Ante la permanente llegada de personas migrantes a la Sultana del Valle, los expertos hacen un llamado a la empatía y la solidaridad para integrar a los nuevos residentes como parte de la sociedad y así, reducir los índices de xenofobia (rechazo a los extranjeros) que suele activarse ante un éxodo migratorio.
Para lograrlo, Julián Andrés Gutiérrez Marín, psicólogo y Magíster en Estudios Sociales y Políticos y representante de campo de Desarrollo Humano y Ciclo de Vida del Colegio Colombiano de Psicólogos, considera que los insumos pedagógicos son fundamentales para contrarrestar los discursos y las manifestaciones discriminatorias que se esconden detrás de los comentarios cotidianos, las publicaciones en las redes sociales, los memes, las charlas en los colegios, en la cuadra del barrio y en la mesa del comedor.
Gutierrez también hace énfasis que, en el caso de los medios de comunicación, se debe tener en cuenta lo que hay detrás de los titulares y los enfoques con los que se analizan las noticias. Esto, con el fin de tener en cuenta a los diferentes actores involucrados y no solo a una porción particular de la población.
“Por tanto, la solidaridad ciudadana hacia las personas migrantes venezolanas en Cali, la necesidad de abrir y promover espacios de atención y orientación, así como buscar alternativas para que esta población pueda incorporarse, son acciones necesarias y fundamentales para combatir la xenofobia. De esta manera, se fortalecen los dispositivos de intervención psicosocial que abordan el impacto socioemocional generado por las distintas trayectorias de la migración o movilidad humana”, destaca el psicólogo.
Por su parte, Holbein Giraldo Paredes, historiador y filósofo, profesor de la Universidad del Valle y la Universidad Libre, establece que la aporofobia (rechazo a los pobres) se combate con educación. “Enseñarle a los y las caleñas valores como la empatía, la solidaridad, la no discriminación, y en especial, recordarle a nuestra ciudad que nosotros también somos una sociedad de migrantes y que muchos de nuestros compatriotas han sufrido aporofobia en otros países, inclusive nuestros familiares migrantes. La solidaridad es la ternura de los pueblos”, comenta.
Asimismo, revela que tanto el Valle del Cauca como Colombia pueden beneficiarse positivamente de este fenómeno migratorio.
“La migración por tanto tiene de positivo el poder elevar la cultura de las personas, la solidaridad, y a su vez propiciar encadenamientos productivos en favor de ese inesperado flujo poblacional, pero que progresivamente debe adaptarse y procurar su potencialidad”, detalla Giraldo.