La presencia de menores de edad en los semáforos, en las plazas de mercado y en muchas zonas de rebusque de la ciudad genera nuevamente inquietud entre muchos caleños que perciben que esta situación está en aumento.
Esa percepción la ha confirmado el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, que informó que durante el 2022 los casos de niños, niñas y adolescentes que trabajan o que son explotados crecieron en la zona urbana de Cali y los sectores rurales, siendo los menores de origen extranjero los de mayor afectación.
Según las cifras de ICBF, el año pasado se realizaron 27 jornadas de control en articulación con otras entidades, en las cuales encontraron un total de 89 niños trabajando en las calles, de los cuales, luego de hacer las respectivas verificaciones, se logró el traslado de 56 menores a los centros zonales del instituto.
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“De los 89 niños, niñas y adolescentes identificados en las jornadas, se observa que el 73 % son de nacionalidad venezolana, siendo los casos más preocupantes, que ocupan en su mayoría los semáforos de la ciudad”, dijo Carlos Humberto Bravo, director regional del ICBF Valle.
Sin embargo, el directivo indicó que en las jornadas de control también se encuentran familias colombianas que, a pesar de las intervenciones, siguen recurriendo a esta práctica, utilizando los niños para trabajar o como acompañantes.
15 a 17 años es la edad en la que los menores pueden estar vinculados laboralmente si cuentan con un permiso del Ministerio del Trabajo, que reglamenta esta actividad.
El ICBF cuenta con una estrategia de Equipos Móviles de Protección Integral, EMPI, los cuales trabajan en las calles para identificar los menores que están en posible riesgo de inasistencia y/o deserción escolar por estar en diferentes sectores laborando.
“En el 2022 el EMPI realizó una intervención a 100 niños, niñas y adolescentes de 58 familias de Cali y 150 de los diferentes municipios priorizados, Buenaventura, Yumbo, Dagua, Ginebra, Cartago y Tuluá”, añadió el director Carlos Bravo.
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Por su parte, la teniente Adriana Corrales, jefe de Infancia y Adolescencia de la Policía de Cali, señaló que esta situación se vive diariamente, y que en vez de disminuir, los casos siguen aumentando.
Especialmente en los semáforos, hoteles, a las afueras de los centros comerciales, alrededor de la Terminal de Transportes y en otros puntos neurálgicos de la ciudad.
“Ya tenemos identificados unos puntos específicos donde se ve alta presencia de niños, algunos solos, otros con sus padres, sin embargo, cada día aparecen nuevos casos en otros sectores”, expresó la Teniente.
Posibles causas
Esta problemática obedece a múltiples factores, pero, según la teniente Corrales, la principal sería la pobreza en los hogares, lo que obliga a todos los miembros de la familia, incluidos los niños, a salir a rebuscar el sustento del hogar o, en su defecto, acompañar a sus padres a trabajar.
Según la Teniente, cuando intervienen los puntos se encuentran con dos tipos de casos. El primero es que los padres o acudientes instrumentalizan a los menores para que les compren los productos o les den monedas generando lástima. Incluso, algunos niños “ya tienen la mentalidad de que deben estar en las calles trabajando para ayudar a sus padres”.
El segundo caso es en el que se evidencia que los papás no tienen con quién dejar a los niños y se los llevan a su punto de trabajo, pero nunca se ven trabajando, “solo acompañándolos, a veces están haciendo sus tareas o jugando”.
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“Sigue siendo muy preocupante esta situación porque es la vulneración de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Al pararse en un semáforo están siendo expuestos a situaciones de peligro, por ejemplo, pueden ser víctimas de secuestro, trata de personas o cualquier tipo de delito”, enfatizó la teniente Corrales.
María Fernanda Penilla, secretaria de Bienestar Social de Cali, coincidió en que durante los operativos realizados el año pasado se encontraron “muchos niños en la calle”, y también menores en brazos que, al realizar la respectiva investigación, no estaban siendo instrumentalizados.
Sin embargo, hay otros menores, sobre todo adolescentes que no están acompañados de ningún adulto y se dedican a limpiar vidrios de los carros, a vender dulces, a cantar o a bailar.
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La funcionaria hizo un llamado a no apoyar ni incentivar este tipo de prácticas, “no demos insumos o monedas a los niños que se encuentren en la calle”, ya que, generalmente, detrás de estos niños siempre hay un adulto que se lucra.
Igualmente, invitó a la ciudadanía a denunciar los casos de trabajo infantil que encuentren en las calles o en otros sectores comerciales a través de la línea 141 del ICBF. “No basta solo con quejarse, hay que tomar acciones”.
Trabajo Infantil Ampliado
El Trabajo Infantil Ampliado se da cuando el niño, niña o adolescente dedica 15 horas o más en la semana a los oficios del hogar. Esto es considerado como un trabajo no remunerado.
De acuerdo con el Dane, la tasa de oficios muestra que el 6,6 % de niñas y adolescentes reportaron haber trabajado en oficios del hogar por 15 o más horas, frente al 1,9 % de niños y adolescentes.
Desde una perspectiva de género, esto se da por la influencia de los roles sociales y culturales tradicionalmente asignados a cada género. En ese sentido, las niñas y adolescentes son privadas de su derecho a la educación para soportar la carga de las tareas del hogar.