Por David Matos, periodista de El País.
Jesús Riaño aprendió a preparar su primer quesillo a los 13 años de edad bajo la supervisión de su padre, el señor Jesús Domingo Riaño, un colombiano trabajador que inculcó a sus hijos la importancia de aprender un oficio desde temprana edad para salir adelante.
Jesús es nacido en el barrio 23 de enero de Caracas y criado en la ciudad de Barquisimeto, Venezuela, donde estudió los primeros dos semestres de la carrera Administración de Empresas. Migró hacia Colombia en 2015, cuando apenas había alcanzado la mayoría de edad, pero este joven no solo conocía cómo preparar un buen quesillo venezolano, sino también cómo venderlo.
El quesillo venezolano se prepara a base de leche, huevo completo, leche condensada, caramelo, esencia de vainilla y ron. Este postre destaca por su textura suave, grumosa y su fácil preparación; no debe confundirse con el flan, que solo se prepara con la yema del huevo.
“Conocí Bogotá, donde trabajé como auxiliar de cocina, en varios restaurantes. Sentía que debía emprender con los conocimientos que tenía, y pasados seis meses me compré mi primer carrito con 200 mil pesos. Lo bauticé ‘Jesús Quesillo’, en honor a mi papá”, aseguró.
La venta de quesillo tradicional comenzó a producir demanda. La receta de Jesús lo hizo conocido en las calles de la capital colombiana, donde vendía entre 40 y 50 quesillos de diferentes tamaños. En un año, alrededor de 34 personas (30 impulsadores, 2 en el área de producción y 2 en logística) se beneficiaron de manera directa por este emprendimiento que sumó 30 carritos ‘Jesús Quesillo’ circulando en el Área Metropolitana de Bogotá.
En su adolescencia, Jesús ganó experiencia viajando con su padre desde Barquisimeto hacia Caracas para vender repostería, y Colombia no fue la excepción. El joven también trabajó en 2021 con el humorista y comediante urbano Triple Papito de la Risa, que vivía en Cali, para impulsar su negocio en redes sociales, como Instagram y TikTok, a través de contenidos virales.
El distanciamiento social a causa de la pandemia del Covid-19 disminuyó considerablemente las ventas de quesillos en Bogotá, situación que llevó a Jesús a suspender temporalmente la producción y mudarse a la capital del Valle, donde comenzó a vender nuevamente quesillo en el centro histórico de la ciudad y en algunos barrios del sur, como Siloé y Meléndez.
“Aquí poco a poco fui comprando las neveras, los refrigeradores. Tenemos una cafetera y unas mesas de acero para trabajar. Las personas comenzaron a llegar gracias a los contenidos promovidos en redes sociales, el voz a voz; me gusta que las personas vuelven a comprarnos”, afirmó Jesús, quien espera ampliar su línea de productos hacia la repostería artesanal, como tortas y pasabocas.
‘Jesús Quesillo’ tiene hoy una sede física en la Carrera 9 # 56 - 16, barrio La Base, de Cali. Este emprendimiento cuenta con 16 carritos que circulan en los municipios de Bucaramanga y Cali, y genera 20 empleos directos, entre personas colombianas y venezolanas, que cumplen funciones en las áreas de producción, administración y ventas.
Actualmente, este emprendimiento registra una venta semanal entre 35 y 40 ruedas de quesillo, para un total aproximado de 400 porciones.
Para Jesús, los límites fronterizos son una construcción mental. Los viajes representan una oportunidad para expandir su negocio y, por esta razón, emprendió giras que pasaron por las ciudades colombianas de Cartagena y Santa Marta; viajó hacia Argentina, Chile, Ecuador y Perú, y en marzo de 2024 viajó hacia los Emiratos Árabes.
Dos meses después y a más de ocho de mil kilómetros de distancia de Cali, específicamente en las ciudades de Barcelona, Madrid y Valencia, España, muchos conocieron los postres de Jesús durante una gira que este emprendedor hizo por Europa, con el fin de establecer alianzas estratégicas por medio de convocatorias y concursos para darse a conocer antes de regresar a Cali.
La marca tiene en 1 millón 400 mil seguidores en TikTok (@jesusquesillo), 1 millón de seguidores en Facebook (Jesús Quesillo) y 744 mil seguidores en Instagram (@jesusquesillo).
“Recomiendo a todas las personas, sean migrantes o no, que se enfoquen en su meta, que no tengan miedo ni vergüenza de trabajar, siempre y cuando sean honestos y hagan las cosas de manera correcta siguiendo su corazón. No permitan que otras personas les haga perder el objetivo, y recuerden siempre el servicio que ofrecen a las personas y los territorios adonde van”, finalizó.