Los problemas de salud mental están afectando la vida de los menores de edad en Cali. De acuerdo con los datos del Registro Individual de Prestación de Servicios de Salud (RIPS), en lo corrido del 2024 se han reportado 3815 casos en estos grupos etarios.
Allí se agrupan la primera infancia (0 a 5 años), la infancia (6 a 11 años) y la adolescencia (12 a 17 años). Estas edades suman el 18 % de todos los casos de salud mental que se han presentado en la ciudad, es decir, cerca de 1 de cada 5.
“Diagnosticar una enfermedad de salud mental en adolescentes es bastante complejo, precisamente porque los instrumentos de medición son variables”, contó Carlos Pinzón, subsecretario de Salud Pública de la ciudad.
Los datos del RIPS también muestran que otros cursos de vida en Cali tienen altas cifras de incidencia (ver gráfico).
Para los concejales, la situación es ampliamente preocupante en los niños, niñas y adolescentes, más al considerar los recientes casos que enlutaron al país en los que se perdieron las vidas de Catalina González y Johan Castellanos, quienes ya cursaban estudios superiores en Medicina.
En ambas situaciones hubo muestras de dificultades en salud mental y acoso por parte de profesores y otras personas de sus entornos que debían formarlos.
Aunque la Secretaría de Salud aseguró que solo el 15 % de todos los casos de salud mental en Cali tendrían un riesgo alto de llevar a intentos suicidas, la preocupación hacia los menores continúa latente.
La concejal Daniella Plaza indicó que es necesaria una real articulación entre las secretarías de Salud y Educación para identificar las alertas tempranas que se presentan en los jóvenes y estudiantes.
“Quienes tienen un mayor porcentaje de factores de riesgo son los adultos jóvenes y adolescentes, entonces tenemos que articular con Bienestar Social. Tenemos una política pública de salud mental y una de juventudes, pero si no estamos en la capacidad de correlacionarlas, cada una va a quedar en el aire”, sostuvo la cabildante.
Otro asunto que se ha venido solicitando es el de una mayor cantidad de psicólogos para los colegios de Cali, y se cuestionó que desde la Alcaldía hayan respondido en anteriores ocasiones que “no hay recursos” para esto.
La concejal Audry Toro aseveró que la prioridad debe ser el acompañamiento a los niños y adolescentes, con diferentes estrategias que permitan a los menores sentirse en confianza y romper el hermetismo que suelen tener frente a estos temas.
“Muchas veces, las familias ni se dan cuenta porque ellos no dicen nada. Hoy, tanto Educación como muchísimos más secretarios deben estar involucrados, están fallando en el tema de acompañamiento psicológico para nuestros niños. Esto debe quedar en la retina del secretario de Salud, de Educación, el director de Planeación y, por supuesto, el alcalde”, comentó Toro.
Así se está abordando el problema
El secretario de Salud de Cali, Germán Escobar, contó que están trabajando de la mano con la Secretaría de Educación para reactivar las rutas de atención a niños, niñas y adolescentes en los colegios. Esto incluye, explicó, la llegada de nuevos psicólogos y la identificación de cómo debe ser la ruta.
Escobar enfatizó en que buscan que los pacientes no se pierdan a lo largo del proceso. Por ello, también hay otras estrategias, como las redes protectoras y de apoyo comunitario, en las que se capacitan a líderes de los barrios y comunas para que ayuden a identificar de manera temprana posibles casos relacionados con la salud mental, e incluso puedan dar primeros auxilios psicológicos.
Asimismo, “con las Empresas Sociales del Estado estamos ya desplegando el Plan de Intervenciones Colectivas, ese plan tiene un abordaje comunitario. Es por eso que lanzamos el programa ‘Entorno a tu Salud Mental’”, sostuvo.
Una de sus líneas de trabajo consiste en realizar jornadas de escucha para la mitigación de factores de riesgo. El Secretario de Salud aseguró que también se está haciendo una ardua promoción de la Línea 106 de Promoción en Salud Mental, para que la conozcan cada vez más jóvenes en Cali.
“Una idea que también podemos madurar es con equipos básicos en salud, que tienen unos territorios determinados, para poder apalancar el trabajo en salud mental con esos equipos y que, dentro del territorio que tienen, seguramente con alguna escuela o colegio, puedan tener acciones directas sobre estas instituciones educativas”, manifestó.