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Lo más importante es limitar el acceso a los métodos, como armas, pesticidas, y en Colombia hay mucho trabajo para restringir el expendio de estas sustancias. | Foto: El País

SUICIDIO

Sí se puede prevenir el suicidio: consejos para combatir los intentos y reafirmar la vida

Cerca de 859 personas han intentado quitarse la vida en lo que va de este año en Cali. ¿Cuáles son los motivos?, ¿cómo ayudar a alguien cercano que esté en problemas? Vea aquí este informe especial.

9 de septiembre de 2019 Por: Alda Livey Mera Cobo - Reportera de El País

Una ideación suicida es tan grave como un infarto. Si alguien sufre un colapso de corazón, lo llevan corriendo a urgencias, el médico corre, todos corren. Pero si una persona tiene una ideación suicida, el paciente tiene casi el mismo riesgo de morir que si se le hubiese estallado el corazón. Es una urgencia.

En ambos casos, una cita para días después, ya no sirve: al primero ya se le murió la mitad del corazón. Y el segundo, quizás ya ha llevado a cabo su plan. De ahí “la urgencia” de crear conciencia de que cuando una persona da señales de querer morir, reciba atención profesional óptima y oportuna.

Con esa metáfora, la Asociación Colombiana de Psiquiatría (ACP) quiere llamar la atención de la sociedad y de la comunidad médica, para que los intentos de suicidio queden en eso, en intentos y no tener que lamentar las tasas de mortalidad por esta causa, vayan en alza.

Por ello, la ACP se ha unido al Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se celebra cada 10 de septiembre, con una campaña basada en romper otro mito: atrévase a preguntarle sin temor a su hijo, a su hermano, a su amigo, a su compañero, ¿has pensado en matarte? Romper el silencio es clave para salvar vidas, dando una respuesta óptima y oportuna si detectamos una ideación mortal.

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Así lo expresa Andrea Otero Ospina, médico psiquiatra, quien enfatiza que la Asociación (ACP) ha empezado a promover la campaña de que el suicidio sí se puede prevenir.

Se estima que en 2018 unas 3000 personas se quitaron la vida en Colombia, pese a un eventual subregistro, porque muchas familias tratan de ocultar el verdadero motivo de la muerte. O a que muchas entidades no tienen el juicio de notificar los casos, pese a que son de obligatoria notificación.

El Valle del Cauca es el segundo departamento con mayor tasa de suicidio en el país, después de Antioquia. Le siguen Cundinamarca, Santander y Atlántico. Y por ciudades, son Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, en su orden.

Maritza Isaza Isaza, jefe del grupo de salud mental del Observatorio de Salud Mental de la Secretaría de Salud de Cali, prefiere no hablar de la cifra de suicidios, “sino de los intentos de suicidio, personas por los que hay que trabajar muy fuertemente porque no lo vuelvan a intentar”.

Fueron 2441 casos de personas que intentaron un suicidio en 2018 en Cali, cifra alarmante casi igual a dos veces la capacidad del Teatro Municipal. Y en 2019, van 859 casos.

Por género, el fenómeno afecta más al sexo femenino: más del 67 % de los intentos los cometen mujeres, mientras que los de los hombres, son el 32 %, según cifras del Observatorio de Salud Mental de Cali. De esos 859 que han querido acabar con su vida este año, 507 eran chicas y 352, chicos.

“Estas cifras nos están diciendo que hay que trabajar fuertemente con los adolescentes, jovencitos y jovencitas”, sentencia Maritza.

Jorge Mario Tamayo Jaramillo, médico psiquiatra y asesor y consultor de la Fundación RedPapaz, ratifica que la población más vulnerable es la de los jóvenes que están por debajo de los 19 años. “Por su falta de madurez cerebral pueden tener una propensión a tener conductas impulsivas, y ante situaciones de frustración, alteración emocional o estrés, impulsivamente podría terminar ejecutando este tipo de conductas”, expone el especialista.

Sin embargo, no son los que más terminan cometiendo el acto suicida. Los de mayor riesgo de ejecutarlo, son los mayores de edad, que planean mejor el acto y han tomado la decisión con días o meses de antelación.
¿Causas? “El 90 % de las personas que se suicidan tiene una enfermedad mental, el 56 % padece depresión, el resto, otras patologías y solo a un 10 %, no se le detecta ningún trastorno mental”, dice la psiquiatra Andrea Otero.

El psiquiatra Tamayo Jaramillo confirma que “el 80 % de los pacientes con comportamiento suicida suele tener un historial de enfermedad psiquiátrica, como depresión, trastornos bipolares, esquizofrenia, pero también se asocia al consumo de drogas o sustancias psicoactivas”, afirma.

El fenómeno es multicausal y entre los factores de riesgo, las problemáticas sociales y económicas inciden en la tasa de suicidios. El 75 % de ellos ocurre en países no desarrollados, no en los desarrollados como erróneamente se cree. “Se dice que como es gente que lo tiene todo, se aburren y se suicidan. Eso no es cierto”, desmiente Andrea Otero, representante de la junta directiva de la ACP para el suroccidente del país.

Ella insiste en que el suicidio es más frecuente en estratos bajos, en personas en condiciones de pobreza extrema, por la falta de oportunidades y hasta menos acceso a la información. Pero admite que también se puede llegar a ese abismo, así se tenga todo, si se juntan muchos problemas y/o se padece una enfermedad mental.

A esto, se suma la dificultad para el diagnóstico, el estigma que lo rodea hace que la gente no pida ayuda, y si la busca, no se tienen los recursos necesarios para una atención adecuada. En Colombia, las EPS tienen ruta de atención, pero como el sistema está colapsado, no hay oportunidad de atenderla como la urgencia que es.

Muertes que se podrían evitar, ya que las enfermedades mentales y la depresión tienen tratamiento y la persona puede recuperarse y llevar una vida normal. Pero el estigma para someterse al tratamiento y el desconocimiento de la enfermedad depresiva, hacen que solo un 25 % de los pacientes de depresión, reciba un tratamiento y el 75 % no lo recibe, dice Andrea.

¿Es contagioso el suicidio?

Jorge Mario Tamayo advierte la polémica que cuestiona si la divulgación en los medios de comunicación o compartir estas noticias en redes sociales, o emitir series tan crudas como las de Netflix, donde se toca el tema del suicidio de una forma descarnada, contribuyen a incrementar el riesgo y desencadenar suicidios en cascada.

Tamayo Jaramillo advierte que hay riesgo genético que se toma como contagio. Por ejemplo, las familias donde hay uno o más historias de suicidas, el riesgo es muchísimo más alto, por lo que deben estar atentos a cualquier comportamiento o alteración emocional de sus integrantes.

“Pero no podemos decir que porque su amiga o su hermana se mató, la persona quiso emularla o imitarla. Sería una explicación demasiado simplista y reduccionista para un problema tan complejo, donde confluyen muchos factores de riesgo”, dice Tamayo.

Lo que sí puede ocurrir, explica el especialista, es que si un amigo o familiar se mató, la otra persona “entró en depresión”, lo cual es muy importante, porque significa que el intento o segundo suicidio no apareció por imitación, sino por un factor de riesgo, que es la depresión, quizás sumado al componente genético hereditario, demostrado científicamente por el Dr. John Mann, y por no recibir un buen apoyo después del suicidio de su familiar. “Entonces, no podemos asumir que es un contagio”, sentencia.

Es importante entender la química cerebral para comprender el tema del suicidio. Nadie se suicida como algo planeado sin dolor y solo por el expreso deseo de que ‘me voy a inmolar por defender una causa’, por ejemplo. En la gran mayoría de los casos, los suicidios, han sido precedidos por un intenso dolor por parte de la víctima.

En el caso de la depresión, las áreas que regulan las emociones, no están funcionando adecuadamente, debido a factores hereditarios (genéticos), pero también a factores traumáticos vividos durante la gestación y en la infancia, entre los 3 y los 13 años en especial. “El maltrato físico, verbal, psicológico, de matoneo o bullying generan cuadros depresivos en la vida adulta, o incluso en la adolescencia”, confirma el psiquiatra Tamayo Jaramillo.

Esto se explica porque la misma área del cerebro que regula las emociones, corteza prefrontal, es la que regula los impulsos. Y si no funciona bien, como en los depresivos, las emociones negativas, el pesimismo, la minimización de los aspectos positivos, es lo predominante, y puede llevarlos a sentirse desesperanzados y a recurrir al suicidio como una forma de aliviar el intenso dolor que experimenta.
Por lo tanto, no se puede juzgar a la persona que intenta un suicidio de que ‘ha tomado el camino fácil’, ni que ‘es un cobarde’.

Esos son comentarios inadecuados que minimizan el dolor que la persona ha sufrido por meses y hasta años. “Para que alguien llegue a esa situación de mucha impulsividad, es porque ha habido mucho dolor de por medio que no ha sido detectado ni tratado adecuadamente”, remata Tamayo Jaramillo.

Polémica 

  • Andrea Otero considera que los suicidios de celebridades a los que se les hace mucho ruido mediático, a veces desencadena la reacción de unos seguidores que quieren hacer lo mismo, ya que lo pueden ver como una solución, pero admite que son casos atípicos. O como los de los retos en redes sociales, tipo la ballena azul.
  • Jorge Mario Tamayo Jaramillo advierte que una línea afirma que sí hay relación. Por ejemplo, en adolescentes, es probable que haya un efecto imitador, porque tienden a copiar modelos inspiradores, de un actor o cantante famoso que el joven admiraba.
  • Sin embargo, la evidencia epidemiológica no ha mostrado que la imitación de comportamiento sea un factor causal de suicidio ni que el tratamiento amarillista de los casos se traduzcan en mayor riesgo para los más susceptibles”, señala Tamayo.
  • Otra línea argumenta, que entre más se hable de suicidio, hay más oportunidades de llevar información oportuna a quienes están en riesgo. “Tampoco podemos decir que sea contagioso y que tendríamos que restringirlo de informarlo y minimizarlo al extremo”, explica Tamayo Jaramillo.
  • Lo que sí está claro, afirma, es que la OMS insiste en que los medios de comunicación pueden tener un papel importante en la prevención del suicidio y los llama a tener más cuidado a no hacer cobertura extensa ni sensacionalista de estos eventos.

Sentido de vida, la apuesta de la Secretaría de Salud

La Secretaría de Salud, que lidera el doctor Nelson Sinisterra, en conjunto con la Secretaría de Educación de Cali, están desarrollando la propuesta ‘Pasaje a la palabra’, para poder responder al sufrimiento y al dolor por el que están pasando chicos y chicas en 15 instituciones educativas públicas, cuyos docentes pidieron que necesitaban apoyo en esta dirección.

“Consiste en trabajar el concepto sentido de vida, más que proyecto de vida, que cuando los chicos y chicas tengan sensación de angustia, tristeza, dolor, de rechazo, de que no lo valoran o que son víctimas de acoso escolar o ‘bullying’, busquen apoyo de personas que conozcan del tema”, dice Maritza Isaza Isaza, jefe del grupo del Observatorio de Salud Mental de la Secretaría de Salud de Cali.

Cifras de dicha entidad, dice que en 2019, van 859 intentos de suicidio. Y el 50 % de ellos, son de menores de 21 años. El 75 % no supera los 31 años, lo cual significa que es una problemática que afecta más a los jóvenes: 361 están entre los 18 y 28 años, y 226 más, entre los 12 y 17 años. Es decir, 587 no pasan de 29 años.

Cuando se habla con los chicos y chicas, simplemente dicen que ‘han decidido no estar aquí’ o hay temas que los abruman y sobre todo, los conflictos de pareja, revela la funcionaria.

El psiquiatra Jorge Mario Tamayo Jaramillo, asesor de la Red Papaz, ratifica que un factor de riesgo para los jóvenes, son las dificultades a nivel familiar, no ser aceptado por otros miembros de la familia o por otra persona, ser rechazado por un grupo o por la comunidad donde esa persona se mueve, puede ser más peligroso que otros tipo de factores sociales.

“Hay grupos poblacionales con mayor riesgo. Como las personas que han sido víctimas de abuso sexual, especialmente en su primera infancia, o que han vivido desastres naturales, o las que han sido víctimas de desplazamiento social, algo muy común en Colombia. También las poblaciones minoritarias, como la misma comunidad LGBTI, por la discriminación o el rechazo que la sociedad impone contra ellos”, expone el psiquiatra.

Por ello, la apuesta de la Secretaría de Salud de Cali es trabajar fuertemente en que tengan herramientas para la resolución de conflictos de pareja y tolerancia a la frustración, que se reconozcan como personas con autonomía y como sujetos de derechos.

“Trabajamos en que entiendan que la vida sigue y que así como hoy podemos salir de una relación, mañana podemos entrar en otra; que la pareja significa muchísimo, pero no lo es todo, hay que valorar otros elementos que están alrededor: otros familiares, otros amigos, hobbies, mascotas, en fin, en el disfrute de la vida, explica Maritza Isaza.

La otra parte consiste en trabajar con los educadores para que puedan ofrecerles a los jóvenes más apuestas desde la cultura, el arte y el deporte. Y con los cuidadores, sean los padres, abuelos o tíos, como las personas que les deben poner límites y brindarles acompañamiento y cuidados.

“También es preciso comprender que esta generación es otra, hay mucha soledad entre los jóvenes y pasan más tiempo con el celular y con las redes sociales, entonces hay que trabajar en cómo mandar mensajes más adecuados para ellos para que nuestros chicos y chicas tengan más sentido de vida”, enfatiza Maritza.

En esta campaña de promoción por la vida, se busca que también las entidades y personal de salud entiendan esta situación, las EPS, la IPS, así como las universidades y colegios, en el entendido de que la salud mental de toda la población, no es responsabilidad solo del sector salud, sino que necesita la participación de toda la sociedad, de todos los actores y sectores.

Las personas con ideaciones suicidas pueden llamar a la Línea gratuita 106, donde lo atenderá personal especializado de lunes a domingo, de 7:00 a.m. a 5:00 p.m. o en el WhatsApp 315-6984482, canales donde se les brinda acompañamiento en crisis y una derivación a los servicios de salud.

También pueden consultar la página www.teescuchamos.org son alternativas que ha creado la Secretaría de Salud de Cali para velar por el bienestar de los niños y de los jóvenes desde 2016.

De ahí la importancia de la educación del personal de salud para que atiendan adecuadamente a estas personas, y de la sociedad para que identifiquen los pacientes y los lleven a recibir la atención profesional, en acompañarlo y brindarles cuidados. “La sociedad tienen un papel importante, en la función educativa de los medios de comunicación para cambiar la visión y la actitud hacia el fenómeno; y de los gobiernos, porque el manejo debe ser intersectorial, no debe dejarse el trabajo solamente al sector salud, sino unirnos todos si queremos prevenir el suicidio”, concluye la psiquiatra Andrea Otero.

Consejos para prevenir el suicidio
Aprenda a leer las señales ocultas que da la víctima

Cuando los chicos hablan reiteradamente de que ‘la vida no vale nada’, ‘estaría mejor muerto’, ‘quisiera quitarme la vida’, no hay que tomarlo a la ligera. Esas expresiones, o con dibujos, o con canciones, hay que mirarlo de manera profunda y tratar de intervenirlo con psicólogo, psiquiatra o al menos, un médico general, que evalúe si lo puede acompañar en el proceso o remitirlo al profesional indicado para tratar este tipo de sentimientos.

Esa la primera recomendación del médico psiquiatra Jorge Mario Tamayo J., asesor de la Fundación RedPapaz.

Por ello, cuando hay cambios en su hijo, familiar, amigo o compañero de trabajo, si lo ven comportándose raro, regalando sus cosas, despidiéndose, o incluso, expresando abiertamente su deseo de morir o de quitarse la vida, son señales de alerta que se deben atender.

Si la persona se nota muy abrumada, desesperanzada, está muy sola, no encuentra salida y expresa que sus problemas no tienen solución, es un error pensar, ‘No, esperemos que se le pase’, ‘esperemos que él pida ayuda’, pues el familiar o allegado no se atreve a preguntarle directamente si ha pensado en quitarse la vida.

Ante cualquier comportamiento que denote tristeza, angustia, o le descubran un plan, una carta, son señales de alarma de que tenemos que llevar a esa persona a un servicio de urgencia. “No tomarlo como una pataleta, ni decirle que a él le gusta llamar la atención, debe ir a los servicios de salud para que tengan una respuesta”, dice Maritza Isaza.

“El consejo es actúe, siéntese, hable con la persona, pregúntele qué le pasa, escúchelo y evite darle consejos, porque no sirven, y si identifica que esa persona puede estar pensando en realizar su plan, atrévase a preguntarle si ha pensado en el suicidio.

“Es el mito que hay que romper, creer que si se le pregunta por el tema, le van a dar ideas. Eso no es así. Al contrario, le está demostrando que ha notado cambios, que se preocupa por él, que él cuenta con alguien que le está tendiendo un puente”, afirma la psiquiatra.

“Si la persona responde que sí lo ha pensado, hay que escuchar, no juzgarla, no dejarla sola, activar toda su red de apoyo, no debe vivir solo, sino con sus papás o tener alguien para ayudarlo y auxiliarlo, porque hay que evaluar el riesgo”, complementa la especialista.

Luego, hay que buscar ayuda profesional, médico, psicólogo, ir a un servicio de urgencias, porque la persona se aisla y es muy poco probable que pida ayuda. Pero si no acepta ir a buscar ayuda profesional, no se puede dejar sola, debe estar alguien con ella acompañándola, y tener otros cuidadores, porque atender un paciente en esta condición es abrumador y poco a poco, tratar de convencerla.

La psiquiatra insiste en que no hay nada que se le pueda decir a una persona que le quite una ideación suicida, pues puede padecer una depresión, en la que un factor químico altera el funcionamiento cerebral, o tener un componente genético. “La ideación no se le va a quitar con consejos. Hay que rodearla, cuidarla, protegerla, mientras se calma y se tienden puentes y acepta ayuda profesional”, dice.

También recalca que es muy importante saber que, aunque la persona esté medicada, la ideación suicida no desapa- rece pronto. “La ideación vuelve, reincide; por ello, hay que hacer un compromiso con la persona, de que cuando reaparezca esa idea, no se quede en ella y aprenda a buscar ayuda. Y si la rodean su familia, sus amigos y una atención profesional, va a salir adelante y vamos a salvar una vida”, concluye Andrea Otero.

Campaña 

  • El Día Mundial de la Prevención del Suicidio se lidera desde Australia, donde se han tomado en serio y se han abanderado del tema porque han tenido más dificultades con la problemática.
  • Allí hay una organización internacional, perteneciente a la Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA), que ha liderado la prevención del suicidio.
  • En Colombia, la Asociación Colombiana de Psiquiatría, se ha alineado, con sus recomendaciones con el mismo propósito.
  • El fenómeno es mundial.El suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años en el mundo. 800.000 personas mueren por autolesión cada año, una cada 40 segundos. Las cifras vienen en alza desde 1995.
  • Es riesgo es alto para quienes viven en entornos donde están los medios para ejecutar esta conducta, sobre todo los más jóvenes y adolescentes, porque facilitan su ejecución.
  • Hay factores de riesgo social. Por ejemplo, los veteranos de las guerras de los Estados Unidos, es de los grupos poblacionales con más casos de suicidio en ese país, según la revista Anales de Medicina Interna.
  • Y el abuso en el consumo de opiáceos (calmantes para el dolor), ya que hay una prescripción excesiva que crea adicción y los pacientes con sobredosis, terminan por quitarse la vida.

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