A pesar de que a muchos puede sorprender la decisión tomada por el caleño Néstor Julián Vélez Grisales, uno de los colombianos que vive en Wuhan y el único que no decidió regresar al país, el joven de 20 años de edad argumenta que tomó la decisión como "un aporte responsable para evitar la propagación del virus".

Vélez Grisales, quien es estudiante de Negocios Internacionales en la Universidad de Económicas y Derecho de Zhongnan desde hace tres años, ha hablado con medios de comunicación sobre las razones de su decisión y la situación en la ciudad epicentro del brote.

Al respecto aseguró que quiere ser solidario con el Gobierno chino, que le ha brindado todo el acompañamiento posible, así como evitar que, si está infectado con el virus y no lo sabe, pueda contagiar a alguien en Colombia.

"Volveré cuando me gradúe. Aquí me siento bien y pienso que puede haber más riesgo llegando a un país en el que el sistema de salud no está capacitado para atendernos. Si la recomendación aquí es no salir, pues eso es lo que se debe hacer y máximo cuando se percibe que todo está bajo control. Me siento seguro", argumentó el joven al diario El Tiempo.

Destacó que la embajada de Colombia en China les ha brindado continuo apoyo e información y se ha portado "de una muy buena manera".

"Desde el primer momento que cerraron la ciudad, el 23 de enero, se creó un grupo en Wechat —que es la red social que se utiliza acá, es como un WhatsApp— y ahí nos han mantenido informados, nos mandan la información que les llega a ellos, en español, con todas las medidas que se han tenido que tomar", indicó en entrevista con 90 minutos.

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También aseguró que el cuerpo diplomático les manifestó desde un principio que estaban haciendo "todo lo posible" para conseguir un avión y que escucharon las críticas y quejas que en su momento hicieron un grupo de connacionales en el país asiático.

"Ellos me llamaron varias veces a preguntarme cómo estaba yo, cómo estaba la situación aquí (...) un miembro me preguntó que si de verdad quería quedarme, o quería irme con ellos, que había la posibilidad, yo fui el que tomé la decisión de quedarme y ellos la aceptaron".

Aseguró que luego de que supieron que definitivamente no viajaba se contactaron con él. "Me dijeron, 'sabemos que no vas a ir, pero queremos ayudarte', y me enviaron víveres'".

"No hay por qué temer y el mundo no se va a acabar"

Vélez también aprovechó para asegurar que la situación en el país asiático no es tan caótica como se percibe en occidente.

"La situación se ha exagerado más de lo debido en algunos países de occidente. Creo que esta se tiene que tomar con la seriedad que amerita, pero tampoco hay que llevar el pánico a las demás personas, porque esto genera que haya xenofobia hacia las personas procedentes de China o rechazo hacia las personas que viajan hasta este territorio", indicó al medio regional.

También desmintió que haya escasez de comida, las personas se mueran en la calle o que haya maltrato a quienes no cumplan con las medidas de seguridad.

"La situación ha exigido que el sentido de cooperación de los pobladores se haya vuelto una norma y si bien hay restricción, la gente la ha tomado como una necesidad para beneficio de todos", explicó al diario nacional.

Finalmente, mandó un mensaje de tranquilidad al respecto. "Quiero hacer un llamado a todas las personas a nivel nacional y decirles que no hay por qué temer y que el mundo no se va a acabar. La situación está bajo control, los ciudadanos están muy bien y el virus será manejable y pasajero", concluyó.