Desafortunadamente hay sectores de extrema derecha oponiéndose a la paz, por eso la necesidad de que se implemente todo lo acordado. Estamos llamando a la reconciliación, a que se acepte nuestra solicitud de perdón y avanzar en una paz con justicia social”

“El Hospital pasó de atender heridas de guerra a enfermedades crónicas”

“Nosotros llegamos a tener 424 heridos en combate cada año por explosivos o arma de fuego. Hoy, junio de 2017, hemos recibido diez heridos en combate: siete por explosivos y tres por arma de fuego. De manera que la proporción ha disminuido mucho y en ese sentido hemos notado que el cese el fuego bilateral y de hostilidades sí ha funcionado”.
Lo dice la brigadier general Clara Esperanza Galvis Díaz, directora general del Hospital Militar:

“Las heridas que pueden dejar los artefactos explosivos son daños generalizados con afectación de órganos de los sentidos, la audición, fracturas, heridas abdominales, compromisos muy severos que en algunos casos cobran la vida de los pacientes. Uno de los problemas que siempre acompañaban estas heridas eran las infecciones, porque los artefactos que usaba la guerrilla estaban contaminados con gérmenes difíciles de manejar.

El Hospital Militar tiene actualmente una ocupación del 95 %. La primera causa de hospitalización no es trauma de guerra. Ahora atendemos la población del adulto mayor y los traumas que ocurren por el riesgo de las actividades cotidianas de los militares.

Creo que nos estamos convirtiendo en un hospital especializado en atención de veteranos en patologías crónicas, de alto costo y estamos haciendo la rehabilitación de todos estos oficiales y suboficiales que en algún momento tuvieron una herida, que quedaron con secuelas permanentes y que necesitan rehabilitación integral.

Nosotros tenemos un piso dedicado a los soldados. Allí, antes la ocupación, era únicamente por traumas de guerra, ahora la ocupación es alta, pero por patologías tropicales debido a que permanecen en áreas difíciles y los aqueja el paludismo, la leishmaniasis, que exige una atención oportuna; atendemos por salud mental, otra de las secuelas de la guerra, y les brindamos apoyo no solo a soldados, oficiales y suboficiales sino a sus familias.

Hemos tenido una reducción de costos evidentemente, pero esos recursos ahora se están invirtiendo en salud preventiva: vacunación, factores de riesgo, detección temprana de enfermedades crónicas, estudios más especializados. La pirámide de atención nos muestra que la inversión económica pasó de ser para atender heridas de guerra a enfermedades crónicas y de alto costo.

Para nosotros en el Hospital Militar, cambiar las cifras de 400 heridos a tener ocho es un éxito, aunque no quisiéramos tener ninguno. Somos los más convencidos de que el triunfo y el éxito de los procesos de paz es salvar la vida de las personas”.

Caída de la violencia

2670
vidas se salvaron desde 2012 cuando iniciaron los  diálogos de paz.

233
heridos de las FF. MM. por explosivos en 2011. En 2016, fueron 24 casos.

18
violaciones de cese  el fuego se han registrado en los últimos 365 días.

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