Por: Andrés Julián Trujillo Jaramillo - Periodista de El País.
Las violencias basadas en género están afectando duramente a las mujeres del Valle del Cauca. Según datos del Observatorio de Género de la Gobernación del Valle (Ogen), con corte al 15 de mayo de 2024, en el departamento se han registrado 38 homicidios de mujeres, de los cuales, 13 fueron tipificados como feminicidios por las autoridades, 7 más en comparación con el mismo periodo de tiempo de 2023.
De acuerdo con el reporte del Observatorio, Cali, con siete casos, es la ciudad del Valle que más feminicidios reporta en lo corrido del año; le siguen Palmira, con dos, y Buenaventura, La Unión, Jamundí y Pradera, cada una con un caso.
Uno de los casos que se presentaron en la capital del Valle fue el de Valentina Zúñiga, la cual habría sido asesinada el pasado 21 de enero en el barrio Torres de Comfandi, norte de Cali, por quien era su pareja sentimental hace más de seis años y padre de su hija.
El presunto feminicida intentó manipular la escena del crimen para simular el suicidio de la víctima, sin embargo, gracias al análisis de las autoridades, se determinó que Valentina no había muerto por una herida de arma de fuego o blanca, sino por asfixia.
La secretaria de la mujer del Valle, Yurani Andrea Ordoñez afirmó que desde la Gobernación trabajan con las distintas alcaldías para velar por la seguridad de las mujeres que viven en el departamento.
“Venimos en la implementación de medidas como el Código Rosa en articulación con las alcaldías y las autoridades, además, contamos con estrategias como la Ruta de Atención a Víctimas, los Consultorios Rosa, el empoderamiento en liderazgo y la autonomía económica para erradicar las distintas formas de violencia que afectan a nuestras mujeres”, aseguró Yurani Andrea Ordoñez.
Asimismo, la funcionaria aseveró que desde la Gobernación trabajan en el fortalecimiento de las redes de apoyo y en la mejora de la ruta de atención para que sea más efectiva y oportuna.
Otro de los delitos que genera preocupación en las autoridades y organizaciones sociales, es la violencia intrafamiliar, que presenta altos índices en la región. De hecho, para múltiples expertos, estas denuncias ponen un precedente, pues muchas de las víctimas de feminicidio habían expresado con anterioridad haber sufrido violencia en su hogar.
Gerson Vergara, defensor del Pueblo del Valle explicó que: “El subregistro de violencia intrafamiliar es enorme, podemos hablar que en promedio, en Cali, hay 5000 víctimas de este delito al mes, sin embargo, las cifras de denuncias interpuestas ante las autoridades son mucho menores”.
De hecho, de acuerdo con el informe de delitos de Ogen, con corte al 4 de abril de 2024, en el departamento se han reportado 1769 casos de violencia intrafamiliar, 280 más en comparación al mismo periodo de 2023.
En el reporte se observa que Cali es la ciudad que más casos de este delito reporta en el Valle con un total 1032, 152 más en comparación con el mismo periodo del año pasado.
“Uno de los aspectos de estas cifras es que tienen un marcado subregistro de la problemática de violencia intrafamiliar por diferentes razones; en algunos casos, las mujeres no encuentran un lugar donde se sientan seguras para denunciar, a otras les da miedo o pereza ir hasta donde están las autoridades, algunas optan por retirar las denuncias y hay un gran número que temen comprometer al victimario, que es una persona dentro de su núcleo familiar, en un proceso judicial. Teniendo en cuenta estos factores, se puede hablar de que por cada mujer que denuncia, hay entre cuatro o cinco que prefieren callar”, explicó Henry Rivera Soto, experto en temas de género y ex líder del Proyecto de Prevención de Violencias de Género de la Alcaldía de Cali.
Según las estadísticas del Ogen, en número de denuncias de violencia intrafamiliar, Palmira es la segunda ciudad del Valle con más registros; el reporte más reciente habla de 158 casos, 25 más que en el mismo periodo de 2023. Por su parte, Tuluá es la tercera ciudad con más casos de este delito, pues pasó de reportar 32 denuncias a 80, con un aumento de 150 %.
Para los funcionarios del Observatorio, uno de los puntos más preocupantes del balance del primer cuatrimestre de 2024, es el aumento de la violencia intrafamiliar en municipios con baja densidad poblacional. Un claro ejemplo, es la ciudad de Yumbo, que pasó de 25 casos, entre el 1 de enero al 4 de abril de 2023, a 79 en igual periodo del presente año.
“La violencia intrafamiliar puede golpear de manera diferente a las mujeres de distintas poblaciones, un claro ejemplo son las migrantes venezolanas, con las cuales se está viviendo una particularidad, pues muchas llegaron a Colombia, conocieron y establecieron relaciones afectivas con hombres colombianos, tuvieran hijos, y cuando ellas son víctimas de violencia familiar quedan atadas a Colombia porque no pueden sacar los niños del país, sin el permiso del agresor, muchas de estas mujeres terminan a la deriva”, explicó el Defensor del Pueblo del Valle.
Violencia sexual
Las cifras siguen inquietando, sobre todo cuando son varios los delitos que se reportan. Como ocurre con las violencias sexuales que suman este año 324 denuncias, 71 más que en 2023, siendo el 53 % de las víctimas, niñas y adolescentes entre los 0 y 17 años.
La tasa de violencia sexual no solo es preocupante por el aumento en 2024, sino por la desinformación y falta de datos a lo largo de los años en relación con las poblaciones más vulnerables como lo son las mujeres trabajadoras sexuales, migrantes venezolanas y víctimas del conflicto armado.
De hecho, Cali es un ejemplo de esta problemática, pues desde el año 2019 no hay programa, registro ni acompañamiento a las mujeres trabajadoras sexuales.
“Yo trabajo en el barrio San Nicolás, como trabajadora sexual, Silvana, una de mis compañeras, estaba parada en una esquina, de pronto llegó una camioneta blanca, una Toyota Prado y ella se subió pensando que era un cliente, solo vi cómo se fueron; más o menos una hora después llegó un taxi con una mujer desnuda y ensangrentada, era Silvana. Cuando se tranquilizó y paró de llorar, nos contó que un rato después de arrancar, ese hombre la amenazó con un cuchillo, la desnudó, abusó sexualmente de ella, le dijo que se la iba a llevar a una finca donde la iba a seguir violando y posteriormente la asesinaría. Del susto y en medio de su adrenalina, ella se tiró del vehículo en movimiento. quedando tirada en la carrera 15, la camioneta siguió derecho y ella fue auxiliada por el taxista”, relató Stefanie*, una trabajadora sexual del centro de la Ciudad.
Según la Defensoría del Pueblo, en Cali y el Valle, el fenómeno de la prostitución no solo se divide por zonas sino por formas de ejercer la misma.
“Muchas mujeres cisgénero y transgénero que ejercen el trabajo sexual en la calle prefieren estar en zonas donde hay establecimientos comerciales, en los cuales encuentran cierta sensación de seguridad, pero en sí, están a la deriva. En Cali, no hay una política pública o una entidad de la Administración Distrital que les brinde acompañamiento en la actualidad”, afirmó el defensor del Valle, Gerson Vergara.
“Para la sociedad, nosotras somos menos que animales, si tuviera que decirle algo a la ciudadanía, es que nosotras también somos personas”, dijo Stefanie.
A las violencias basadas en género, las trabajadoras sexuales suman otras preocupaciones como las discriminaciones y dificultades para acceder al servicio de salud y poder llevar procesos de maternidad o de interrupción de su embarazo.
“Hace más de cuatro años había lideresas entre las mujeres trabajadoras sexuales que solicitaban a la Alcaldía jornadas de anticoncepción; también, hubo solicitudes de una guardería nocturna para niños menores de cinco años, pues muchas de estas mujeres son madres cabezas de hogar, sin embargo, esto nunca se dio. Ahora, ni siquiera hay contacto entre la Administración y esta población”, explicó Gerson Vergara.
Asimismo, el Defensor del Valle aseguró que otro de los puntos que también ha despertado las alarmas dentro del Ministerio Público y las autoridades locales son los casos de prostitución infantil, sobre todo de niñas víctimas del conflicto armado y migrantes venezolanas.
“A través de Defensoría pública, por medio de la representación judicial de víctimas, empezamos a darnos cuenta que había familias que empezaron a hacer ejercicios de oferta sexual de sus niños, niñas y adolescentes, nosotros emitimos la alerta en el año 2021 y a partir de esta, iniciamos un programa de prevención para todo el Valle priorizando las ciudades de Cali, Jamundí, Tuluá, Pradera, Florida y Cartago”, afirmó Vergara.
Según el informe ‘La Ciudad de las Mujeres’ del programa Cali Cómo Vamos, el cual recopila también datos de Cali y Yumbo, las mujeres y niñas migrantes venezolanas son el grupo poblacional que más sufre de delitos sexuales, pues la tasa de este crimen por cada 100.000 féminas se sitúa en un promedio de 98.6.
Otra población que presenta un grado alto de vulnerabilidad dentro del territorio del Valle del Cauca es la de las mujeres transgénero. Según el más reciente informe del Observatorio Ciudadano Trans, de Santamaría Fundación, entre los años 2022 y 2023, fueron asesinadas 11 mujeres trans.
Una de estas víctimas era una reconocida líder social del oriente de Cali, dos eran migrantes venezolanas y una era afrocolombiana.
“Las mujeres trans son nuestro dolor, sobre todo porque en lo que va de este 2024, tan solo en Cali, se han registrado cuatro transfeminicidios. Hay una ola de violencia contra la población LGTBI, especialmente contra las mujeres trans en el territorio; En la ciudad hace falta una política pública que en verdad busque disminuir la homofobia y transfobia; los casos de estas cuatro mujeres trans asesinadas corresponden a esa cultura que aborrece a esta población y que además las identifica como delincuencia, un objeto extraño y peligroso; hasta que no se trabaje eso en el sistema educativo, en los medios de comunicación y las posturas institucionales, no se va a cambiar esta realidad”, dijo el Defensor del Valle.
Otro de los fenómenos que preocupa a las autoridades es la trata de personas, la cual ha hallado en el ciberespacio un nuevo modelo de economía criminal. El Ministerio Público ha documentado casos de mujeres migrantes venezolanas, cisgénero y transgénero, que llegan al Valle del Cauca con supuestas ofertas de empleo dentro de Cali y sus municipios cercanos, no obstante, terminan en estudios webcam clandestinos donde les quitan sus documentos y son explotadas sexualmente vía internet.
“También se ha sabido de casos donde engañan a personas migrantes venezolanas con falsas promesas de trabajo. Se los llevan a fincas o parcelaciones, sobre todo en el norte del Cauca, con el fin de que hagan trabajos forzados para grupos armados ilegales. En el caso concreto de las mujeres, estas suelen ser instrumentalizadas para el reclutamiento de hombres en los pueblos y veredas”, aseguraron desde la Defensoría del Pueblo.
Otro punto que ha llamado la atención de la entidad ministerial es el riesgo en el que se encuentran las mujeres embarazadas víctimas del conflicto armado y migrantes venezolanas. En el año 2022, en el municipio de Florida, se presentó el caso donde una madre gestante fue asesinada con la finalidad de extraer el bebé de su vientre.
“Ella tenía 39 semanas de gestación, su bebé estaba a días de nacer, gracias al actuar de las autoridades, el infante fue rescatado y entregado a su padre, él decidió retornar a Venezuela”, afirmaron desde el Ministerio Público.
Al preguntarle sobre la situación de las mujeres migrantes caminantes, Vergara dijo que múltiples ciudadanas venezolanas se habían acercado en una de las paradas de la Carpa de los Derechos Humanos a manifestar que, durante su paso por los municipios del norte del Valle, hombres movilizados en camionetas de alta gama se acercaron a las madres que tenían a sus hijos de corta edad ofreciéndoles dinero a cambio de sus infantes.
“En tan solo un día registramos 18 casos. Según las víctimas, los hombres les ofrecían grandes sumas de dinero y argumentaban que ellos podían darle mejor vida a estos niños y niñas, las madres continuaron su recorrido con miedo a ser despojadas de sus hijos e hijas”, aseguró el Defensor del Valle.
Como un fenómeno con múltiples consecuencias, las diversas situaciones que pueden afectar a las niñas, jóvenes y mujeres de las distintas poblaciones han desencadenado un preocupante panorama de salud mental, pues los esfuerzos de las administraciones locales se quedan cortos a la hora de atender la realidad.
“Un claro ejemplo de las deficiencias dentro de la red de atención de la Alcaldía se da en el hogar de acogida de la Subsecretaría de Género de Cali (Casa Matria), pues si una mujer que es víctima de violencia intrafamiliar y tentativa de feminicidio solicita refugio, pero tiene una discapacidad cognitiva, un problema de consumo de sustancias psicoactivas o es trans, no podrá ser resguardada en el hogar y queda a la deriva dentro del sistema mientras vive al lado de su agresor”, explicaron desde el Ministerio Público.
En el informe La Ciudad de las Mujeres, de Cali Cómo Vamos, se evidencia que la tasa de suicidio por cada 100.000 mujeres es de 2.9 jóvenes, 1.9 adultas, y 3.1 migrantes venezolanas.
Otra cifra que pone en alerta las condiciones de la de salud mental en la ciudad es la del estudio representativo que realizó el Observatorio Para la Equidad de las Mujeres de la Universidad Icesi y la Fundación WWB , el cual arrojó como resultado que el 10 % de las mujeres viven en la capital del Valle se sienten insatisfechas o muy insatisfechas con sus vidas.
Soraya Husaín, directora de Investigación de la Fundación WWB Colombia, explicó que uno de los factores que más preocupa a las organizaciones que trabajan por el cierre de brechas son precisamente los distintos tipos de violencia que experimentan las mujeres, tanto en el hogar como en el espacio público: la violencia sexual, la sicológica, la económica o patrimonial, y la física, que es la visible pero no es la única. “Nos preocupa la inseguridad en todos los espacios que habitamos las mujeres, incluyendo el transporte público, por lo que debemos seguir trabajando en todos los ámbitos”
Lina Buchely, directora del Observatorio para la Equidad de las Mujeres, OEM, hizo un llamado a romper el continuum de inseguridad que viven las mujeres, expuestas a geografías inseguras, tanto en el hogar como en el espacio público. “Se requieren protocolos, decisiones sostenidas para construir espacios seguros, que haya más acompañamiento y prevención, porque a pesar de habitar esas geografías, solo el 20% de las mujeres conoce las rutas de atención y solo un 5% hace uso de esa ruta. Necesitamos tener escenarios seguros para las mujeres”, concluyó.