Julio César Uribe jugó dos temporadas en América, 1987 y 1989, y aunque no pudo irse de los rojos con un título de Liga y de Copa Libertadores, dejó un gran recuerdo en la hinchada por su enorme talento en un equipo plagado de estrellas.
'El Emperador', como se conocía al talentoso volante peruano, llegó al América procedente del Junior; en el cuadro escarlata compartió con otras grandes figuras de la talla de Julio César Falcioni, Sergio Santín, Juan Manuel Battaglia, Roberto Cabañas, Ricardo Gareca y Willington Ortiz.
Su primera etapa de 'diablo' (1987) fue corta porque finalizando esa temporada decidió ir al América de México. Allí estuvo un año, hasta que optó por volver al fútbol peruano para jugar en Sporting Cristal.
Del equipo cervecero dio la vuelta nuevamente al América del médico Gabriel Ochoa para jugar en 1989.
En su larga hoja de vida hay un paso por el Cágliari de Italia, por Tecos de México, Independiente Medellín y, ya en el ocaso de su carrera, jugó en Envigado y el Carlos Manucci de su país.
Luego vino una larga experiencia como técnico, hasta que en 2021, después de entrenar a un equipo de segunda división en Perú, decidió ponerse al frente de un proyecto que había comenzado temporadas atrás con su hijo Julio Edson.
Se trata de la Asociación Deportiva El Diamante, una escuela donde forma a las nuevas figuras del fútbol peruano, y con la que estuvo recientemente en Cali, lo que le permitió visitar la sede deportiva del América, y hablar con compañeros de su época con los rojos.
Uribe abrió un espacio para atender a El País y tocar lo que es su actualidad y su pasado de rojo americano.
¿Qué lo trajo por Cali?
Vinimos a jugar unos partidos con unos equipos que están en el mismo proyecto mío; conformamos un club para darles experiencia a los chicos de 16 años; la idea es que vayan descubriendo lo que se les transmite para que sepan lo que tienen que mejorar, es parte de un proceso formativo.
¿Cuántos niños tiene en su escuela?
Son cerca de 350 chicos, hemos tenido una gran acogida y por eso tuvimos que parar el tema de las inscripciones. Es un proyecto que se llama Asociación Deportiva El Diamante, que tiene su sede en Lima.
¿Cuánto hacía que no venía a Cali?
¡Uff...! no venía como desde el 89, más de 30 años. No tuve antes la oportunidad por diferentes motivos, pero ahora gustoso acepté venir con los chicos de mi proyecto deportivo.
¿Cómo encontró la ciudad?
Muy cambiada. Algunas cosas han evolucionado mucho y otras se han quedado atrás como sucede en todas las ciudades. Es un momento social muy difícil para todos.
¿Lo sorprendió la sede de Cascajal?
Sí, lo de Cascajal es súper bueno, es estar a la altura de los cambios; el que no esté actualizado y no avance en infraestructura y muchas cosas, no compite. Hay que estar a la par de los grandes y América es uno de los más grandes del fútbol colombiano.
En su época estaban la cancha y la piscina...
(Risas)... Sí, en esa época apenas teníamos eso. Lo que observé ahora es algo que está a la altura de la evolución. Son muchas las cosas que han cambiado para bien en Cascajal.
Se vio con el máximo directivo del América. ¿Qué habló con Tulio Gómez?
Tuve la posibilidad de conocerlo, una persona sencilla, humilde; tuvo un gesto conmigo que habla más que mil palabras; ese reconocimiento que me hicieron por lo que fue mi aporte al América como jugador es para mí difícil de cuantificar. Súper agradecido con todos, y estoy a la orden para lo que necesite América desde donde esté. La gratitud es la memoria del corazón y yo tengo una muy buena memoria, soy muy agradecido.
¿Con qué compañeros de su época se encontró?
Hablé con varios con los que compartí en diferentes equipos como Wilman Conde, Víctor Espinosa, 'Pacho' Cassiani, que estuvo en Junior, con Hárold Lozano... somos gente del fútbol, hay respeto y eso es bueno, es la fortuna de un deportista cuando tiene amigos en el mundo y yo tengo la fortuna de tener amigos en todos lados.
¿Con Álex Escobar no se encontró?
No tuve la oportunidad, pero voy a regresar y Álex y los demás saben que en mí tienen a un amigo. Tenemos una excelente relación, lo mismo que con Norberto Peluffo, Santiago Escobar, Pedro Sarmiento, 'Pacho' Maturana... La gente del fútbol nos conocemos, sabemos quiénes somos.
¿Cuál fue el mejor América en el que estuvo?
El del 87 para mí fue el mejor. Teníamos dos equipos titulares. Ahí el que diera un cachito de ventaja o se relajaba, no jugaba. Era un gran equipo, había una competencia sana y transparente, de eso se trata el fútbol.
Con Ochoa jugaba el que mejor estuviera...
Como tiene que ser, el que mejor esté es el que debe ir a la cancha. Por eso nos entrenábamos con todo, para tratar de jugar en un equipo que tenía 22 jugadores de primer nivel.
¿Desde Perú sigue al América?
Veo algunos partidos, hoy con la tecnología vemos fútbol del mundo, obviamente veo al América de Cali, al de México. Uno no se puede desligar de lo que es su pasión.
¿Por qué no insistió para seguir dirigiendo en Primera?
Es que yo no tengo por qué insistir, tengo una trayectoria de 30 años, soy una persona productiva, pero si no tengo empresario y si no lo mueven a uno, pues se queda sin dirigir. Me preparé para todo, pero no claudico mis valores, ese es un problema en la actualidad. No concibo la relación laboral sin un orden, hoy la gente no se da valor. No es mi misión calificar esa realidad, la entiendo, pero estoy súper tranquilo.
Como técnico tuvo un paso fugaz por Colombia. ¿Por qué?
A Junior lo dirigí en el 96, lo tomé en el puesto 12, teníamos que terminar entre los ocho, que fue el objetivo por el que me contrataron, y terminamos séptimos; hice mi trabajo y después no pude continuar, no sé por qué, pero lo importante es continuar uno con su filosofía y seguir siendo lo que siempre he sido: correcto, respetuoso y agradecido.
¿Por qué nunca hubo una opción del América?
Ya le expresé algunas razones, pero ahora que nos hemos vuelto a contactar, uno nunca sabe. Ahora hay un técnico, Alexandre Guimaraes, a quien le agradezco el gesto de presentarme al grupo de jugadores; eso dice mucho de su calidad de persona y hay que agradecerlo públicamente; cuando uno es correcto puede caminar por cualquier lugar del mundo. Así lo interpreto.
¿Cómo está el fútbol peruano a nivel de selección?
Bien, esperando su momento para acceder al próximo Mundial de manera directa. Ricardo (Gareca) hizo un buen trabajo, fue productiva su etapa, eso se lo reconocemos por su profesionalismo y liderazgo; estuvo incluso sorprendiendo por lo alto por lo que es nuestro fútbol, había pesimismo, pero le fue bien.