La cita empezaba en el Café Los Turcos, el tradicional restaurante que quedaba sobre la Avenida 4 Norte, a una cuadra del inicio de la Avenida Sexta, y donde hoy se levanta la plazoleta Jairo Varela.

Desde ese icónico lugar salía el desfile de amigos y familias que llegaban a ‘sextear’ por la Avenida donde la brisa de la tarde se paseaba a su gusto por los amplios andenes y en donde se podía disfrutar de un helado, un refresco de piña o una cerveza con total tranquilidad.

La Sexta era por entonces una calle de doble vía, donde se concentraban el Teatro Calima, el Teatro Bolívar, la iglesia de San Judas y varias fuentes de soda como El Oasis y Mónaco, que todavía viven en los recuerdos de los cocacolos que sortearon su juventud ‘sexteando’ entre los años 60 y 80.

Era el lugar más atractivo de Cali, incluso antes de ser ‘pintada’ como la zona rosa. Y el paseo que empezaba en Los Turcos, seguía hasta El Oasis, la fuente de soda que el danés Allan Trust Hansen levantó en un lote triangular de la Calle 18, similar a Tropicana, el que tenía otra sede en la Calle 5 con Carrera 27, donde ahora hay una sede bancaria.

El Oasis era famoso por sus malteadas y hamburguesas, recuerda Mario Fernando Prado en su columna ‘Se acabó Tropicana’, publicada en este diario en el 2010, pero sin duda lo más apetecido era el perro caliente “Cochino Silbando”, un ‘hot dog’ envuelto en tocineta cuyo sabor sigue pegado en el paladar de muchos caleños.

Las chicas, recuerda Jorge Fernando Villegas, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Santa Mónica, caminaban hasta Long Beach, otra famosa fuente ubicada en la esquina de la Calle 25, donde los jinetes dejaban sus caballos después de la cabalgata. Porque la Sexta, o ‘La Calle de los Paisas’, como era conocida en la década del 50, era el epicentro de la vida caleña, el corredor de los desfiles de la Feria de Cali y la única vía para llegar a Yumbo.

Era una vía en la que se podía ver a los futbolistas de la época, al alcalde caminando en medio de la gente, a los concejales y senadores, “porque en ese entonces no existían los escoltas. Era habitual ver por la Sexta o en Los Turcos, a Gustavo Balcázar, Carlos Holmes Trujillo y Rodrigo Lloreda”, recuerda el historiador Armando Barona.

Era una Sexta muy diferente, donde aún no retumbaba la salsa en las calles, una Sexta que suena diferente a la que describe Andrés Caicedo en “Qué Viva la Música” y una mucho más distante de la vía a que le canta Nelson y sus estrellas en ‘La Sexta de Cali’, que según la canción, no tiene comparación con la Quinta Avenida de Nueva York.

Y en efecto, en la actualidad comparar a la Sexta con otras grandes avenidas del mundo deja a Cali en un callejón sin salida. La mayoría de los andenes de los 2,2 kilómetros que tiene están en mal estado, hay sectores con deficiencias en iluminación pública, las bahías de la calle son usadas para el parqueo irregular de motos, los habitantes de calle duermen sobre las bancas, entre otros problemas que atormentan a los comerciantes y pocos residentes del sector.

Problemas que se quedaron rezagados de la época dura en la que el narcotráfico golpeó al país y cambió los paseos diurnos de la vía por otras diversiones, recuerda Barona.

La degradación del exclusivo sector fue paulatino, dice Néstor Rivera, líder de la Comuna 2, quien también conserva gratos recuerdos de la juventud caminando toda la tarde hasta la panadería La Fina. “La Sexta no era un sitio de rumba, era de encuentro, porque la fiesta era en el centro o en otros lugares”.

Pero el romanticismo del Cali Viejo y las oportunidades comerciales de la zona han despertado un interés por desempolvar los recuerdos y reactivar el tono rosa que hizo a la vía tan famosa. Ese motor fue el que movió al emprendedor José Bobadilla a remodelar el tradicional Teatro Calima que estuvo cerrado por 18 años y que fue inaugurado el pasado 8 de julio.

Su iniciativa fue el detonante de otras apuestas que empresarios del sector estaban ajustando en sus establecimientos. “Desde la apertura del Calima me he reunido en tres oportunidades con los empresarios vecinos que tienen el entusiasmo de volver a darle vida a la Sexta”, relata Bobadilla.

Uno de los interesados en esta iniciativa es Elkin Giraldo, director de Licores JR, un establecimiento que lleva 20 años ubicado en la intersección de la Calle 16N y quien hace 15 días presentó la remodelación de su negocio, una licorera ‘premium’ que tiene una cava de vinos de dos pisos, una nueva línea de productos gourmet, charcutería y chocolates de marca.

“Llegué en el mejor momento de la Sexta, cuando había hasta una asociación de empresarios, pero con el tiempo muchos cerraron sus negocios y se fueron retirando. Ahora, nos estamos organizando nuevamente y estamos pensando en implementar un sistema de seguridad de 12 personas que beneficie a todos los establecimientos”, dice.

En el andén del frente, las luces, mesas y decoración también están recién desempacadas por la nueva cara del bar ‘Brisas de la Sexta’ que llevaba cuatro meses en remodelación. Nelson Aristizábal, vocero del negocio, dice que siempre soñó con impulsar el bar en el que se celebraban los cumpleaños y las finales de los campeonatos de fútbol.

“La remodelación tardó seis meses y desde que lo abrimos al público hemos notado el cambio en el sector y la acogida de los clientes. La Sexta es la vía que comunica a El Peñón con Granada, dos sectores posicionados por la rumba y la gastronomía, por lo cual es necesario impulsar más el repunte de la Avenida”, afirma.

Gihan Mohamed, líder de los empresarios de la zona, explica que la renovación de Brisas de la Sexta fue completa y pretende ir más allá de la oferta de rumba. "Se conservó el nombre del establecimiento porque genera recordación, pero es un concepto completamente diferente e innovador; ahora es un lugar para desayunar, tertuliar, negociar y demás".

Pero la resurrección de la Sexta no solo está en manos de los negocios del entretenimiento. Hace poco se abrieron dos sucursales de Dollar City, una frente al edificio Rosa y otra en la Calle 29N; recientemente se inauguró una tienda de Home Sentry que tiene 300 metros cuadrados y avanza la ampliación del centro comercial Chipichape.

Estos establecimientos han hecho una inversión cuantiosa que impulsa el desarrollo de este sector y es una muestra de las intenciones de varios empresarios por llegar a la Sexta, es lo que explica Alejandro Vásquez, secretario de Turismo de Cali, quien está realizando el acompañamiento de estas iniciativas para enlazarlas con los proyectos que se están diseñando en Planeación Municipal.

“Hay un interés en varios sectores de la ciudad de la que la Avenida Sexta retome su potencial, es un proyecto bien interesante que cada vez madura más”, asegura.

Apuesta por la recuperación

Gihan Mohamed cuenta que la idea de rescatar la Avenida Sexta surgió hace dos años en las reuniones de los empresarios del sector de Menga.

Relata que un empresario que no era de la ciudad insistió en realizar remodelaciones en el sector, ya que la Sexta era el lugar que más recordaban los caleños en el exterior, lo que motivó a diseñar el plan de recuperación iniciado en la zona.

Carlos Velasco, presidente de la Asociación de Establecimientos Nocturnos Asonod, dice que hay que aplaudir las iniciativas que se están dando en la Sexta pero cuestiona la falta de un plan transversal que agrupe estos esfuerzos, para que no se queden como islas a lo largo de toda la Avenida.

La resurrección urbana

Buscar la transformación de este corredor es el punto en común que tienen los empresarios con la Alcaldía de Cali, tal y como se concibe el proyecto Paseo de la Avenida Sexta.

Este plan pretende recuperar la Avenida dándole más espacio al peatón y a los ciclistas, pero también intervenir lugares patrimoniales y vías transversales. El bicicarril que se planea construir estaría conectado con el del Parque Lineal Río Cali y se comunicaría con otro en el Parque de la Música.

Pero aunque el proyecto está en fase preliminar, los líderes ciudadanos han cuestionado la reducción de los carriles viales para darle más espacio a las bicicletas. Sin embargo, Planeación Municipal ha dicho que el proyecto no contempla reducir los carriles de tres a dos, sino “redistribuirlos para que puedan circular los automotores y las bicicletas”.

Bobadilla considera vital la intervención, pero no para volver al pasado sino para sintonizarla con la realidad de la ciudad. “Hay que realizar una intervención que cumpla con las expectativas de los jóvenes de hoy”.
La recuperación de lo que fue la Sexta es también un deseo de Jorge Fernando Villegas, a quien le gustaría que los ciudadanos puedan volver a disfrutar de las caminatas por ese bulevar. Su sueño es que la Sexta resucite y vuelva ser ese lugar donde “todos nos encontrábamos con Cali”.

“La Sexta siempre ha sido una atracción para los caleños, yo creo que allí hay un tesoro, algo mágico tiene esa verraca vía”.