El cuidado adecuado de la piel del rostro requiere una elección cuidadosa de los productos de limpieza. Aunque puede parecer conveniente usar el mismo jabón para todo el cuerpo, los expertos advierten sobre los riesgos asociados con el uso de jabones no formulados específicamente para la cara. A continuación, se exploran las razones por las cuales ciertos jabones deben evitarse en el cuidado facial y se presentan recomendaciones para elegir los productos más adecuados.
El peligro del pH alto en los jabones corporales
Una de las principales razones para evitar el uso de jabones corporales en el rostro es el desequilibrio en el pH. Según el portal de Ponds, la mayoría de los jabones para el cuerpo tienen un pH alto y alcalino, en contraste con el pH ligeramente ácido de la piel facial, que varía entre 4 y 6. Esta discrepancia en el pH puede ser extremadamente perjudicial para la piel del rostro, causando irritación y alterando la barrera cutánea.
El pH alcalino de los jabones corporales puede desestabilizar el equilibrio natural de la piel, llevándola a una condición más seca y propensa a problemas como la inflamación y las infecciones. Además, esta alteración puede hacer que la piel sea más susceptible a daños ambientales, como la exposición al sol y la contaminación. Por ello, es crucial utilizar productos diseñados específicamente para el cuidado facial que mantengan el equilibrio ácido de la piel.
Ingredientes que despojan a la piel de sus aceites naturales
Otra razón para evitar ciertos jabones faciales es la presencia de ingredientes que eliminan los aceites naturales de la piel. El portal de dermocosmética Farmacialeloir destaca que los limpiadores y exfoliantes fuertes pueden dejar la piel roja e irritada, lo que puede agravar los brotes de acné y otras afecciones cutáneas. Los jabones con ingredientes demasiado agresivos tienden a despojar a la piel de sus aceites esenciales, debilitando su capacidad para retener la hidratación y mantener una barrera protectora saludable.
Para una limpieza facial adecuada, se recomienda optar por productos que contengan ingredientes suaves y efectivos, como: el agua termal, la monolauraína (reguladora de sebo), y el gluconato de zinc (antiinflamatorio). Estos componentes ayudan a limpiar la piel sin eliminar sus aceites naturales, favoreciendo la salud y el equilibrio de la piel. Además, el uso de limpiadores que incorporen emolientes y humectantes, como la glicerina y las ceramidas, puede ayudar a mantener la piel hidratada y protegida.