En la Orquesta Filarmónica de Cali se encuentra Angela Deán, una mujer venezolana de 55 años que desde hace 21 años deleita a los caleños con tu talento para tocar la viola.
Deán ha sido solista en orquestas importantes como la Orquesta Sinfónica de Venezuela, la Orquesta Filarmónica de Medellín y la Orquesta Juvenil de la Universidad del Valle. También ha compartido escenario con solistas reconocidos como el violinista Francés Maurice Hasson y el violista Venezolano Jhoen Vásquez.
Gracias a su trayectoria y experiencia se ha posicionado como un referente musical en la ciudad, pues la oportunidad de llegar a Cali y vincularse con la Orquesta Filarmónica se dio de repente en el 2003.
“Estaba en Venezuela y un día me llamaron que necesitaban un violista en la Orquesta Filarmónica de Cali por tres meses y yo accedí. Después de ese tiempo me ofrecieron quedarme seis meses más y tuve que pedir permiso no remunerado en Venezuela. Pasado ese lapso me dijeron que debía concursar para saber si me quedaba definitivamente, entonces concursé, quedé y esos tres meses se convirtieron en 21 años”, contó Deán.
Además de su trabajo con la Orquesta, Deán divide su tiempo, minuciosamente, para dictar clases en El Instituto Departamental de Bellas Artes y en la Escuela de Música Desepaz, en la que es una de las maestras fundadoras.
Su talento por este instrumento empezó a desarrollarse a sus 8 años de edad, cuando en su ciudad natal de Venezuela llegó la Orquesta Juvenil e Infantil de Mérida para brindarle a los niños y niñas una formación musical.
“Nosotros no conocíamos de instrumentos ni nada. Sin embargo, a mi ciudad llegó el Sistema de Orquesta Juvenil y nos preguntaron si queríamos estar ahí y mi hermano y yo nos metimos. Desde mis 8 años toco el violín y a mis 15 años me cambié para la viola que es el instrumento que toco actualmente”, dijo.
Es importante destacar la diferencia entre el violín y la viola, pues el primero es un instrumento más pequeño en tamaño, luego, un poco más grande, está la viola, el violonchelo y el contrabajo, entre más grande el instrumento, más grave es el sonido. Sin embargo, y de acuerdo con Angela, la técnica para tocar el violón y la viola es casi la misma.
“Me sentí y me sigo sintiendo muy contenta por estar en la Orquesta Filarmónica de Cali, es una institución que tiene mucho movimiento y tiene muchas actividades. Es un honor estar en la Orquesta, en la Escuela de Música Desepaz y en todas las instituciones”, expresó.
Con la Orquesta ensayan diariamente los repertorios para las presentaciones que hacen, pues, de acuerdo con la artista, son cada semana o cada 15 días en la Sala Beethoven de Bellas Artes o en el Teatro Municipal.
“También hacemos contraprestaciones con la Alcaldía, Gobernación y el Ministerio de Cultura, ya que ellos nos dan recursos y nosotros vamos a los municipios del Valle del Cauca, a los pueblos, escuelas, universidades e iglesias a hacer conciertos didácticos”, dijo.
A pesar de que Angela ya estaba en Cali cuando Venezuela atravesaba por una difícil situación socioeconómica que generó una ola migratoria, no fue ajena a las problemáticas de su país.
“Para mí fue muy duro porque toda mi familia estaba allá. Ver las condiciones de las personas y como salían, con hambre, frío y pasando necesidades fue muy difícil para mí. Todo el tiempo yo intentaba mandar recursos a mi familia, por eso, también conseguía muchos trabajos para poder ayudar muchas veces no solo a la familia, sino también a amigos y a gente conocida”, dijo.
Actualmente, solo su hermana y su esposo siguen en Venezuela, de resto toda su familia ha podido migrar a Colombia y a otros países del mundo.
Deán destacó que cuando ella llegó a Cali no vivió casos de discriminación ni de xenofobia, de hecho, la Orquesta Filarmónica la recibió con mucho cariño.
El legado en la Escuela de Música Desepaz
Desde los inicios de la Escuela, en el 2005, Angela Deán ha estado presente para enseñarle a los niños, niñas y jóvenes de la comuna 21 a tocar la viola. Esta iniciativa de ProArtes busca impactar socialmente la vida de toda la comunidad.
“En la Escuela de Música Desepaz nos pasó que al principio, hace 19 años, cuando hicimos las audiciones las personas nos veían raro, pero con el paso del tiempo las personas entendieron la importancia de la Escuela y el trabajo social que se hacía, ya que no solo impacta a los jóvenes, sino a todo el territorio, definitivamente a todos les cambió la vida”, manifestó.
Actualmente, la Escuela cuenta con 320 jóvenes, de los cuales 19 son migrantes venezolanos que ven en la maestra Angela como un apoyo y un referente en la música.
“El reto para mí no solo es enseñarles música, sino instruir a buenos seres humanos, eso es lo más importante, cambiarles esa mentalidad y enseñarles que hay otro mundo”, dijo.
A pesar de que la carrera como violista no es fácil por factores como los recursos económicos, Deán constantemente impulsa a los jóvenes para que sigan con sus estudios y cumplan sus metas.
“Uno debe estudiar y hacer lo que le apasiona. Yo como profesora a veces pienso en si estoy guiando bien a los muchachos, porque cuando uno ve capacidades los guía y los impulsa para que continúen sus estudios de música. Es importante entender que cuando uno es bueno en lo que hace y tiene pasión, no tiene porque irle mal en la vida, hay muchas posibilidades. De repente no hay muchas orquestas, pero hay colegios e instituciones”, aseguró.
De esta manera, la reconocida violista Angela Deán quiere seguir contribuyendo a la calidad musical a través de las clases que enseña en el Instituto Departamental de Bellas Artes y en la Escuela de Música Desepaz, así aporta en la educación de los jóvenes y en la preparación de excelentes músicos.