Durante la programación de Semana Santa y desde hace varias décadas, en ciudades como Santiago de Cali se volvió usual que la gente adquiriera para el Domingo de Ramos gajos de palma de cera, que se venden en las entradas de las principales iglesias de la ciudad.
Esta práctica fue avanzando y generando serias secuelas para una especie que es patrimonio nacional y en la que cada árbol dura 60 años en su germinación y crecimiento.
Con esta práctica se fueron talando palmas de cera en el Quindío, Risaralda y también en el Valle del Cauca, puntualmente en el corregimiento de Tenerife, municipio de Santa Elena. Este año y con el objetivo de evitar que la situación siga afectando al ecosistema y el entorno de una especie única en nuestro país, el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma), lanzó una campaña para concientizar a la ciudadanía sobre el daño que se le ha venido causando a la naturaleza.
Campaña ambiental del Dagma
El objetivo es concientizar a la ciudadanía de no adquirir ramos extraídos de la palma de cera, para las liturgias del domingo 24 de marzo y así proteger un patrimonio de la naturaleza.
El Domingo de Ramos, el Dagma entregará 1200 plantas en los accesos a las iglesias de Cali, para que sean portadas por los feligreses y después los acompañen en sus hogares.
La iniciativa cuenta con el apoyo de la Arquidiócesis de Cali, que ha dispuesto todos sus canales de comunicación y redes sociales compartiendo este llamado con sus feligreses, instándolos a evitar adquirir ramos hechos con palma de cera, especialmente el domingo 24 de marzo de 2024 cuando inicia la programación de Semana Santa.
“Esta es una campaña de educación ambiental, con el fin de que caleñas y caleños no compren las hojas de la palma de cera para la celebración del Domingo de Ramos. Nuestro objetivo es dar a conocer que esta especie tiene un crecimiento inicial muy lento”, explicó Anhorak Sosa, líder del grupo de Flora Silvestre del Dagma.
La vida de una palma de cera
Las palmas de cera, antes de producir el tallo que le da una imponente altura de hasta más de 40 metros, se demoran cerca de 57 años. Posteriormente y para dar sus primeros frutos, las palmas demoran entre 12 y 18 años, es decir, alcanza su madurez entre los 69 y 75 años.
Si se hace la comparación con el ser humano, una persona de 75 años ya es un adulto mayor; mientras que una palma de cera de esa misma edad apenas está empezando a ser un adulto joven y a dar sus primeras semillas.
“Nuestra responsabilidad como ciudadanos, es evitar que los vendedores de productos para el Domingo de Ramos tengan ramos hechos con las hojas de la palma de cera. De esta manera, estaríamos frenando la desaparición de esta especie y de otras formas de vida que se benefician de la planta. Es un momento muy importante para la biodiversidad del planeta, que se encuentra en peligro, y las consecuencias de estas pérdidas las estamos viviendo con los calores extremos como el que presentamos en los últimos meses”, argumentó Anhorak Sosa.
En 2024 y a partir de una serie de controles interinstitucionales en las principales carreteras, se realizan operativos con miras a evitar que ingresen a Cali plantas y especies que hayan sido depredadas de zonas rurales y que buscan ser comercializadas.
En el Vivero Municipal del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma), se están preparando 1200 plantas que serán entregadas a los feligreses el próximo Domingo de Ramos 24 de marzo, en diferentes iglesias de la capital vallecaucana.