El País conoció un documento en el que la autoridad ambiental de la región, la CVC, sanciona al Centro de Investigación Científica Caucaseco y a la Fundación Centro de Primates, ambas entidades dirigidas por Sócrates Herrera y Myriam Arévalo, quienes, desde hace 40 años, aseguran estar en busca de una vacuna contra la malaria sin que hasta el momento lo hayan logrado.

Tanto Caucaseco como la Fundación Centro de Primates están siendo investigadas por presunto maltrato animal y otras irregularidades.

La CVC declaró responsables a ambas organizaciones de diversos cargos, como no contar con los permisos de estudio con fines de investigación científica que se requieren para investigar con fauna silvestre. También los hizo responsables de no contar con los permisos para la caza de los monos con los que experimentaban y que se encontraban en muy malas condiciones.

Los monos decomisados a Caucaseco quedaron bajo custodia de la CVC. | Foto: CVC - A.P.I

“En consecuencia de lo anterior se determina el decomiso definitivo de los especímenes de fauna silvestre (133 monos)”, se lee en el documento de la CVC.

La autoridad ambiental además impuso dos multas, una por 299.629.149 millones de pesos a FUCEP y otra por 799.011.065 millones de pesos a Caucaseco.

En la visita de la CVC al complejo Caucaseco, en noviembre de 2021, los investigadores encontraron que los refugios de los monos dentro de las jaulas estaban cubiertos de heces y hongos. En la carta que la organización PETA —que inició la investigación de lo que sucedía en Caucaseco y alertó a las autoridades— le hizo llegar a la Fiscalía, y en la cual se incluyen testimonios de exempleados de Herrera y Arévalo, se lee:

Fueron necesarios cinco camiones para sacar los monos del centro de investigación Caucaseco. | Foto: CVC - A.P.I

“Tres monos hembra y un mono macho fueron encontrados muertos en sus jaulas. Como presuntas causas de muerte, estos reportes incluyen estrés, infarto del miocardio y neumonía complicada. Otras causas de muerte consideradas fueron tromboembolismo, trastorno hemorrágico y sepsis de origen ginecológico. Los plásticos que cubrían el área donde estaban los monos no estaban sujetados y se movían debido a la lluvia y el viento, exponiendo a los animales a la intemperie. Los monos no estaban debidamente aislados. Había gatos en el área adyacente a las jaulas, lo cual suponía un riesgo de toxoplasmosis para los primates. Cuatro o cinco monos Aotus murieron repentinamente entre el último trimestre de 2020 y el segundo trimestre de 2021″.

La carta continúa: “Se realizaron necropsias y los pulmones revelaron manchas parecidas a las observadas en las infecciones pulmonares. En una ocasión, un mono Aotus que había sido capturado recientemente se mordió la mano, lo que llevó al personal a recomendar una cirugía. Herrera no la aprobó y el mono murió poco después, presuntamente debido a la infección. En varias ocasiones, Herrera pidió que se extrajera más sangre de los monos de lo que era seguro, lo cual los habría puesto en peligro dado que su peso promedio es 600 a 800 gramos. A veces, no había ningún veterinario en el personal. La única persona a cargo del cuidado de los monos también era la única a cargo de los ratones, además de ser el aseador y jardinero. Esta persona era un adulto mayor, que había trabajado para Herrera y Arévalo durante muchos años, y no podía proporcionarles a los animales el cuidado adecuado. El área donde se realizarían las cirugías de esplenectomía estaba tan sucia que dos personas tardaron más de una hora en limpiarla”.

La CVC además ordenó el “cierre temporal y parcial del establecimiento en lo concerniente a las labores que se relacionan y derivan de la investigación con y sobre fauna silvestre; lo anterior hasta tanto se tramiten todos los permisos correspondientes para el funcionamiento de dichos proyectos de investigación”.