En un bar llamado Stonewall Inn de New York, un 28 de junio de 1969, se dio el primer grito de libertad Lgbtiq+. Desde entonces, año tras año, se conmemora el orgullo gay en esta fecha y se reflexiona sobre los avances alcanzados y los que se buscan para el reconocimiento total de este colectivo.
La multiplicidad de colores de la comunidad ya se ha extendido por todo el mundo como símbolo de unión, diversidad y resistencia. A lo largo de los años, muchas de sus luchas han sido justificadas en el concepto de aceptación por la diferencia; el objetivo sigue siendo defender el derecho de ‘ser’ de los cientos de integrantes de esta población. En Cali y en todo Colombia aún hay territorio por ganar.
Según datos de la ONU, la cantidad de personas Lgtbiq+ en el mundo está entre el 10 y el 15% de la población. En el caso de Colombia, al aplicarse este dato, significaría entre 4’894.464 y 7’341.696 de los casi 50 millones de ciudadanos que alberga el país. Pero el panorama a nivel interno no es muy claro, han sido pocos los estudios que han tratado de identificar a nivel demográfico preciso a los miembros de esta población.
La importancia de la visibilidad
En la actualidad, uno de sus propósitos es que se les reconozca como sujetos políticos para tener voz y voto en lo público y tomar decisiones sobre salud, educación o vivienda, desde sus realidades; pues quienes deciden hacerse visibles como miembros de esta población saben que ese es el primer obstáculo que enfrentarán en sus vidas.
“La forma ideológica en la que está organizada nuestra sociedad, pone en evidencia la carga histórica cultural de nuestro país, que conlleva a comportamientos discriminatorios y homofóbicos”, así lo asegura María del Carmen Muñoz, historiadora y antropóloga.
“Se nos impone un pensamiento, unas conductas y unas prácticas ancladas mucho a la religión católica, ancladas mucho al deber-ser binario y Cali hace parte de esa gran cultura, que aunque hay población que hoy por hoy es pluralista y multicultural de alguna manera ha heredado todo el patrón colonial”, agrega.
Desear casarse por ejemplo, resultaba ser para los miembros de la comunidad una esperanza acompañada de incertidumbres, solo hasta el 2007 la Corte Constitucional permitió que la ley 54 de 1990 en la que se establecen los parámetros de la unión marital de hecho, se pudieran aplicar en parejas del mismo sexo, un respaldo legislativo con el que anteriormente no contaban.
Conformar un hogar estable y denominarlo como comúnmente se hace fue un logro alcanzado en el año 2011, en el Fallo de Tutela T-716 se instauró que las parejas del mismo sexo podrían denominarse como familias, lo que trajo consigo otros beneficios como el acto de oficializar su matrimonio ante una notaría.
Avances políticos en Cali
En Cali los avances aunque son significativos, son poco conocidos por quienes hacen parte de esa población. Así lo afirma Manuel Murcillo, funcionario público de la Alcaldía de Jamundí y quien se reconoce como un hombre abiertamente gay. “Hace poco conocí el caso de un amigo que tuvo unos líos porque regaron fotos de él en redes y fue efectiva la actuación de la justicia. Creo que a veces el problema es de acceso, de conocer derechos, hace falta socialización de lo que la institucionalidad ya tiene”.
Por otra parte, Andrés Caviedes un joven estudiante de Comunicación Social y Periodismo perteneciente a la comunidad, también manifiesta no reconocer las leyes e intuiciones que lo cobijan, por lo que considera necesario visibilizar información respecto a los lugares y entidades a las que puedan acudir, para velar por sus derechos en caso de que sean violentados.
En la capital del Valle del Cauca existe la Oficina de Diversidad Sexual y de Género, cuyo objetivo se centra en informar sobre los diferentes eventos y jornadas apoyadas desde la Secretaría de Bienestar Social de la Alcaldía de Santiago de Cali, también orienta sobre participación ciudadana en temas de Política Pública, derechos Lgbtiq+ y espacios para la comunidad en la ciudad.
Un avance representativo en materia política, es la aprobación en el año 2019 de la política pública que cada dos años debe revisar sus componentes, con el fin de que se adapten a las realidades y contextos de la población Lgbti+ en la ciudad.
Percepción de la comunidad
Al hablar de políticas públicas y estrategias para apoyar y fomentar la vida plena de los miembros de esta población en Cali, es preciso conocer las percepciones de los seres humanos detrás de la bandera multicolor. Para ello se realizó una encuesta en la red social de Instagram, basada en una muestra de 70 personas, la mayoría en un rango de los 18 a los 25 años habitantes de Cali.
- En la pregunta ¿Perteneces a algún movimiento o grupo LGTBIQ+? el 80% de los encuestados dijo que no.
- En la segunda, ¿Te sientes protegido en la ciudad por alguna entidad gubernamental? el 83% dijo que no.
- ¿Conoces entidades en Cali en las que puedas denunciar abusos contra la comunidad? el 72% dijo que no
- ¿Consideras que Cali es una ciudad peligrosa para personas que hacen parte de la comunidad LGTBIQ+? el 52% votó sí.
Al preguntarles de forma abierta: ¿Si pudieras realizar una propuesta dirigida a la Alcaldía Municipal respecto a la protección de la comunidad en Cali, cuál sería? Algunas de las respuestas obtenidas fueron: “mayor inclusión” “más oportunidades tanto laborales como educativas” “más apoyo en organización de eventos, marchas y comercio de la comunidad” “que se empiece a ejecutar el Plan de Desarrollo 2020-2023 en la comunidad Lgbtiq+”.
Las redes sociales como plataforma de resistencia
En la última década, las redes sociales se convirtieron en una de las arenas más importantes para la protesta y la denuncia. Daniela Urquijo creadora de la página en Instagram @ela_activismo asevera lo siguiente: “Las redes sociales se han vuelto el pan de cada día de los jóvenes, lo que encuentren en ellas será la guía para la creación de conceptos personales, los jóvenes necesitan este tipo de contenidos en sus plataformas más frecuentes para estar bien informados con todas las noticias falsas e información errada que encontramos”.
Para Esteban Cardona @estebanc17, estudiante de Derecho de la Universidad Icesi y activista el principal objetivo es visibilizar la diversidad y enseñar sobre la comunidad. “Mucha gente, aún dentro de la propia población Lgbtiq+ desconoce conceptos como identidad de género, orientación sexual y expresión de género, y las redes son una forma fácil de llegar a un gran público.”
En Colombia los derechos están cubiertos, en su mayoría por sentencias de la Corte Constitucional que ha permitido casarse, adoptar, tener libertad de expresión, en esa medida, nuestra lucha, según Esteban Cardona, trasciende de lo legal y pasa a las conciencias. “Requerimos transformar los idearios, los preconceptos, los prejuicios que existen en la población en general con respecto a lo que significa ser Lgbtiq+”.
Las luchas desde las organizaciones
Hay dos organizaciones para resaltar en el Valle del Cauca que trabajan para la inclusión de la comunidad dentro de los espacios locales, la Fundación Santamaria liderada por Pedro Julio Pardo (Deborah Eskenazi en su identidad femenina) y el Órgano Ejecutivo del Valle del Cauca, siendo su director Jaime Alberto Ramírez Llanos (Nataly Rodas Betancourt en su identidad femenina).
“Nataly Rodas y Jaime Alberto, somos la misma persona” explica el director del Organo Ejecutivo, quien tiene 32 años y toda su vida ha sido líder de la comunidad lgbtiq+, y por más de 12 años se ha dedicado a la parte social y cultural, enseñando danza folclórica, siempre alineando su parte artística para defender y resaltar su identidad de género.
Pedro Pardo se identifica como una mujer trans transformista, y hace 15 años con otras cinco mujeres trans creó la fundación, que lleva el nombre en honor a una de sus compañeras quien, según asegura, murió por negligencia médica en el 2004. Las asistentes a la reunión lo llaman ‘madre’ pues es quien las guía y ayuda en su proceso de construcción como mujeres trans.
Desde la mirada del Órgano Ejecutivo la política pública enfatiza que” cada uno de los procesos que se lleven a cabo con la comunidad deben ser concertados con nosotros para obtener una visión más objetiva desde las comunidades y poder generar procesos que vayan en función las necesidades de cada una de las comunidades que integran la sigla Lgtbiq+”.
La Fundación Santamaría, en tanto, desarrolla un ejercicio de empoderamiento, visibilidad y exigibilidad de derechos para mujeres trans. Para Pedro Julio Pardo, hay falta de coherencia de un real compromiso político para el reconocimiento de derechos de esta población, sobre todo trans: “la política pública de la Administración Municipal o Departamental y las acciones de la Alcaldía y la Gobernación se han centrado en hacer actividades, entonces la alcaldía de Cali hasta el año pasado se centró en realizar reinados de belleza como si eso resolviera nuestras vidas o si eso solamente fuera lo que necesitamos... porque así nos leen frívolas y tibias, además reforzando estigmas y representaciones sociales que el cuerpo feminizado tiene en nuestra cultura”.
Por su parte Jaime Ramírez, desde su trabajo en el órgano Ejecutivo, explica las nuevas dificultades al enfrentarse al cambio de gobierno “Teníamos hasta el 31 de diciembre alcaldías prestas a colaborar y trabajar en pro de nuestra comunidad, depronto se han visto fragmentadas esas relaciones por cuestiones políticas”.
A su vez y en sincronía con la búsqueda por el reconocimiento y mucho más de las mujeres trans se ha concebido que son las organizaciones sociales las que están dando respuestas a algunas necesidades de las mujeres y hombres trans. “Con la creación de una red por WhatsApp y de acciones también políticas que convocan a casi 80 activistas trans de todo el país, hemos logrado una agenda específica de movilización dándole respuestas contundentes frente al reclamo...Imparables, impertérritas, incansables, inagotables, inextinguibles.” manifiesta Pedro Julio Pardo.
Ambas organizaciones integran una lucha permanente por seguir conquistando espacios políticos y normativos para la comunidad. Hay un sentimiento colectivo de resiliencia expresa Jaime: “Nos ven como el fastidioso o el alegón pero en ningún momento de la historia del país o del mundo, han llamado a nuestra comunidad a decirnos: ¡Qué pena con ustedes por violarles este derechos. Hemos taconeado mucho para visibilizar nuestras historias. Falta sentarse sin guantes, con la mirada fija en el otro y reconocerlos como sujetos y sujetas de derechos humanos, cuando entendamos eso, tendremos un país incluyente”, concluye .
La voz oficial
“Hay que resaltar que gracias al trabajo conjunto entre el Movimiento Social, Academia y Gobierno tenemos avances significativos, pero aún el problema persiste, hay mucho por hacer; nos falta la implementación real y efectiva de los avances normativos; nos falta el acceso a derechos desde el reconocimiento de la diversidad, pues no se trata solo de cobertura en Derechos, se trata de que esos Derechos reconozcan la diversidad y garanticen las ciudadanías”. Así resume la secretaria de Mujer, Equidad de Género y Diversidad Sexual, Yurani Romero lo andado desde lo oficial, por el trabajo con la población Lgbtiq+.
Afirma, además, que falta avanzar en el reconocimiento e inclusión de la diversidad en la vida cotidiana, en la escuela, en la familia, en el trabajo y en los territorios. Y aseguró que desde la gobernación actual se apuesta a cambios más estructurales. “Esta mirada ya se ve reflejada en el nuevo plan de desarrollo pues logramos incluir una cantidad importante de metas e indicadores que apuntan al cambio. Esta es nuestra manera de celebrar la Diversidad. Hacia allá va nuestro compromiso con el poder transformador de la diversidad”.
Por su parte, la secretaria de Bienestar Social de Cali, Fabiola Perdomo Estrada, argumentó que es cada vez mayor el reconocimiento hacia esta población, “estamos haciendo énfasis en que la población Lgbtiq+ haga uso de las herramientas que se está disponiendo para contribuir al mejoramiento de sus condiciones de vida, como la activación de la línea de prevención de violencias en contra de personas con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diversas”.
La funcionaria agregó que, sumado a esto, a través el programa Lgbti-CaliDiversidad se está llegando al territorio, “se han venido entregando en varias jornadas ayudas humanitarias a la población Lgbtiq+ que a raíz de la pandemia han estado pasando por difíciles situaciones”.
La coordinadora del programa Lgbti-CaliDiversidad, Alexandra Peña, sostuvo que el apoyo ha sido especialmente a la población más afectada, “como las mujeres trans y habitantes de calle, con bonos redimibles y con la estrategia de seguridad alimentaria entregando mercados en las comunas”.