El bus del MÍO que se incendió en el norte de Cali el pasado 21 de julio y la falla mecánica que presentó este miércoles otro articulado, y que hizo que emanara humo, son hechos que tienen preocupados a los caleños, quienes temen una obsolescencia en el sistema.

En efecto, el Masivo Integrado de Occidente (MÍO) inició operaciones desde el 1 de marzo del 2009 y en la actualidad, más de 14 años después, varios buses están a punto de quedar obsoletos.

“En el caso de Cali, la vida útil de los vehículos está, en tiempo, más o menos en 15 años, y en kilómetros más o menos en un millón”, explicó Frank Mosquera, miembro principal de la junta directiva de ETM, uno de los operadores del MÍO.

En la estación de Vipasa se quemó el bus del MÍO el pasado 21 de julio. En el hecho no hubo personas lesionadas. | Foto: El País

El directivo detalló que así los buses puedan rodar más tiempo y kilometraje, en su momento se tomó la decisión de establecer unos límites de circulación.

“Partiendo de eso, resulta que la flota del sistema está llegando a esos límites, por ende, sí se va a tener que hacer una renovación, no todo de una porque no todos los vehículos van a cumplir sus límites el mismo día y a la misma hora, pero sí empiezan un proceso gradual. En términos generales, a partir de enero del año 2024 hay varias unidades del sistema que tendrán que ser reemplazadas, no de mi empresa (ETM), pero sí varias unidades del sistema”, agregó Mosquera.

Por este motivo, es necesaria la compra de nuevos vehículos para el MÍO, manifestó el concejal Fernando Tamayo, sin embargo, consideró que esto puede ser complejo por la situación financiera apretada de los operadores del sistema en la actualidad.

“Es una flota totalmente anacrónica, defectuosa, pero por la situación calamitosa del Sistema Masivo pensar en un cambio de buses partiendo de los operadores es prácticamente imposible. En ese sentido, resulta sumamente interesante ver qué va a pasar con la plata del proyecto 180 (ahora Acuerdo 0563), con la que se espera comprar una nueva flota de buses”, dijo Tamayo.

Mientras tanto, Metrocali lo que hizo fue pagar una parte de la deuda que tiene con los operadores el pasado 15 de julio, aproximadamente $ 40.600 millones, con los cuales espera que los concesionarios mejoren las condiciones de sus buses.

“Esperamos pues que los señores operadores tengan a bien disponer recursos importantes a la operación, que puedan recuperar la flota, que puedan ponerla a punto, mejorar las condiciones de cumplimiento, como los kilómetros proyectados por el ente gestor”, señaló recientemente Óscar Ortiz, presidente del ente gestor del MÍO.

Sin embargo, desde los concesionarios recalcaron que esto es muy difícil cuando acumulan varios meses sin recibir recursos de Metrocali y teniendo en cuenta que aún falta girar cerca de $ 47.200 millones.

“Eso tomará un tiempo ya que se debe gestionar la disponibilidad de repuestos, del personal técnico que haga las reparaciones y el mantenimiento, entre otras labores. Se va a trabajar con toda la capacidad instalada para que esto se haga en el menor tiempo posible”, sostuvo Eduardo Bellini, gerente de Blanco y Negro Masivo, otro de los operadores del sistema.

El costo del mantenimiento de los buses, además de ser alto, se ha vuelto difícil de costear en su totalidad gracias a las deudas que tienen los operadores del MÍO.

Adicionalmente, desde ETM comentaron que el mantenimiento de los articulados es muy costoso, y que si bien ellos siempre han estado por encima de los parámetros de cumplimiento que deben tener según el contrato de operación, es imprescindible el pago que aún esperan recibir.