Cali es una ciudad a oscuras, donde lo más aconsejable es conducir con las luces altas. Hay zonas donde, después de las 8:00 de la noche, cuando los negocios cierran, literalmente no se ve nada. Es el caso de la Carrera 10, en el Centro, hasta el túnel que desemboca a la Calle Quinta. Todo el alumbrado público del corredor está averiado. Los faroles de los carros apenas reflejan algunas sombras de personas caminando por los andenes, otras en cuclillas consumiendo drogas.
Lo mismo ocurre en el resto del Centro, y entre la Base Aérea y el Parque de La Caña, un lugar que en teoría debería estar iluminado por la seguridad de los militares, pero donde tampoco se ve nada. Apenas hay una vieja luminaria encendida, de luz amarilla, al final de la vía, como si se tratara del escenario de una película de terror.
Además, a diferencia de las grandes ciudades del mundo, cuyos monumentos permanecen iluminados, relucientes, lo que atrae a familias y turistas, en Cali en cambio están a oscuras. Por lo menos la mayoría.
Por cierto, todo caleño y todo turista debería apreciar, en la noche, los vitrales iluminados de La Catedral Metropolitana, en la Plaza de Cayzedo, con colores tan vivos con la luz blanca que los resalta, muy diferentes a como se ven en el día, que pasan desapercibidos. El sueño es que Cali sea una ciudad que se pudiera disfrutar, saborear, caminar, en las noches, pero la oscuridad envía un mensaje: no salga.
No son pocos los caleños que dejaron de hacer ejercicio en los parques, o caminar por sus barrios, debido a la falta de iluminación que eleva la percepción de inseguridad e invita más bien a echarle pasador a la puerta y acostarse a dormir. Tampoco son pocos los ciudadanos que esperan el transporte público en paraderos a oscuras, con temor a que los atraquen.
Los responsables del alumbrado público son la Alcaldía, en específico un despacho de nombre largo, la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, Uaesp, y Emcali, que a su vez subcontrata, terceriza servicios.
La Uaesp es, en palabras sencillas, el ‘jefe’ de Emcali en cuanto al alumbrado público. Dice qué se tiene que hacer, dónde y pone la plata. Emcali ejecuta.
El de Cali es, por cierto, el segundo alumbrado público más grande de Colombia, con 180 mil luminarias instaladas. Al mismo tiempo, es el que menos se ha modernizado. Mientras que las ciudades capitales ya tienen un 70% de su alumbrado público en luces led, blancas, ahorradoras, el de Cali apenas estaba en un 30% a inicios de 2024. El resto son luces añejas, amarillas, de sodio, que no cumplen con la normativa técnica. Un alumbrado obsoleto en postes, redes, transformadores…
Hay un dato que llama la atención: según la Uaesp, y el gerente de Energía de Emcali, José Insuasti, en 2024, cuando inició la administración del alcalde Alejandro Eder, se modernizaron 22 mil luminarias, que ahora son LED. Es una cifra que duplica a lo modernizado en los últimos tres años. En 2021, por ejemplo, se cambiaron 5205 luminarias; en 2022, apenas 1352; en 2023, 3417.
En solo un año, entonces, se hizo el doble que en tres, y cerca de la mitad de lo que se había modernizado en la última década, cuando Emcali había contratado la operación del alumbrado público con Megaproyectos, una concesión que duró 21 años.
¿Por qué en solo un año se hizo la mitad que en diez? Es una pregunta que debería llamar la atención de los órganos de control.
— El año antepasado, 2023, se habían encontrado unas luminarias por parte de Emcali que estaban en la bodega, y no se le habían entregado al contratista. También se debió hacer más exigencia al contratista. Y hay que revisar lo que se recauda del impuesto por el alumbrado público, y lo que se ejecuta. Pero, para no entrar a decir qué pasó, lo importante ahora es decir lo que tenemos que hacer. En los cuatro años del alcalde Eder, la meta es que Cali, mínimo, tenga modernizado su alumbrado público en un 60% –dice José Insuasti, gerente de Energía de Emcali.
Los contratistas de Emcali para el alumbrado público ahora son otros. Desde el año 2000 hasta 2021 era Megaproyectos; después, entre 2021 y 2024, fue una unión temporal en la que también participó Megaproyectos, llamada Cali Iluminada. Ahora son, para la zona norte de la ciudad, la empresa Eléctricas de Medellín y para el sur y el centro, una unión temporal conformada por empresas locales: Roy Alpha, Micol y Dimel Ingeniería.
El reto que tienen junto a Emcali y al Uaesp es modernizar por lo menos el 50% del alumbrado público de la ciudad, pasar de 60 mil luminarias led que se tienen hoy, a 110 mil. Además de las 22 mil luces modernizadas en 2024, se tienen estipuladas 34 mil más en un contrato que se extendió hasta marzo de 2025, para un total de 15 mil luminarias led para el Norte, 15 mil para el Sur y 15 mil para el Centro, según lo explicó el gerente de energía de Emcali.
En todo caso hay dificultades para cumplir la meta: el vandalismo contra el alumbrado público está disparado. De 400 quejas mes por bombillos apagados, se pasó a 1500, en parte debido al robo masivo del cable de cobre por parte de habitantes de calle y carteles establecidos.
Es lo que ocurre en la Carrera 10, en el Centro, lo que explica su oscuridad perpetua. Debido a esto, cuadrillas dedicadas a modernizar las luminarias, deben destinarse a arreglarlas, lo que retrasa las obras. Hay sectores de la ciudad donde, además, las pandillas amenazan a los contratistas que iluminan las calles en las que controlan el microtráfico de drogas.
“En el análisis que realizamos, identificamos que la zona más crítica es la Carrera 1 entre las calles 44 y 62. Se han hurtado cerca de 50 luminarias. Esto representa una afectación a la prestación del servicio de alumbrado público porque en este momento la zona está a oscuras.
La Uaesp como supervisor de Emcali, quien es el encargado de instalar el alumbrado junto con sus contratistas, tiene el conocimiento y ya trasladó la solicitud para crear un proyecto de restauración en este corredor principal en el norte de la ciudad. Solicitamos a la comunidad que denuncie los hurtos al alumbrado público porque es clave para acabar con el hurto sistemático de las luminarias”, dijo la Uaesp.
Mientras tanto, Cali es una ciudad donde lo más aconsejable es conducir con las luces altas o caminar con linterna.