Por Carlos Andrés Pérez, especial para El País
Tras ocho años buscando un lugar para establecerse como empresario en Brasil, el ingeniero noruego Antonio Dishington visitó Cali en sus vacaciones de 1912. Con espíritu emprendedor y las noticias de la entrada en funcionamiento del canal de Panamá, el Ferrocarril del Pacífico y la carretera a Buenaventura, Dishington se radicó en Cali y fundó Textiles La Garantía en 1915.
Esta empresa, que llegó a ser una de las 100 más grandes del país en los años 60, fue uno de los puntos de partida de un fenómeno en la historia empresarial colombiana: el vínculo de Cali y el Valle con empresarios y compañías extranjeras.
Desde la década de 1930, con el arribo de las primeras multinacionales como Corn Products, Uniroyal, Croydon, Nabisco Royal, Nestlé, Smurfit Kappa, Goodyear, Home Products, Eveready y Union Carbide, entre otras, la región ha progresado de la mano de las capacidades de empresas, empresarios y ejecutivos extranjeros.
Actualmente, la estructura productiva del Valle es la más diversificada y sofisticada de Colombia. Este departamento, apenas fundado en 1910, pasó de ser uno de los más pequeños en sus inicios a ser el más próspero y el segundo en población en 1950. Hoy es la segunda economía departamental y Cali, que apenas clasificaba entre las 20 principales ciudades colombianas en 1910, es la tercera del país y las principales ciudades del departamento como Buenaventura, Palmira, Buga, Jamundí, Candelaria, Yumbo, Tuluá y Cartago tienen mayor población y nivel de desarrollo que varias capitales departamentales.
El triunfo de Cali y del Valle ha estado ligado a la llegada de empresarios y compañías de capital extranjero. Este ha sido uno de los mayores motores de desarrollo y crecimiento de la diversa estructura productiva regional.
Son varias las ventajas de Cali y el Valle para la atracción de inversión extranjera. La ubicación privilegiada es una de las principales y corresponde a la disponibilidad de operación del enclave portuario de Buenaventura y a la cercanía a mercados como Bogotá, Medellín, el Eje Cafetero, Tolima y, por supuesto, Cali y el Valle.
Otra ventaja es precisamente la espiral positiva de la diversidad. Las empresas encuentran en esta región una proveeduría de insumos y servicios de primer nivel.
Ante los desafíos de sostenibilidad ambiental y cambio climático, Cali y el Valle deben seguir priorizando la preservación de su extraordinaria biodiversidad, el aprovechamiento sostenible de sus abundantes recursos naturales y la construcción de una sociedad más próspera y con mayores oportunidades. Cali y el Valle están destinados a ser la región más competitiva del Pacífico Latinoamericano, algo que lograremos con ciudades y empresas sostenibles.