El Municipio proyecta una nueva e histórica inyección de recursos para garantizar el funcionamiento del sistema de transporte masivo MÍO durante el próximo año.
Se trata de $78.000 millones con los que se busca financiar la operación de los buses el próximo año y que saldrían del presupuesto municipal, que actualmente está siendo estudiado por el Concejo.
Este salvavidas se sumaría, entre otros, a los $25.000 millones correspondientes al Fondo de Estabilización de y Subsidio a la Demanda, Fesde; otros $9600 millones del recaudo por fotomultas impuestas y más de $1500 millones que se han recaudado por la tasa por congestión.
El presidente de Metrocali, Nicolás Orejuela, explicó que con la inclusión de los $78.000 millones dentro del presupuesto apuntan a definir una política pública de sostenibilidad del sistema de transporte masivo y, de esta forma, apalancar un servicio público esencial “entendido como una responsabilidad social y no como un negocio”.
Orejuela añadió que la inversión de los recursos irá directamente a la operación del sistema, en orden de garantizar que la flota haga los recorridos que corresponden, evitar que haya buses varados y que las frecuencias mejoren. “Los recursos que se van a inyectar no son para los operadores, son dineros para el sistema y permitirán garantizar el servicio. Esto es completamente distinto a los recursos que se han planteado anteriormente”.
Asimismo, el funcionario explicó que el presupuesto se apropiaría de acuerdo a las conciliaciones que se logren en los tribunales de arbitramento que afronta Metrocali con los operadores, que hoy están suspendidos.
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“Debemos reactivar los tribunales y una vez tengamos la validación de los jueces y el Ministerio Público, haremos efectivo el presupuesto. Inicialmente, los tres primeros meses del 2018 los dineros irían a un fondo de estabilización y los nueve meses siguientes (habiendo conciliado con los operadores) se garantizaría la implementación de los recursos. Esto va de la mano a la renegociación de los contratos, con el fin de hacerlos ejecutables para que los operadores se concentren en mejorar los niveles de servicio”, afirmó Orejuela, quien explicó que en la reestructuración se esperan incluir multas y elementos normativos en caso de registrarse incumplimientos.
Inversión, a debate
Respecto a la destinación de estos nuevos recursos para la operación del sistema, el concejal Fernando Tamayo manifestó que “se debe garantizar que los operadores retiren las demandas que tienen contra el Municipio, reorganizar los contratos y que los 400 buses que ha anunciado la Administración no sea para los operadores. Esto blindaría al Municipio y daría la certeza de que el dinero va a generar impacto en la movilidad”.
Por su parte, el concejal Óscar Ortiz señaló que la inversión de recursos en el fortalecimiento del MÍO debería ser una política aparte del presupuesto y que debería formularse a través de un proyecto de acuerdo en torno al salvamento del masivo.
“Lo que se está haciendo es quitar una partida importante del dinero de inversión social para entregárselo al masivo, por lo que se requiere que el Municipio explique a qué le va a restar recursos. Preocupa que no se acuda a los mecanismos del Plan Nacional de Desarrollo, que brinda alternativas para generar ingresos adicionales para fortalecer el masivo, pero nunca dice que hay que sacarlos dinero del presupuesto o recortar la inversión social para financiar la operación del MÍO”, indicó el cabildante.
Ortiz añadió que “el dinero no puede entregarse porque sí, debe estar acompañado de un plan que genere un impacto real frente al transporte y utilidad para los pasajeros y que se pueda medir el cumplimiento mediante indicadores. Ya entregamos $63.000 millones durante el último año y no se ha invertido en flota o infraestructura, lo que es preocupante porque los $78.000 millones que proyectan para el 2018 no van a ser suficientes y cada año va a ser necesario girar más dinero”.
Entre tanto, Mauricio Venté, miembro del Comité MÍO Usuarios, destacó la nueva inversión de recursos en el sistema pero manifestó que se requiere un mayor compromiso por parte de los cinco concesionarios para equilibrar la balanza y propiciar un mejor servicio a los usuarios.
“Algunas frecuencias han mejorado con los giros que el Municipio ha hecho este año, pero hasta ahora no se ha visto un compromiso serio por parte de los operadores para sacar adelante al MÍO. Hoy GIT y Unimetro continúan en crisis y sacan los buses con fallas mecánicas, lo que desdibuja el intento de la Alcaldía de apalancar el sistema. A Metrocali le falta apretar a los operadores, porque se debe exigir un mayor cumplimiento y mejores condiciones para los usuarios”, dijo.