Por: Beatriz Collazos, periodista de El País

Bien dice un viejo y conocido refrán que la “curiosidad mató al gato”, pero en este caso ese mismo interés por poco acaba con Jorge, un analista de sistemas de 27 años de edad que hoy solo quiere contar su historia para evitar que más jóvenes prueben las drogas sintéticas.

Jorge fumaba marihuana desde hacía tres años. Según él, la consumía porque le gustaba sentirse relajado y plácido, aunque aclara que nunca descuidaba su trabajo o sus ocupaciones diarias.

Los fines de semana acudía a fiestas electrónicas, donde asegura que a pesar de ver tantos jóvenes consumiendo diferentes tipos de droga, él solo se dedicaba a tomar agua y bebidas rehidratantes. Pero una fiesta donde se presentaría una DJ que lo “enloquecía” le había despertado un interés en particular. Tenía claro que quería disfrutar ese momento al máximo, al lado de ella, bailando su música y sobre todo resistiendo el extenso toque.

Una charla con sus amigos y la búsqueda en Internet lo llevaron a encontrar la manera de disfrutar y soportar casi cinco horas de música electrónica. Su interés se centró en Nexus, un componente sintético que, según el Centro de Rehabilitación y de Especialistas en Educación sobre las Drogas Norconon, es una sustancia psicodélica similar al éxtasis y al LSD, la cual provoca inquietud, energía en el cuerpo y la percepción distorsionada de la realidad.

Jorge compró una droga sintética en una fiesta electrónica, la cual por poco acaba con él.

Esa euforia que se conjuga con los sonidos de la música y con las proyecciones que se ven detrás del DJ, era lo que él quería sentir. Era la primera vez que la iba a probar, y estaba seguro que nada le iba a suceder. Su corta investigación lo llevó a conocer que dicha droga tendría un efecto de entre 4 a 8 horas desde su ingesta hasta el retorno al estado inicial de la persona.

Una situación difícil de asimilar

El sábado 17 de febrero de 2024, con su mejor pinta, Jorge salió a las 10:30 p.m. para Acopi – Yumbo, a la fiesta electrónica donde estaría la DJ de sus sueños y cerca de 1500 personas más.

Allí se encontró con amigos y conocidos, lo terminaron acompañando otras 6 personas.

A las 11:30 p.m. Jorge decidió consumir la droga, sabía que una hora después sentiría todos sus efectos. Saciada su curiosidad, pudo cumplir su anhelo de estar junto a la DJ y bailar con una energía inexplicable. Sus amigos le brindaron agua, pero no aceptó. Bailó sin parar hasta las 4:30 a.m., cuando terminó la fiesta. Jorge estaba tan conectado con el ambiente que en el momento exacto en que apagaron la música, su cuerpo, al parecer, también se desenchufó.

Cayó al suelo, sus amigos empezaron a llamarlo, pero no obtenían respuesta. Desesperados lo llevaron hasta los paramédicos. Segundos después empezó a convulsionar. Estaba mal, los paramédicos no podían controlarlo, por lo que decidieron subirlo en la ambulancia y trasladarlo de urgencias a una clínica de Cali.

Son muchos los jóvenes que debido a su crítico estado de salud deben ser llevados a los servicios de emergencias tras consumir sustancias alucinógenas.

Tras valorarlo, los médicos decidieron ingresarlo a la Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, mientras sus amigos se encargaron de llamar a su familia. Al llegar su hermana a la clínica se enteró de las complicaciones que ya presentaba, también le recomendaron prepararse porque podía fallecer en cualquier momento y, como consejo extra, le indicaron que dejara todo en manos de Dios.

Los partes médicos cada vez eran menos favorecedores: podía quedar en estado vegetal, con problemas de habla, dificultades para caminar, podía despertar con falta de memoria y hasta presentar problemas mentales.

No eran inventos, sino lo que arrojaban los resultados de los diversos exámenes que le realizaban. Esas mismas pruebas detectaron también una falla renal, hipertensión y había presentado un sangrado en la cabeza, en la parte posterior del cerebro, por lo que temían que dicha complicación le afectara las neuronas.

Jorge recibió siete diálisis por el daño en los riñones. En total estuvo en la UCI once días. Luego, lo pasaron a Hospitalización donde permaneció tres días más. De repente y contra todo pronóstico, despertó. Un “¡Jorge, bienvenido nuevamente a la vida! ¡Es un milagro!”, fueron las palabras de su médico, que no podía creer lo sucedido.

“Los doctores estaban sorprendidos de que estuviera vivo y sobre todo sin complicaciones. Mi familia, amigos y las mamás de mis amigos se dedicaron a rezar y a orar, y funcionó. Los médicos ya estaban listos para hacerme una traqueotomía, pero gracias a Dios desperté”, mencionó.

Tres días después de despertar y haber evolucionado tan rápido, le dieron de alta. Luego vino su primera hemodiálisis, proceso que se extendió por dos semanas más.

Hoy ya no consume ningún tipo de drogas, tampoco azúcar ni sal. Está dedicado a tener una buena alimentación y además está satisfecho por no haber pasado por ningún proceso de desintoxicación.

Ahora camina y no se cansa. Lo único cierto para él es que Dios le está dando una segunda oportunidad. “Me dolió ver a mi familia y amigos sufriendo. No recordaba nada, fue un choque muy fuerte. Toqué fondo y hoy no quiero volver a pasar por nada de esto. Solo quiero dar mi testimonio para que los jóvenes no cometan esos errores. Yo pensaba que por ser la primera vez en probar una droga sintética no me iba a pasar nada, pero la curiosidad por poco acaba conmigo”.

La fabricación de las drogas sintéticas en el país crece cada día más. | Foto: Policía Metropolitana de Cartagena

Más consumidores

La Secretaría de Salud de Cali no posee cifras de este año sobre el consumo de sustancias psicoactivas, pero en el 2023, 1839 personas entre los 18 a 28 años de edad consumieron algún tipo de droga.

Si a esa lista se le suman los 16 casos de niños entre 0 a 5 años, los 7 de 6 a 11 años, los 707 casos presentados entre adolescentes de 12 a 17 años, los 2083 reportes en personas entre los 29 a 59 años y los 466 de adultos mayores de 60 años o más, la cifra da un total de 5118 personas que en la ciudad consumieron alguna de estas sustancias.

Estimulantes, entre los que se incluye la cafeína; además de disolventes volátiles, tabaco, cocaína, opiáceos, alucinógenos, alcohol, cannabinoides, uso de múltiples drogas o sin sustancia identificada hacen parte de la lista que posee la entidad.

Para el concejal Roberto Ortiz, la realidad de las drogas sintéticas es alarmante. Una de ellas es el fentanilo, 50 y 100 veces más potente que la heroína o la morfina. “Su manipulación incorrecta puede tener consecuencias fatales, e incluso, causar la muerte. Las autoridades de salud deben mantener los programas de prevención, acompañamiento y rehabilitación, ya que todos merecen una segunda oportunidad”, dijo, añadiendo que es importante recordar que este flagelo cobra muchas vidas.

Versión similar es la que entregó Luciano Calderón, veedor de salud departamental, quien manifestó que las drogas sintéticas están causando muchos inconvenientes, sobre todo porque a los jóvenes se las ofrecen en muchos establecimientos y lugares sin ningún inconveniente.

“No hay un control en ningún establecimiento y por eso quisiera hacerle un llamado a la Secretaría de Salud para que realice ese control. En uno de los últimos eventos desarrollados en la ciudad, se presentaron seis jóvenes intoxicados, los cuales estuvieron en varias clínicas con un cuadro muy preocupante. Este es un llamado a los jóvenes para que no las consuman, porque además de estar causando accidentes cerebrovasculares, puede producirles la muerte”, aseveró el veedor.