Cali es una ciudad de puertas abiertas. Su gente y múltiples oportunidades para salir adelante hacen que la línea de la primera estrofa de su himno: “donde es hermoso nacer y vivir” cobre sentido en aquellos que deciden hacer crecer sus raíces en la Sucursal del Cielo y con ellas, los cimientos de sus emprendimientos.
Por eso, año tras año, la Sultana del Valle recibe a cientos de personas que encuentran en Cali una ciudad que tiene todos los ingredientes para cumplir sueños. De hecho, a pesar de la lejanía con la frontera con Venezuela, la capital del Valle se consolida como la tercera ciudad en Colombia con mayor recepción de personas provenientes de ese país. Además, también es uno de los principales destinos de colombianos retornados que buscan alcanzar sus sueños en la tierra que los vio nacer.
Este es el caso de Jorge Luis Osorio Zamora, 1 de los más de 19.000 colombianos que retornaron al país entre 2015 y 2020, según datos del Departamento Nacional de Planeación.
Jorge es la fiel representación de la pujanza de los caleños. No solo tuvo el valor de tomar la decisión de regresar a su país después de vivir durante 13 años en Venezuela, dejando atrás vivencias, amigos y su estilo de vida, sino también de enfrentarse al miedo de volver a comenzar. “Fue un choque bastante fuerte el hecho de dejar todo atrás y regresar a Colombia a empezar de cero. Lo hicimos con mucha incertidumbre, muchos miedos y sin saber qué iba a suceder”, reconoce Zamora, quien retornó a Cali en el 2016.
Él y su familia, fueron recibidos por un tío materno, quien les ofreció vivienda durante seis meses hasta que Jorge tomó la decisión de alejarse de las comodidades ofrecidas por su pariente para trazar su propio camino.
“Mi mamá pidió un préstamo a un ‘gota a gota’ por $500 mil. Alquilamos una vivienda por 400 y los 100 que nos sobraron los usamos para comprar una nevera”, recuerda Osorio.
Ese fue el inicio de Zamora Alimentos Originales (ZAO). Un emprendimiento familiar de yogur griego natural liderado por Jorge. “Mi mamá hacía los yogures y yo los salía a vender puerta a puerta en el barrio (Ciudad del Campo) con una nevera de icopor rota”.
Aunque no tenía experiencia como vendedor, su motivación era aún mayor, pues en la primera semana, Jorge debía ofrecer los productos puerta a puerta hasta las 10 p.m. luego de una larga jornada laboral en una ferretería, donde tenía que cargar bultos de cemento, entre otros materiales.
Fue tal la acogida, que Jorge decidió renunciar a su trabajo para dedicarse tiempo completo a ZAO, confiado en el potencial del producto. Un vaso de yogurt griego natural con un colchón de fruta y granola natural endulzada en miel como topping.
Con el tiempo, las ventas incrementaron al punto de que ZAO se convirtió en un espacio de integración entre migrantes venezolanos y colombianos retornados, quienes encontraban en este emprendimiento la oportunidad de salir adelante.
“Quizá la primera vez que tuvimos la visión de tener una empresa fue dos años después cuando empezamos a recibir a compañeros venezolanos que querían venir a Colombia. Apoyamos a cerca de 15 personas. Vinieron a nuestra casa, les dimos vivienda y empleo. Les dábamos una bicicleta, una canasta y así trabajaban hasta que lograban establecerse en la ciudad”, explica, quien recuerda que alcanzaron a tener hasta 10 bicicletas.
Este modelo puerta a puerta se transformó en el año 2020 cuando Jorge vio la necesidad de reinventarse para continuar garantizando el sustento de sus empleados durante la pandemia. Comenzó buscando los primeros comercios que abrieron las puertas después del confinamiento para que vendieran sus productos en sus instalaciones. “Decidí visitar gimnasios y en el primero me dieron la oportunidad de vender los productos allí. Empezaron con 12 unidades y al otro día ya los habían vendido todos”.
Hoy en día ZAO está presente en más de 115 puntos de venta, produce 30 litros de yogur griego al día, genera siete empleos para migrantes venezolanos y colombianos retornados y tiene tres alianzas con campesinos productores de frutas.
Sumado a esto, el yogur ya cuenta con 7 sabores (fresa, piña, mora, frutos rojos, frutos tropicales, mango-fresa y guanábana) y tres presentaciones 175 y 300 gramos y 1 litro. Una variedad para todos los gustos.
“Mi sueño es poder generar, por lo menos, 300 empleos. Que podamos innovar con nuevos productos y sobre todo, generar programas y talleres para empoderar a madres cabeza de hogar, mujeres, venezolanos, colombianos retornados, a todos, para así enseñarles lo que hacemos y que con esfuerzo y dedicación es posible hacer grandes cosas”, manifiesta Osorio Zamora.
Y agrega: “Es muy importante tener esa integración en nuestras empresas para crear cohesión social entre colombianos y venezolanos. Esto nos va a permitir aprender de otras culturas, de otras experiencias y quizás eso nos ayude a mejorar como sociedad”.
Cabe resaltar que Instituciones como la Cámara de Comercio, el proyecto Oportunidades sin Fronteras de Usaid y la Alcaldía de Cali han apoyado el proceso de Jorge.
Si desea apoyar a este emprendimiento, puede hacer sus pedidos al por mayor y al detal en Instagram: @Zao_Co y al WhatsApp: 3155256782.