Conseguir trabajo es quizás uno de los mayores retos que vive una persona que llega a una ciudad nueva luego de haber migrado de su país o región de origen. Muchos ven en el sector gastronómico un mundo de oportunidades en el cual pueden desempeñarse en distintos puestos con el fin de ganarse la vida de manera honesta.
Y es que para nadie es un secreto que este sector se caracteriza no solo por tener una variedad de cargos a disipaciones de personas con o sin estudios, con o sin experiencia, sino que también presenta oportunidades para aquellos ciudadanos nacionales o extranjeros que deseen emprender con sus propios negocios y productos.
Tanto es el impacto y la importancia del sector que, según cifras de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica, aproximadamente 30.000 personas migrantes venezolanas cuentan con un empleo dentro de la industria, ayudando a la dinamizar la economía y generar nuevos negocios.
Uno de estas personas migrantes que encontró en el sector gourmet la oportunidad de progresar fue José Miguel Quiroz, un hombre venezolano que llegó a Cali en el año 2017, tras dejar atrás su empresa de pulpa de fruta, la cual exportó este tipo de productos durante 13 años, esto debido a la crisis económica que afectó el vecino país y que volvió insostenible la producción de su compañía
A su llegada a la capital del Valle, José afirma que encontró un lugar que lo acogió y brindó oportunidades, con una comunidad que siempre se mostró solidaria y amable con él. “Las personas en Cali siempre fueron muy receptivas conmigo, estoy muy agradecido”.
Catalogándose así mismo como un ciudadano del mundo, a su llegada a Cali, José comenzó a laborar en el reconocido restaurante Salerno por turnos como mesero, poco a poco, y gracias a su dedicación, el migrante empezó a convertirse en una pieza fundamental para el negocio llegando a tener un puesto fijo en el establecimiento comercial y empezando a ser reconocido entre el sector gourmet.
“Tiempo después resultó una oportunidad con il Forno, fui a trabajar como mesero tiempo completo allí, pasado un año en ese cargo, se me brindó la oportunidad de ser el gerente de la sede de Manizales, trabajé en ese puesto unos ocho meses”, relató José.
Y es que la pandemia afectó muy fuerte el sector gastronómico, generando así que muchos establecimientos y cadenas de restaurante limitaran sus operaciones y en algunos casos, teniendo que cerrar distintas sedes.
“Me tocó iniciar de cero, volví a Cali y con mi moto empecé a rodar, conocí a la coordinadora de Mercadeo de Fusion Wok y me dieron la oportunidad de trabajar en la cocina, tiempo después, pasé a las mesas y luego, tras la apertura de la sede de San Fernando, pude ser el gerente de esta y de la sede de Las Velas, en el Sur de Cali”, contó Quiroz.
Debido a situaciones familiares, José terminó apartándose de su puesto dentro de la cadena de restaurantes de comida asiática, pasado un tiempo y tras de un par de empleos, empezó a formar parte de la familia de Fratorino Risonte, un restaurante comida italiana ubicado en inmediaciones del Parque del Perro, que ha empezado a ganar reconocimiento dentro de la Sucursal del Cielo por su exquisita oferta gastronómica.
“Estamos construyendo una marca, tenemos una comida italiana excelente que es preparada con ingredientes de alta calidad, manejamos un buen servicio a la mesa, una propuesta diferente y siempre con la visión de seguir mejorando”, afirmó José.
Al preguntarle sobre qué consejo le daría a las personas que en este momento estén buscando un empleo, José recalcó que se debe “tener una actitud positiva y siempre poseer la disponibilidad para laborar, el trabajo lleva consigo esfuerzo y dedicación, cuando uno está dentro de una empresa, se van dando las oportunidades de progresar”.