Para que un maquillaje luzca perfecto, son varios los pasos que se deben seguir, especialmente para que los productos se logren difuminar entre sí y lograr un acabado uniforme, luminoso y radiante.

Precisamente, uno de los productos que se deben adherir bien al rostro es la base, pues de esta dependerá la calidad del mismo, ya que se puede acartonar o ver grumosa.

Ahora bien, la clave para una base de maquillaje perfecta comienza con una piel bien preparada. Antes de aplicar cualquier producto, es fundamental limpiar e hidratar adecuadamente el rostro. Utilice un limpiador suave para eliminar impurezas y una crema hidratante que se adapte a su tipo de piel.

Es importante optar por productos que se adhieran a las necesidades de la piel. | Foto: misuma

Si tiene la piel seca, considere usar un hidratante más rico o un aceite facial. Una piel bien hidratada asegura que la base se deslice suavemente y no se adhiera a las zonas secas, evitando el aspecto acartonado.

Otro punto clave para un maquillaje perfecto es el uso de un primer. Estos crean una barrera entre la piel y la base, suavizando la textura del rostro y ayudando a que el maquillaje se adhiera mejor. Elija un primer que se adapte a sus necesidades: hidratante para piel seca, matificante para piel grasa o con efecto blurring para minimizar poros y líneas finas.

Cabe mencionar que aplicar el primer de manera uniforme asegura que la base se distribuya de manera homogénea, evitando acumulaciones y grumos.

Seleccionar la base adecuada es esencial para evitar un acabado grumoso. Opte por fórmulas ligeras y de cobertura construible que se adapten a su tipo de piel. Las bases líquidas o en crema suelen ser más flexibles y se integran mejor con la piel, mientras que las fórmulas en polvo pueden acentuar las zonas secas.

Asegúrese de elegir un tono que se funda bien con su tono de piel para un acabado natural. | Foto: VladimirFLoyd

Un truco infaltable al momento de utilizar base es aplicarla en capas finas y construir gradualmente la cobertura. Esto evitará un aspecto pesado o acartonado. Utilice una esponja de maquillaje humedecida o una brocha para aplicar la base con movimientos suaves y circulares.

Después de aplicar la base, es importante sellarla correctamente para prolongar su duración y mantener un acabado suave. Utilice un polvo traslúcido ligero para fijarla, centrándose en las áreas que tienden a brillar o donde el maquillaje se desplaza más rápidamente.