La zona rural de Cali podría ser una postal del paraíso. El aire puro que se respira y sus quebradas de agua cristalina que, como venas, atraviesan una infinidad de campos verdes llenos de flora y fauna, hacen que recorrer alguno de sus quince corregimientos sea un deleite para cualquier citadino que desee olvidarse del estrés del día a día. Sin embargo, quienes viven en estos territorios se están enfrentando a problemáticas que hoy en día les están generando una enorme preocupación.
Por esto mismo, el pasado 12 de febrero, ediles de la zona rural se reunieron con el Concejo de Cali para hablar de temas que los están afectando fuertemente, como el mal estado de las vías que los comunican con la ciudad, la inseguridad e, incluso, la falta de agua en algunas escuelas de las veredas.
Ayadith Ortega, edil del Corregimiento de Los Andes y Alirio Silva, de Pance, fueron quienes expusieron estas situaciones. ¿Cuál es la realidad de lo que están viviendo?
Las problemáticas de barrios, comunas y corregimientos serán debatidas en las sesiones ordinarias del Cabildo e iniciarán el 1 de marzo. Ediles podrán transmitir sus inconformidades.
Problemas con las normas ambientales
El hecho de que los corregimientos estén ubicados en zonas de protección, reserva natural y Parque Nacional, hace que se dificulten los permisos de construcción y de titulación de terrenos para las personas que llevan años viviendo allí.
Además, días atrás, el edil de Pance, Alirio Silva, había denunciado que no hay vigilancia por parte del municipio en las obras que algunas personas realizan sin permiso en los corregimientos.
Sobre este punto, la concejal Alexandra Hernández remarcó: “La zona rural tiene problemas de titulación, yo he propuesto modificar el POT (Plan de Ordenamiento Territorial) para mirar ese proceso y el del uso de suelo, para así poder tener actividades económicas, pero cuidando el medio ambiente”.
Invasión del espacio público e inseguridad
Ayadith Ortega, edil del corregimiento de Los Andes y presidenta de los ediles de la zona rural, manifiesta que la inseguridad aumenta en los corregimientos. “La comunidad ha sido víctima de robo en las vías y fincas, donde los ladrones se han metido. También debemos acompañar a las muchachas a tomar el MÍO, porque tipos raros las han intentado violar”.
Ortega expresa que esto se debe a que el corregidor de los Andes es enviado cuatro días de la semana a Navarro. “Estamos desamparados”, dice, asegurando que en El Saladito y Villa Carmelo se vive algo similar.
Al respecto, la concejal Natalia Lasso opina: “En los corregimientos hay limitaciones en el pie de fuerza. Dos o tres policías no pueden atender una extensión de territorio tan amplia”.
Por otro lado, los fines de semana suponen un inconveniente para Los Andes, que se llena de vendedores ambulantes y visitantes que no solo obstaculizan las vías, sino que también dejan las zonas naturales llenas de basura”.
Falta de agua potable en colegios
Jefry Lorena Lerma, la presidenta de Asoediles, señaló que en los corregimientos hay escuelas en donde no llega el agua potable.
“Hay colegios que carecen de este servicio y viven un viacrucis con los niños porque la UAESP (Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos) no llega”, dice.
Aunque la edil Ayadith Ortega afirma que esta problemática ocurre en gran parte de los corregimientos, Marco Vera, director de la UAESP de Cali, sostiene que solo hay dos escuelas en los 15 corregimientos que no tienen agua potable y están en El Saladito (Cabecera) y Dos Quebradas.
Vera argumenta, además, que en la zona rural hay 52 veredas con planta de tratamiento de agua potable.
Sobre las diferentes problemáticas que afrontan las personas que viven en estos sectores cercanos a la ciudad, el director del UAESP expresó: “La pandemia hizo que mucha gente que vivía en la zona urbana se trasladara a la rural. Entonces, esto ocasionó una mayor demanda de servicios públicos, que tienen una capacidad limitada. Por ejemplo, en el corregimiento de Montebello hay dificultades con el agua potable debido a que se han incrementado las construcciones en alturas, que han traído una mayor cantidad de habitantes”.
Sensación de abandono
En el imaginario de los habitantes de la zona rural, hay una sensación de abandono por parte de la administración municipal. Así lo dejó saber Jefry Lorena Lerma, presidenta de Asoediles.
“La ley 2086 que se sancionó el 4 de marzo del 2021 no solo nos reconoce el pago de honorarios, sino también la capacidad de citar secretarios y subsecretarios, pero muchos no vienen”.
Sobre esto, la concejal Natalia Lasso opinó: “Es importante entender que las estrategias de la Alcaldía no pueden abordar los quince corregimientos por igual. Al contrario, deben formularse estrategias específicas y acordes a las necesidades que tiene cada lugar”.
Lasso profundizó su idea de la siguiente manera: “Por ejemplo, el problema de movilidad en corregimientos como Los Andes, Pance, Felidia y Pichindé tienen un componente comercial y turístico, por lo que se necesitan estrategias específicas que incorporen las necesidades de los comerciantes del sector y el flujo de visitantes que llegan”.
De esta forma, los corregimientos de la zona rural de Cali esperan apoyo de la administración para poder resolver cada uno de sus dolores de cabeza.
Vías en mal estado
Uno de los puntos que los ediles presentaron ante el Concejo fue el del mal estado de las vías primarias, secundarias y terciarias en cada uno de los corregimientos.
Al respecto, Alexandra Hernández, concejal, indicó: “Las vías son un calvario. Cada que llueve las personas que viven en la zona rural se quedan encerradas y la malla vial se cae a pedazos”.
Frente al Concejo, los ediles también sostuvieron que el transporte rural no fue articulado con el servicio del MÍO, por lo que esto representa un gasto que les encarece la vida.