“Todos debemos unir nuestras voces en una sola. Aquella que sea un apoyo a la Policía, a nuestra Fuerza Pública”.

Esta fue una de las frases más significativas que se oyeron el domingo en el CAI de la Policía de la plaza de Las Banderas, en el sur de Cali, cuando decenas de vecinos de diferentes sectores de la ciudad se dieron cita entre las 10:00 de la mañana y el mediodía como una muestra de apoyo a las autoridades en medio de las situaciones de orden público que no solo aquejan a la capital del Valle sino también el resto del país.

“Esto es un acto simbólico para mostrar nuestro respaldo ciudadano a la Fuerza Pública en estos difíciles momentos. Queremos decirles que no están solos en la lucha contra el vandalismo”, aseguró Ricardo Salazar, residente del barrio Prados del Norte y una de las personas que lideró el encuentro.

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Agregó que es necesario que la “ciudadanía acompañe a los CAI para demostrarle toda nuestra admiración a la Policía y no permitir que inescrupulosos destruyan la propiedad pública”.

Y es que el pasado viernes fue reflejo de esta situación en Popayán, cuando en horas de la tarde y noche encapuchados incendiaron la Unidad de Reacción Inmediata (URI), misma suerte por las que atravesaron las sedes de Medicina Legal y la Fiscalía General de la Nación.

Y a esto se suma que desconocidos intentaron hacer lo mismo con el Colegio de la Policía, ubicado en el barrio La Esmeralda y que también resultó afectado.

Por hechos como estos es que el ministro de Defensa, Diego Molano, aseguró que “no sólo fue un acto vandálico. Buscaba afectar el desarrollo de la justicia. De la unidad hurtaron procesos de 38 indiciados del ELN y las Farc. Hay indicios de que detrás del ataque a la Unidad de Reacción Inmediata estarían disidencias de las Farc”.

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Cali tampoco ha sido ajena a esta situación, pues durante los disturbios del 1 de mayo se reportó el incendio del CAI ubicado frente al cementerio Metropolitano del norte, cerca al sector de Paso del Comercio, o vandalizaciones al CAI del barrio El Caney, que más tarde fue restaurado con la ayuda de la comunidad el día sábado.

El congresista del Valle Christian Garcés, quien participó del encuentro ayer, aseveró: “Los Cai son una inversión que con gran esfuerzo y durante varios años se han ido construyendo en diferentes municipios en Colombia, para que la Policía esté cerca de la comunidad, para que haya facilidad de acceso a la seguridad”.

“Da tristeza cómo atacan los CAI para destruirlos (la reconstrucción de cada uno podría costar entre $350 millones y $430 millones, según cifras de la Policía). Yo espero que los vándalos sean capturados y los que protestan entiendan que entrar a dialogar”, agregó Garcés.

Pero las pérdidas no solo son en infraestructura, pues también preocupan los ataques a la vida e integridad de los uniformados: hasta la fecha un total de 865 hombres y 53 mujeres de la Policía han sido lesionados, producto de las manifestaciones sociales, según el reporte más reciente del Ministerio de Defensa.

Para Santiago Serna, un joven de 15 años que asistió al encuentro de ayer en Cali, “cuando grupos delincuenciales nos tienen casi secuestrados por estos días como ciudadanos que respetamos las normas, ¿a quién acudimos? A la Policía o, en su defecto, al Ejército. Después de tantos amedrentamientos, insultos y malos afectos hacia ellos, es importante que nosotros los respaldemos y agradezcamos su labor”.

Además, agregó: “Cuando esta propuesta se torna vandálica y violenta, pierde toda la legitimidad. Yo creo que la reforma tributaria que presentó el Gobierno Nacional, no fue la adecuada, pero hacer un llamado a un paro no era el método ideal y menos si estamos en medio de un tercer pico del covid. Esto solo agravará la situación de las empresas y afectará a las familias que dependen de ellas. En estos momentos, los protestantes no tienen ninguna justificación para marchar. La protesta ahora debe ser pacífica”.