De amores y desencantos ha sido la existencia del Bulevar del Río en Cali, que este martes cumple diez años desde que fue inaugurado por allá en 2013, tras completar 28 meses de trabajos.
La que es considerada por algunos la megaobra más importante de las 21 de Jorge Iván Ospina tuvo un costo total de $61.000 millones, según la Alcaldía en su momento.
Cuando el proyecto fue anunciado, muchos caleños aseguraron que sería negativo para la ciudad. Hoy, una década después, este espacio ya ha sido aceptado casi por completo, pero aún se mantienen algunas críticas.
Edward Conde, arquitecto y urbanista, sostuvo que si bien el Bulevar se pensó como una zona completamente peatonal, no se intervinieron de forma adecuada los accesos desde el centro.
“Digamos que la forma en que las personas llegan a ese espacio no es la óptima porque los andenes del centro están invadidos, no tienen la calidad física y la continuidad que deberían para generar una buena llegada a ese espacio”, explicó.
Esto también ha impedido, según Conde, que haya una conexión pertinente con otros sitios icónicos de la ciudad en el Centro Histórico.
“La relación del Bulevar con la zona de la iglesia de La Merced, con la Plaza de la Gobernación, la de Cayzedo, no es la mejor. En ese sentido aún falta que la Alcaldía, desde lo urbanístico, tenga acciones propositivas para que estos espacios se interconecten y sean algo mucho mejor”, sostuvo el arquitecto.
Cabe señalar que la administración y el mantenimiento del Bulevar no está a cargo de la Alcaldía, ya que esta contrata anualmente a la entidad que lleva a cabo esta labor. Desde 2021, esto está a cargo de la Fundación Ocupacional Comunitaria De Líderes (Fundocol). La gerente de esta entidad, Lina Galindo, explicó que estos contratos son anuales y que para la actual vigencia este tiene un valor de $ 4900 millones, aproximadamente.
“El próximo año la Alcaldía tendrá que sacar el proceso y nos presentaremos como regularmente lo hacemos”, agregó. Además, sobre los puntos negativos de este espacio, la Gerente de Fundocol contó este debería ser repensado de una manera más familiar, que se nutra de una oferta gastronómica que permita el encuentro sin necesidad del consumo de licor, como está sucediendo actualmente.
De hecho, explicó que esto ha generado problemas para las personas que cuidan el lugar. “Nosotros hemos recibido agresiones, ha pasado que de pronto una persona alicorada trata de agredir a uno de los cuidadores con una botella. Ese tipo de cosas pasan porque este es un espacio que, por el licor, se presta para esas cosas”, comentó.
Galindo detalló que en lo corrido del año ya se han tenido que autorizar al menos siete incapacidades a cuidadores por hechos de agresión, sobre las cuales sostuvo que, en ocasiones, también son debidas a comportamientos de habitantes de calle.
Algo que podría ayudar a los 80 cuidadores contratados en total, y 24 que trabajan de forma simultánea, sería una mayor presencia de las autoridades; sin embargo, muchas veces se ha carecido de este acompañamiento.
David Rivera, gerente del establecimiento de comercio Los Santos, ubicado frente a la iglesia La Ermita, sostuvo que en el sector hace falta mucha presencia policial, en especial en lo que llamo la “mitad olvidada del Bulevar”.
“La parte que está llegando a la Carrera 2 (por el sector de La Ermita) es como si no existiera, acá no llega la autoridad, entonces nos ha tocado a los comerciantes de acá implementar planes estratégicos con seguridad privada, porque no hay un plan conjunto con Policía ni con los establecimientos que está en la otra mitad”, cuestionó.
“El Bulevar es una delicia”
A pesar de los detalles por mejorar, las fuentes consultadas por El País aseguraron que fue un total acierto su construcción, postura que no parecía posible hace una década.
Lina Galindo, de Fundocol, sostuvo que el Bulevar es un sitio que se vuelve infaltable en la ciudad, que debería ser replicado en otros sectores.
“Para mí el Bulevar es un ícono en Cali, es delicioso caminar en la tarde por allí, sentir la brisa de Cali, ver el río, disfrutar de los jardines, sentarse en una banca y disfrutar con una persona. Todo turista que llega a Cali debe conocer el Bulevar del Río”, manifestó.
Algo que no se puede pasar por alto, y que fue destacado por el arquitecto y urbanista Edward Conde, es que este espacio fue apropiado por la ciudadanía, que ya lo ve como una parte más de su caleñidad.
“Entre semana tiene una gran oferta para las personas que trabajan por allí, pero es incluso más potente los fines de semana porque hay un encuentro tanto familiar como muy cultural. Es muy positivo en lo que se ha convertido ese espacio, yo creo que Cali no tiene un lugar tan emblemático”, señaló Conde.
Esto sin olvidar, concluyeron las fuentes, que tras su construcción se abrió la posibilidad de una nueva zona comercial, que hasta hace algunos años no se veía atractiva para caleños y turistas y que ahora ya es una realidad.
“Decir que estoy satisfecha es quedarme corta”
Elly Burckhardt no solo es miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA) en su Regional Valle, sino que también fue la persona encargada de diseñar lo que hoy es el Bulevar del Río.
En charla con El País, aseguró que el recibimiento que ha tenido este espacio por parte de la ciudadanía la deja más que satisfecha, descripción que, agrega, se queda corta.
“Recuerdo que al Alcalde en ese entonces le dije: ‘No se preocupe, la gente va a llegar’. Pero no dimensionaba un éxito de esta magnitud. Ha sido inesperado y me complace ver que se cumplieron las expectativas del proyecto”.
Aseguró que el Bulevar es solo una muestra de las grandes transformaciones que se pueden lograr a partir del buen uso del espacio público en las ciudades, y desde ya compartió lo que espera durante la gestión de próximas alcaldías.
“Deben fomentar su uso y su cuidado, ese sería el primer punto de atención. Deben preservarlo y evitar que se deteriore, promover actividades relacionadas con la cultura, el emprendimiento, es decir, más muestras al aire libre, exposiciones. Todas esas iniciativas que aumentan el sentido de pertenencia en las personas”, explicó.
De igual manera, sostuvo que no es positivo que este sea el único espacio de este tipo en la ciudad, lo cual hace que muchas personas tengan que desplazarse grandes distancias para acceder a él.
Comentó que no le gusta el consumo de licor en exceso porque “ese no fue su propósito. No se puede olvidar que la expectativa inicial era entregarle a Cali un espacio de encuentro para las familias”.
Por último, habló del rol protagónico de la ciudadanía en el objetivo de que el Bulevar continúe siendo un espacio agradable: “Como sociedad debemos pensar en favorecer la armonía que vemos en él, fomentar la inclusión partiendo de la tolerancia, considerar que se trata de una solución efectiva a esas apropiaciones parciales que vemos hoy y que solo derivan en conflicto”.