Ángela Coelho es una mujer migrante venezolana que llegó a Cali en el año 2019, cuando tomó la decisión de dejar atrás su país de origen para buscar mejores oportunidades. Su arribo a la Sucursal del Cielo estuvo motivado por el estado de desnutrición en el que se encontraba, debido a la crisis alimentaria que vivió en Venezuela, y por garantizar la salud de su hijo de 18 meses, que estaba en periodo de lactancia.
De esta manera, Ángela, su esposo y su hijo iniciaron una nueva vida en la ciudad, quedándose inicialmente en la casa de su hermana, quienes los estaban esperando.
“Mi esposo salía todos los días caminando, otras veces en bicicleta, a buscar empleo en lo que le saliera. Como tenía a mi hijo pequeño no podía optar por un trabajo de tiempo completo, entonces me puse a hacer aseos en casas de familia tres veces a la semana. Así empezamos a ganarnos la vida”, comenta Coelho.
Tan solo meses después, la mujer comenzó a experimentar en la cocina, haciendo una oda al sueño que tenía desde pequeña y que no pudo cumplir por el alto costo: ser repostera y pastelera profesional. Por eso, se animó a emplear sus conocimientos adquiridos de manera autodidacta para elaborar tapas de empanadas o ‘masa de pastelitos’ como se le conoce en Venezuela.
“Empecé a hacer pruebas para saber cómo me iban a quedar, pero tuve que cambiar mucho la receta para que quedaran en su punto. Fue una prueba de ensayo y error porque todo lo aprendí por mi cuenta y así comencé a venderle a conocidos, les pedía que probaran a ver si les gustaban”, recuerda.
Sus primeros pinitos de emprendimiento se dieron gracias a la Fundación Panamericana para el Desarrollo, Fupad, quienes la contactaron, inicialmente, para ofrecerles mercados durante la pandemia del Covid-19. “Ellos contactaron a muchísimas familias para apoyarlos con mercados. Ahí me di cuenta que ellos también tenían una ruta de emprendimiento y pues como yo no me quedo con las ganas, indagué y le pregunté al asesor. Él me dijo que podía aplicar, que solo necesitaba las fotos de las preparaciones y un nombre”, sostiene Ángela.
Así la emprendedora formalizó su emprendimiento, comenzando a comercializar más productos como pastelitos rellenos de pollo, carne y jamón, y tequeños. Además, la cocina con horno, otorgada por Fupad, le permitió ensayar más preparaciones como panes, tortas, galletas y “todo lo que tenía en mente”.
Organizaciones como Fundación Carvajal, Fundación WWB, la Organización Internacional del Trabajo, Usaid, la Cámara de Comercio de Cali, entre otras, han acompañado a Ángela en su camino como emprendedora, ayudándola a adquirir nuevas competencias para potenciar aún más su negocio.
Cabe resaltar que Ángela Coehlo también fue apoyada por el proyecto Oportunidades sin Fronteras (OSF) de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, a través de su componente de Emprendimiento, que se desarrolló en alianza con la Corporación de Desarrollo Productivo, CDP.
“Estoy infinitamente agradecida con Colombia y con Cali y con estas organizaciones porque cuando uno sale de su país, lo menos que espera es recibir tantas bendiciones en una tierra ajena a la tuya. Que depositen la confianza en ti y te apoyen sin probar el producto es algo que como emprendedora y migrante, valoro muchísimo”, menciona.
Una dedicatoria al cielo
Un par de años después, la emprendedora cumplió la promesa que había hecho en 2016, año en el que perdió a su hija Zoé, cuando tenía 5 meses de embarazo. “Prometí que si tenía un negocio le iba a poner su nombre en su honor. El significado de Zoé es ‘vida’. Ella sigue viva en mí y en mi negocio”, expresa Coelho.
De esta manera nace Zoé Bakery, un emprendimiento de panadería y pastelería artesanal que ofrece panes, tortas personalizadas y pasabocas para todos los gustos. “Tenemos cachitos, pan de jamón, rollos de canela, mogollas, dedos de queso y más”, dice.
Este negocio se nutre del amor de su esposo e hijo, quienes han sido su apoyo incondicional. “Son mi motivación para lograr todo lo que he logrado, sobre todo mi hijo por él lo hago todo y lo doy todo”, sostiene.
De igual manera, ha recibido el apoyo de personas cercanas que han aportado su granito de arena. “Mi tía fue mi diseñadora y una amiga y su esposo que viven en Venezuela me ayudaron con el instrumental de mi emprendimiento. Me siento muy bendecida”, menciona.
Si desea apoyar este emprendimiento visite el Instagram: @ZoeBakery.Col o escriba al WhatsApp: 317 658 0736.