En un partido cerrado, América cayó derrotado por el Independiente Medellín en el Pascual Guerrero por 2-1.
Los ‘diablos rojos’, que empezaron ganando gracias a un buen gol de Fernando Aristeguieta, fueron víctimas de su incapacidad para finalizar las jugadas y del mal trabajo defensivo.
El primer tiempo estuvo muy parejo y, de hecho, no tuvo ningún tiro al arco por parte de ambos equipos, más allá de que Germán Cano haya desperdiciado un tiro penal en el minuto 23.
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El segundo tiempo empezó con buenas sensaciones para el cuadro americano, sobre todo, producto de la inclusión del mediocampista Daniel Buitrago, quien debutó con la camiseta roja.
Buitrago protagonizó las mejores jugadas en ataque escarlata, incluido un gran disparo en el minuto 48 que exigió al golero David González, que voló para enviar el balón al tiro de esquina.
América empezó a ser superior en el juego y en el minuto 54 pudo reflejarlo en el marcador.
Un balón enviado al área del DIM fue controlado de gran manera por Cristian Dájome, que superó a un par de rivales y sirvió la pelota a Aristeguieta, quien superó al portero visitante con un toque sutil.
A partir de ahí, América se hizo superior, sin poder reflejarlo en el marcador y el Medellín se hizo fuerte a través de las inclusiones de Jean Carlos Blanco (Castrillón) y Yulián Anchico (William Parra).
Precisamente Blanco aprovechó un centro, que envió Elvis Mosquera de un tiro libre lateral, para marcar el empate sobre el minuto 82. Blanco definió con tranquilidad en el área chica de los escarlatas.
América siguió buscando el segundo gol, pero para su mala suerte, de un tiro de esquina a favor nació el gol de la victoria ‘poderosa’.
Un mal rechazo de cabeza de Rivas fue aprovechado por Blanco para llevar el balón hasta el área americana, allí lo entregó al goleador Germán Cano, quien, cayéndose, alcanzó a puntear la esférica ante la salida de Bejarano.
El rebote le cayó a Andrés Ricaurte que hizo un remate mordido con su pierna derecha. El balón entró como sin querer queriendo en la puerta vacía y sepultó las esperanzas de los locales.