En Cali hay 2031 cámaras de videovigilancia instaladas en las calles, pero alrededor de 1200 estarían fuera de funcionamiento, de acuerdo con una denuncia del concejal Juan Martín Bravo.
Esto es grave porque limita la capacidad de respuesta de las autoridades ante los hechos delictivos.
“Las cámaras sirven para dos cosas, la más importante es recoger información audiovisual que sirva después en procesos judiciales, y la segunda es que, a través de un centro de comando conjunto o un centro automático de despacho como el que tiene la Policía en Cali, permite reaccionar en tiempo real frente a algunos incidentes”, explicó el consultor en seguridad ciudadana, Alberto Sánchez.
El analista contó que, en caso de ser cierta la denuncia del concejal, esto demuestra que no hay un equipo destinado para este trabajo de mantenimiento o reparación, lo que resulta en una total falta de preocupación de la Administración por la seguridad en la ciudad.
“Aquí hay que explicar algo importante, lo más complejo del sistema es el mantenimiento. No significa que todas estén dañadas necesariamente, implica por ejemplo que si usted tiene una cámara instalada en la avenida Roosevelt y un árbol está tapando la visibilidad, entonces el mantenimiento ahí va dirigido a toda esa clase de cosas que puedan afectar la visualización. Para eso usted necesita ser muy proactivo, se requiere un equipo muy capacitado y que esté pendiente todo el día y todos los días de esa clase de cosas”, agregó Sánchez.
Para este informe, la Secretaría de Seguridad y Justicia de Cali no quiso dar respuesta a las preguntas sobre las denuncias del concejal.
Sin embargo, este organismo manifestó de manera reciente que no es cierto que el sistema de equipos en la ciudad esté desatendido. Aseguraron de forma breve que se realiza mantenimiento constante y que cuando esto ocurre, la red opera hasta en más de un 90 %.
“Las cámaras, en su mayoría, fueron compradas en 2017, 2018 y 2019, pero la tecnología de estas ya está obsoleta. Contar con un nuevo sistema puede costar por ahí unos $ 28.000 millones”, dijo Bravo, y explicó que el cambio tendría que ser amplio debido a que la tecnología actual no va de la mano con lo nuevo que se necesita.
Lo otro es que “son $ 28.000 millones, pero el Municipio no tiene plata”, dijo el cabildante.
El experto en seguridad Alberto Sánchez opinó que el problema del presupuesto no se enfoca solo en la inversión en los equipos de videovigilancia.
“Cali tiene un problema grave y es que, proporcionalmente con su presupuesto total, es la capital que menos invierte en su seguridad. Casi todas las capitales, por lo menos las tres más grandes, invierten un porcentaje mayor de su presupuesto del que invierte Cali”, expresó el consultor.
Un ejemplo de esto es el presupuesto de este año, en el que la Secretaría de Seguridad recibió el 1,91 % del dinero total que dispuso la Alcaldía, ubicándose como el noveno organismo en cuanto a recursos.
“¿Qué es lo que ocurre a futuro con lo que dice el concejal? Que el coste de tener esto al 100 % depende de la decisión estratégica que se tome sobre el sistema de vigilancia. No implica que todas las cámaras se tengan que cambiar y tampoco que tengamos que poner 5000 en la ciudad para decir que funcionan, con 2000 o 2300 estamos bien, lo que importa es identificar el estado actual para decidir si hay que comprar más o si es mejor invertir en mantenimiento”, concluyó Sánchez.
En las inversiones presupuestadas por la Secretaría estaba pedirle a la Nación $ 30.000 millones y sumarle otros $ 9000 millones de recursos propios para fortalecer el sistema de videovigilancia, pero no se reveló en qué quedó ese proceso.