La Secretaría de Bienestar Social y Desarrollo Comunitario durante esta pandemia ha tenido un papel fundamental: garantizar que las familias más necesitadas de Cali no padezcan hambre.

Sin embargo, ese no es el único reto que afronta, también debe brindar apoyo a la población de migrantes que llegan desde el sur del continente a Cali y asistir a los habitantes de calle para evitar que entre ellos se propague la pandemia.

Al frente de esta dependencia esta Fabiola Perdomo que cuenta cómo ha hecho para solventar esta situación; además, responde a las críticas por la demora en la entrega de mercados en algunos sectores de la ciudad.

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El tema de los migrantes ha sido álgido en esta cuarentena. Se tomaron el CAM; ahora el Parque Panamericano. Ellos solicitan un nuevo corredor humanitario. ¿Cuál es la solución?

En este momento no tenemos una solución. El Alcalde lo dijo claramente, el de la semana pasada fue el último corredor humanitario que esta Administración podía acompañar económicamente. Hicimos un gran esfuerzo, el problema es que cuando se estaba yendo el último grupo censado, llegaron más y más, en taxis con maletas.

Es una situación muy difícil porque cada vez que hacemos un viaje humanitario, llegan más… en este momento no tenemos recursos aforados para eso y no le tengo una respuesta frente a esa situación.

¿No cree que esos corredores humanitarios que brindó la Alcaldía, a la población migrante, se devolvió en contra a la Administración?

Ese corredor fue un acto humanitario que contribuía a solucionar un problema , pero este es un problema que desborda la capacidad del Municipio de Cali. Todos los recursos que teníamos presupuestados para la población migrante en un año se fueron en tres meses. El 25 de marzo, que empezó el aislamiento 500 migrantes llegaron hasta el CAM, después los llevamos a hoteles del centro y cuando se prolongó el aislamiento no teníamos con qué recursos atenderlos. Por eso hicimos los retornos humanitarios. Hemos contratado 80 buses y hemos trasladado 2108 venezolanos. Hoy no tenemos más recursos para esa población.

¿Cuántos mercados y ayudas humanitarias han entregado durante esta pandemia?

85.466 mercados y 78.226 bonos de alimentación. Hemos tenido muchos problemas, el principal, el desabastecimiento de productos, hay problemas en la cadena de producción, también hay líos con los proveedores. El de más capacidad nos puede entregar 3000 mercados en un día. Asimismo, hay muchos proveedores que nos ayudaban al principio pero ahora se les dificulta por la demoras en los pagos de la Administración y algunos de ellos comienzan a ser señalados por los entes. Es mucho tramite para ellos. Además, estos mercados comprados con dineros del Estado tienen unos costos adicionales por las estampillas de ley. Un mercado adquirido por un particular en un supermercado puede costar $65.000 pero con el Estado esa cifra se incrementa.

Además, de los gastos logísticos. Nosotros los estábamos comprando a las grandes superficies y ellos tenían que contratar personas para empacar 2000 o 3000 mercados y eso tiene un costo adicional.

Una de las escenas que se ven en los barrios de Cali son los trapitos rojos, una señal que en esas casas hay necesidad de alimentos. ¿Ustedes están atendiendo esa situación?, o es infructoso que ellos hagan eso...

En este momento hemos hecho una entrega masiva de alimentos. Ahora lo estamos haciendo con poblaciones específicas como fundaciones y grupos organizados, personas en situación de discapacidad pero para el resto de la población estamos implementando las ollas comunitarias, por ahora estamos haciendo 150 ollas comunitarias y cada una de ellas atiende a cerca de 200 personas, es decir, que en una semana con esta estrategia dimos cerca de 30.000 raciones y la próxima semana tendremos 240 ollas comunitarias. Nuestra meta es atender 70.000 personas a través de esta estrategia de asistencia alimentaria.

Y los comedores comunitarios...

Ese es un proyecto misional, la diferencia es que las ollas comunitarias van hasta que se culmine la cuarentena y los comedores vamos hasta diciembre, a través de estos últimos estamos atendiendo 42.000 personas cada día.

¿Cómo hacen para saber que esas ayudas llegan a quienes realmente lo necesitan?

Porque trabajamos con los grupos sociales de los barrios, las iglesias católicas y cristianas, las organizaciones sociales, las juntas de acción comunal, los ediles y con los secretarios de despacho, cada uno de ellos se encarga de una comuna y ellos son los que identifican esas poblaciones vulnerables.

2108 venezolanos se han beneficiado del corredor humanitario implementado por la Alcaldía de Cali.

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Usted recorre la ciudad todos los días. ¿Cuál cree que es el golpe más duro que le ha dado el Covid a Cali?

Uffff, nuestra población adulta mayor está muy golpeada por el encierro. También los jóvenes. Pero lo que más duele es que hay un sector de la comunidad que no respeta las normas. A veces uno siente que el esfuerzo grande que se hace para evitar la propagación del Covid no le importa a un sector de la comunidad.

¿Y a usted que la ha golpeado más en este pandemia?

Me ha tocado ver mucha gente de los estratos 3 y 4 de clase medía que llama para pedir mercados y bonos de alimentación. Eso es muy fuerte. Me han llamado personas de esos estratos que trabajaban independientemente y no tienen con qué comer. Son profesionales que nunca creyeron que necesitarían una ayuda del estado para alimentarse. De esos son muchos los casos.

¿Qué pueden hacer esas familias estratos 3 y 4, que no tienen alimentación y requieren ayuda del Gobierno para sobrevivir?

Estamos canalizando esas ayudas a través de los jefes de los CALIS, ese es el canal más cercano. Abrimos un link pero fue una avalancha inmanejable.

¿La Secretaría de Bienestar Social cuánto dinero ha invertido para dar ayuda durante la pandemia?

Cerca de $19.000 millones. Entre mercados, bonos de alimentación y las ollas comunitarias.

¿A usted no le da miedo estar tanto tiempo expuesta en la calle y con un alto riesgo de contraer en coronavirus?

Sí, me he hecho dos veces la prueba y me ha salido negativa. Yo creo que aquí es muy clave el autocuidado, la protección, cumplir con los protocoles. Nosotros somos los médicos de lo social. Tenemos que estar en los territorios, con los habitantes de la calle, con los venezolanos, con las comunidades mal vulnerables de Cali, en la Ladera en los asentamientos subnormales, ese es nuestro trabajo y no soy yo. Son cerca 500 funcionarios de la Alcaldía que salimos y no sabemos cómo volveremos con nuestro estado de salud.

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