Por primera vez desde que asumió como ministro de Educación, Alejandro Gaviria visitó el Valle del Cauca. La ocasión: la entrega oficial de dos colegios, uno en Guacarí y otro en El Cerrito.
El funcionario aseguró que ya se reasignaron los contratos para el mejoramiento de la infraestructura de siete instituciones educativas de Cali, proceso que estaba suspendido por incumplimientos del contratista.
A propósito de esto, una de las reflexiones planteadas por el Ministro es que, en el futuro, este tipo de contratos y ejecuciones debería descentralizarse para evitar los contratiempos que se presentaron en la región.
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En entrevista con El País, Alejandro Gaviria ratificó que el programa de gratuidad en la educación para los estratos 1, 2 y 3 continúa, además de que está en debate un proyecto, de iniciativa del Congreso, que plantea la universalidad de la educación superior, que no es más que todos los jóvenes tengan acceso a la gratuidad, sin importar su estrato.
Para el jefe de la cartera de Educación, una de las mayores preocupaciones es el rezago que dejó en los niños la educación virtual.
El Distrito de Cali amenazó con demandar al Gobierno Nacional por no haber terminado la remodelación de varios colegios en Cali, ¿qué ha pasado con esto, Ministro?
En el Valle hay 59 proyectos del FFIE (Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa). De estos se han terminado 23. En Cali hay 7 proyectos que preocupan porque dos contratistas incumplieron, pero el pasado 17 de enero se asignaron dos nuevos contratistas para estas instituciones: uno estará a cargo de tres colegios y el otro, de cuatro. Después de una lucha larga y compleja, ya se asignó esto.
En infraestructura tenemos varios desafíos y es terminar lo que viene de atrás, con el FFIE, y queremos hacer los planes para los nuevos proyectos con énfasis en áreas rurales.
¿Qué falló en estos procesos?
Quiero hacer dos reflexiones, la primera es que el FFIE, por diseño, quizás cometió un error, y es que fue demasiado centralista en la contratación. Queremos hacer un cambio, que podamos descentralizar la contratación y la ejecución de las obras y complementar lo que hace el FFIE con Findeter.
Segundo, lo que ha anunciado el Alcalde, que al demorar estas obras él tuvo que pagar más por la educación contratada y pide este recurso, pues vamos a hablar, porque no tiene sentido entre el Estado y la ciudad demandas, quiero hacer énfasis en que esto se solucionará.
Entre los retos que tiene el ministro Gaviria están: lograr la meta de la ampliación de cobertura en la educación superior, universalizar el PAE, mejorar la infraestructura educativa rural y disminuir las brechas de aprendizaje en las regiones.
Específicamente en Cali se desarrollan 23 proyectos que representan 443 aulas, entre nuevas y mejoradas. En total es una inversión de $144.659 millones, de los cuales el Ministerio aporta $97.946 millones y la entidad territorial $46.713 millones. Hay 8 obras terminadas, 6 proyectos en etapa de obra, 2 en ejecución de estudios y diseños y los 7 que ya se reasignaron.
Otro aspecto que queremos trabajar con el Valle es que el PAE (Programa de Alimentación Escolar) llegue a todos los estudiantes. Hoy no es universal en la región.
¿La gratuidad de la educación superior, ese plan que se hizo después del paro del 2021, continuará?
Eso va a continuar, hay 750.000 estudiantes en el país, en números redondos, que hoy se benefician. Nosotros tenemos toda la voluntad de que continúe. Hay unos ajustes que se están haciendo, uno de ellos es en la focalización, que ya no va a ser por estrato, sino por nivel de Sisbén.
Tenemos una reunión con los rectores, la semana entrante, para que eso sea expedito y que el no tener el Sisbén no vaya a ser una barrera de acceso. Las víctimas del conflicto, independientemente, de su nivel socioeconómico, se van a beneficiar y eso es algo que no se había hecho en el Gobierno pasado. También hay un tema administrativo con las universidades, porque generalmente la gratuidad se les pagaba al final de semestre, ahora queremos anticipar el 80 %.
Asimismo, hay una ley que está haciendo trámite en el Congreso de la República, que quiere llevar la gratuidad a una categoría universal, eso es que no exista una focalización por nivel socioeconómico, que no se utilice ni estrato ni Sisbén. Es una discusión muy interesante, nosotros estamos todavía en ese debate interno.
¿Si eso pasa sería la educación superior gratis para todos?
Sí, para todo el mundo. Puede pasar que una persona de estrato 5 que antes iba a la Universidad Javeriana o a Icesi decida estudiar en la Universidad del Valle, y esa persona de estrato 5, que pagaba por su educación superior, podría desplazar a una persona de estrato 1.
Ahí es donde debemos hacer un análisis profundo de qué significa la gratuidad universal, con los mecanismos de admisión actuales, cuando todavía no tenemos posibilidad de que todos los estudiantes que quieran estudiar educación superior puedan hacerlo.
Pero en las universidades públicas no habría cupos para todos...
Vamos a hacer un ejercicio con todas las universidades que pertenecen al sistema universal estatal con esa pregunta: ¿con las capacidades instaladas, cuánto pueden aumentar la cobertura? Ellos nos van a llevar a una cifra.
Nosotros hemos dicho que en el cuatrienio queremos aumentar la cobertura en 500.000 cupos y eso es una estrategia que tiene muchas dimensiones. La gratuidad es una de ellas, todo el proceso de regionalización de la educación superior con complejos educativos. Por ejemplo, se ha hablado de la universidad del Catatumbo, aquí existe este complejo educativo de la universidad el oriente, en el Distrito de Aguablanca, donde hay un lote que ha dispuesto el Alcalde y demás.
También está la reforma al Icetex, la reforma al Sistema de Aseguramiento de la Calidad, nuevas formas de financiamiento de la educación superior. Por ejemplo, con el Icetex logramos que, en el presupuesto bianual de regalías, los alcaldes y los gobernadores puedan invertir en becas para la educación superior.
Usted va cumplir seis meses en el cargo, ¿qué es lo que más le preocupa de la educación en Colombia?
Las dos preocupaciones fundamentales que tengo son: la pérdida de aprendizaje por la pandemia, que es profunda y que está ampliando las inequidades en nuestro país, que abre brechas entre quienes tienen acceso a una buena educación privada y una educación pública que no siempre es la mejor.
Lo segundo era un tema que yo no había anticipado, a pesar de que le había hecho seguimiento de muchos temas económicos asociados a la educación, es el déficit que hay en la educación básica, que ya supera los $3 billones entre lo que dispone el Sistema General de Participación y la necesidad del sector.
A ese déficit se le suman unas necesidades adicionales. Por ejemplo, en primera infancia no se puede avanzar si no hay mayores recursos, entonces se necesita una reforma constitucional al Sistema General de Participaciones para tener nuevos recursos.
¿Qué tanto fue el atraso en la educación o qué tanto nos impactó la educación virtual por la pandemia?
Sobre todo, en grados tercero y cuarto, cuando los niños estaban aprendiendo a leer, los atrasos son muy grandes. Nosotros vamos a tener, en marzo, una gran conferencia para comparar a Colombia con el resto de países de América Latina y del mundo. El Banco Mundial ha venido diciendo una cosa que se aplica a Colombia casi de manera perfecta y es que 70 % de los niños de tercer y cuarto grado no saben leer, entonces hay un atraso grande, preocupante, que va a tener efectos de largo plazo, que puede llevar a mayor deserción escolar y a menor acceso a la educación superior y que va a ampliar las desigualdades en Colombia.
La sociedad ha sido más o menos indiferente a lo que ocurrió. En medio de la pandemia, muchos educadores llamaron atención sobre estos impactos, pero no se les prestó atención.
Usted se ha pronunciado sobre la reforma a la salud que presentará el Gobierno al Congreso, ya que estuvo en ese ministerio muchos años. ¿Cuál es su posición?
El cambio necesita formación de consensos. Uno puede hacer una reforma teniendo 30 % o 40 % de apoyos, pero esa reforma o no va a quedar bien o será precaria. Yo expresé en el Consejo de Ministros, esto lo he hecho público, que la reforma a la salud, un tema donde creo que tengo mucho qué decir, soy el Ministro de Salud que más tiempo ha durado en ese cargo, debe tener una discusión amplia, profunda, completa al interior del Gobierno.
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Dije esa opinión el 11 de enero y la semana entrante vamos a tener esa discusión, y como lo afirmé, en su momento, voy a decir lo que pienso, que tengo preocupaciones sobre cómo se manejará la transición, qué pasará con la gestión de riesgo, sobre como para mejorar, por ejemplo, la atención en áreas rurales no podemos destruir las capacidades que el país ha construido. Cualquier esfuerzo reformista tiene que contestar las preguntas claves sobre cuál es el punto de llegada y cómo se manejará la transición.
¿Cómo se ha sentido en este Gobierno?
Entré al Gobierno porque creo que es importante el pluralismo, voces que tienen una visión distinta puedan trabajar juntas y siempre he creído que acuerdos parciales, entre personas que piensan diferente, son importantes para el cambio.
¿En este primer tramo en el Ministerio de Educación se dice que usted ha tenido muy bajo perfil?
No me gusta hacer anuncios sin tener temas concretos, el debate del país no ha estado alrededor de la educación. El debate se ha centrado en la reforma tributaria, los temas de transformación productiva, la exploración petrolera, la reforma agraria, esto ha concitado la atención del país. Nosotros estamos pensando y analizando los temas. Yo siempre he dicho que soy de la vieja guardia, para cambiar un aspecto de la realidad social hay que entenderlo y estudiarlo.
¿Su aspiración política futura se puede decir que está en pausa?
Todavía eso es ciencia ficción. Nadie sabe qué pasará en el 2026.
En Cali
¿La planta de docentes se va incrementar?
Eso depende del comportamiento de la matrícula. Lo que uno encuentra es que en algunas entidades territoriales se debe incrementar, en otras no; si uno mira los números desde una perspectiva de mediano plazo, lo que se evidencia es que en Cali, por ejemplo, hay una disminución de la matrícula no muy grande, aproximadamente cuatro mil estudiantes en los últimos cuatro o cinco años. Cuando mira el departamento del Valle del Cauca, sacando las ciudades principales e intermedias, también hay una disminución de la matrícula. Eso implica que globalmente no parece haber una gran necesidad de aumento de la planta.
¿Y a qué se debe esa disminución en la matrícula?
Los factores de mediano plazo son demográficos, meramente. Es que el país está cambiando rápidamente en su demografía. A pesar de que hay decenas de miles de migrantes, en el sistema educativo vemos una disminución de la matrícula. También durante la pandemia tuvimos deserción.