Para que un maquillaje luzca perfecto, son varios los pasos que se deben seguir, especialmente para que los productos se logren difuminar entre sí y lograr un acabado uniforme, luminoso y radiante.
Precisamente, uno de los productos que se deben adherir bien al rostro es la base, pues de esta dependerá la calidad del mismo, ya que se puede acartonar o ver grumosa.
Ahora bien, la clave para una base de maquillaje perfecta comienza con una piel bien preparada. Antes de aplicar cualquier producto, es fundamental limpiar e hidratar adecuadamente el rostro. Utilice un limpiador suave para eliminar impurezas y una crema hidratante que se adapte a su tipo de piel.
Si tiene la piel seca, considere usar un hidratante más rico o un aceite facial. Una piel bien hidratada asegura que la base se deslice suavemente y no se adhiera a las zonas secas, evitando el aspecto acartonado.
Otro punto clave para un maquillaje perfecto es el uso de un primer. Estos crean una barrera entre la piel y la base, suavizando la textura del rostro y ayudando a que el maquillaje se adhiera mejor. Elija un primer que se adapte a sus necesidades: hidratante para piel seca, matificante para piel grasa o con efecto blurring para minimizar poros y líneas finas.
Cabe mencionar que aplicar el primer de manera uniforme asegura que la base se distribuya de manera homogénea, evitando acumulaciones y grumos.
Seleccionar la base adecuada es esencial para evitar un acabado grumoso. Opte por fórmulas ligeras y de cobertura construible que se adapten a su tipo de piel. Las bases líquidas o en crema suelen ser más flexibles y se integran mejor con la piel, mientras que las fórmulas en polvo pueden acentuar las zonas secas.
Un truco infaltable al momento de utilizar base es aplicarla en capas finas y construir gradualmente la cobertura. Esto evitará un aspecto pesado o acartonado. Utilice una esponja de maquillaje humedecida o una brocha para aplicar la base con movimientos suaves y circulares.
Después de aplicar la base, es importante sellarla correctamente para prolongar su duración y mantener un acabado suave. Utilice un polvo traslúcido ligero para fijarla, centrándose en las áreas que tienden a brillar o donde el maquillaje se desplaza más rápidamente.