Los estudios también han podido determinar que hay ocasiones en que las mismas personas pueden de manera inconsciente estar acelerando el proceso de envejecimiento, sobre todo al crear condiciones que hagan más lento la evolución de renovación celular y de producción de colágeno.
Pero aunque existen muchos tipos de colágeno en la piel, los expertos mencionan que es posible que el azúcar logre dañar algunas de las variedades del colágeno que hay en la piel.
Ponds señala que esto se presenta cuando el azúcar en el torrente sanguíneo se adhiere a una proteína y forma nuevas moléculas dañinas llamadas Productos Finales de la Glicación (AGE’s por sus siglas en inglés).
AGE’s dañan las proteínas en un efecto dominó, por eso entre más azúcar consuma una persona, más AGE’s se producirá y con ello habrán más proteínas dañadas. En ese caso se verá totalmente afectada la firmeza de la piel.
Si se daña la proteína
La glicación daña el colágeno y la elastina. Si la proteína fue dañada, el colágeno y la elastina se rompen y se desconectan. Es allí cuando aparecen líneas finas, arrugas y flacidez en la piel.
Este proceso se puede presentar usualmente desde los 35 años de edad, e ir incrementándose rápidamente.
Para revertir los daños que causa el azúcar, es necesario facilitar la producción de colágeno usando productos que contengan retinoides.
Para reducir la producción de AGE’s, es necesario y fundamental reducir la cantidad de azúcar que consume, por ello los especialistas recomiendan tener una dieta baja en carbohidratos, o bien optar por consumir granos enteros y arroz integral.