Migrar es una de las decisiones más difíciles que puede tener una persona, sobre todo, porque deja atrás familia, amigos y el entorno en el cual se ha desarrollado una gran parte de su vida.
Cali ha sido una de las ciudades preferidas para los migrantes venezolanos, no solo por su clima y pujante economía, sino por ser una urbe acogedora que abre sus puertas a todo aquel que deseen trabajar.
Arisleida Peraza es una de las miles de mujeres migrantes venezolanas que arribó a la capital del Valle a construir empresa, ella llegó a la ciudad en el año 2019 con la visión de seguir haciendo lo que más ama, cocinar.
La mujer contó que llegó a la Sucursal del Cielo debido a que una de sus sobrinas vivía en la ciudad desde hace años, esta le hizo la oferta de cocinar para un restaurante que estaba iniciando, la cual Arisleida aceptó.
No obstante, debido a una mala administración del restaurante, este quebró y Arisleida, tras un tiempo trabajando en otra empresa, decidió emprender con su propio negocio de preparación de alimentos.
“Yo decidí migrar para un mejor futuro, dejé en Venezuela a mi esposo y mis hijos, tiempo después mi esposo también migró, pero él se fue a Medellín. Luego de lo que pasó con el restaurante, conocimos a una pareja de venezolanos que tenían una empresa de papas rellenas, ellos nos contrataron, mi esposo viajó a Cali y aprendimos a hacerlas, con el tiempo, esta pareja se fue a España y nosotros seguimos haciendo las papas”, dijo Arisleida.
Al recordar su experiencia en el restaurante, Arisleida relató cómo las personas que vivían y trabajaban en el barrio Belalcázar, centro de Cali, la buscaban para comprar su menú, también, contó lo difícil que fue el impacto cultural, pues la forma de desayunar en Colombia es muy distinta a la de Venezuela. “Yo le dije a mi familia que éramos nosotros los que teníamos que adaptarnos a las costumbres colombianas si queríamos que el negocio surgiera, pues aquí, nosotros somos los migrantes”.
Sin embargo, la sazón y las costumbres de la tierra natal no se pierden del todo y en una fusión entre la gastronomía colombiana y venezolana, Arisleida encontró ese punto medio que tiene encantados los paladares de la población caleña.
“Cuando nos contrataron para el negocio de las papas rellenas no sabíamos cómo hacerlas, pues de donde yo vengo, eso no existe. Nuestro primer pedido fue de hacer 400 papas en un día, yo lo veía imposible, sin embargo, lo logramos, estas gustaron y en el centro comercial El Tesoro nos contrataron para distribuirlas ahí”, contó la emprendedora.
En la actualidad, Arisleida junto con su esposo e hijos viven en Cali y administran el negocio MVP Comidas y Sabor Tradicional, con el cual, es reconocida en la Sucursal del Cielo por el sabor de sus platos.
Las personas interesadas en probar la exquisita sazón de Arisleida pueden comunicarse al 3116803037.