El afán de los últimos días del gobierno de Jorge Iván Ospina por dejar contratadas obras millonarias a través de las distintas dependencias y dejar atornillados en algunos cargos a personas cercanas a su círculo político, representa el más polémico cierre de un gobierno en muchos años en la capital del Valle.
Es el final de cuatro años marcados por escándalos constantes de corrupción, por las denuncias de medios y sectores sociales sobre el favorecimiento mediante contratos a familiares y amigos, y por los sobrecostos en la adquisición de bienes e insumos a través de distintas secretarías o de entidades descentralizadas.
Un gobierno que inició desde el día uno con escándalos por nombramientos polémicos y por la entrega de secretarías o dependencias como pago por respaldo político a personas con un pasado controversial en la administración de lo público, y que cerró el primer año, contra toda lógica y en plena pandemia, derrochando más de $24.000 millones en una feria virtual y un alumbrado móvil en los que la Contraloría de Cali halló un enorme detrimento patrimonial.
El segundo año resultó peor. Tras el paro nacional vinieron los actos vandálicos y Jorge Iván Ospina permitió, luego de que fue sacado a piedra y con insultos de algunos barrios de la ciudad, que los integrantes de la Primera Línea destrozaran algunos sitios de la ciudad, instalaran ‘peajes’ en algunas vías y destruyeran cámaras, semáforos y estaciones y buses del Sistema de Transporte Masivo.
De acuerdo con el senador Carlos Fernando Motoa, “los escándalos fueron el día a día en esta administración. Permanentemente se escuchaban escándalos en las diferentes secretarías y y lo que vemos es que los aliados políticos del alcalde Jorge Iván Ospina salieron muy fortalecidos por la contratación y la burocracia”.
“El aumento de la inseguridad y la percepción en la ciudad es también dramática; Cali retrocedió en esos asuntos que son necesarios para que la inversión y para que el empleo se genere, y nos deja una ciudad con una de las tasas más altas de informalidad del país, nos deja la ciudad más violenta de Colombia. El aumento de hurtos, extorsiones y homicidios en Cali ha venido generando desconcierto no solo en la región sino a nivel nacional”, agrega el senador Motoa.
Los últimos dos años
Los mayores escándalos en el tercer año de gobierno fueron por cuenta de los convenios interadministrativos con los que se evade la Ley 80 de contratación, con la adjudicación mayoritaria de contratos a ‘dedo’ y porque el megacontratista de la Alcaldía, Christian Camilo Moreno, quien recibió miles de millones a través de sus empresas, consorcios o uniones temporales, resultó ser primo suyo.
Ya en el último año empezaron a aparecer los entes de control y a comienzos del 2023 la Contraloría General le embargó sus cuentas bancarias por un presunto detrimento patrimonial en varios contratos, entre ellos, uno para dotar la ciudad con cámaras de seguridad y porque haría parte de una presunta red de corrupción que incluiría también a Emcali.
Desde mitad de año, también en Emcali, empezó Ospina a dejar nombrados en cargos destacados a algunos de sus amigos, incluida la exjefe de Comunicaciones de la Alcaldía, Luz Marina Cuéllar, a quien hace unos días la Procuraduría destituyó e inhabilitó en primera instancia por diez años.
El resultado de este accionar no es solo que Jorge Iván Ospina termina siendo el alcalde peor calificado del país y con la imagen por el piso, sino que él y algunos de sus funcionarios empezarán el 2024 respondiendo ante la Fiscalía General de la Nación y ante la Procuraduría por su participación en presuntos actos de corrupción.
“Por eso Ospina ocupó siempre los peores indicadores de gestión en el país y fue calificado en todas las encuestas como el peor alcalde de Colombia y con un pésimo manejo en la época del paro, de los bloqueos; destruyó el Sistema de Transporte Masivo. Por donde miremos, todo fue desastre, anarquía y desgobierno en estos cuatro años de Jorge Iván Ospina”, agrega el senador Motoa.
Un cierre de quinta
Pero si estos cuatro años del gobierno Ospina han sido polémicos, no lo han sido menos los últimos meses antes de tener que dejar el cargo.
“¿Qué es lo que esconden?”, se preguntó Cristina Arango, de la comisión de empalme, a través de X. “Lamentable que la administración de Ospina no quiera entregar información. Al parecer lo que vimos en el empalme es solo la punta del iceberg. El reto para la administración entrante es grande”.
También el alcalde electo, Alejandro Eder, denunció manejos irregulares en el Instituto Popular de Cultura, donde Ospina tiene afán de dejar una rectora instalada y en Emcali, donde buscan firmar a última hora, millonarios contratos. Esto “afecta de manera grave la transición de gobierno y los intereses de los caleños. Hago un llamado a los entes de control nacionales y territoriales, para que en el marco de su competencia preventiva eviten los atropellos y vulneración de derechos de toda la comunidad caleña”.
“Termina la era de Jorge Iván Ospina sin pena ni gloria, y envuelta en escándalos de toda índole; dejando contrataciones de última hora, y hasta señalamientos de abuso sexual de un funcionario de su círculo más cercano. Una ciudad tomada por la inseguridad, las vías destruidas y la corrupción galopando por todo lado”, concluyó el concejal Roberto Ortiz.
La ‘atornilló’ a Emcali para que Eder no pueda sacarla
Una de las personas más cercanas a Jorge Iván Ospina durante su periodo de gobierno fue la hoy exjefa de comunicaciones Luz Marina Cuéllar, a quien favoreció dejándola nombrada como jefe de Comunicaciones de Emcali antes de terminar su mandato y en medio de un revuelo en la torre de Emcali y de las denuncias de sectores políticos y del mismo sindicato por el intento de Ospina por dejar ubicados a sus amigos.
De acuerdo con algunos trabajadores, Ospina habría evadido varios procesos para imponer a su funcionaria y amiga como jefe de Comunicaciones de Emcali
y rechazaron que dejara al frente a una funcionaria con varias investigaciones por irregularidades en la contratación.
Sin embargo, esa ‘ayuda’ podría no resultar como lo planearon porque contra Luz Marina Cuéllar hay varias investigaciones en los organismos de control por presuntas irregularidades en la firma de contratos y convenios.
Justamente, la Personería de Cali anunció el pasado 15 de diciembre la destitución e inhabilidad de la funcionaria por diez años, por la irregularidad en un convenio interadministrativo con Corfecali para la “prestación de servicios de apoyo logístico para la implementación de una adecuada comunicación institucional de la gestión pública hacia la comunidad de Santiago de Cali”.
Según el ente disciplinario, la funcionaria desconoció “el principio de transparencia y el deber de selección objetiva” al firmar un convenio interadministrativo “para trasladar la facultad contractual a esta entidad (Corfecali) que carecía de capacidad de ejecución e idoneidad; tanto así, que terminó subcontratando bajo su propio régimen especial las actividades pactadas por las entidades contratantes, lo que impidió la participación de pluralidad de oferentes en condiciones de asumir o satisfacer las necesidades requeridas por la Administración”, dice el comunicado de la Personería.
Por estos hechos, la Personera Delegada de juzgamiento, calificó la conducta de la exfuncionaria como gravísima a título de culpa gravísima. También, por presuntas irregularidades en los proceso de contratación en el marco de la pandemia, la Personería le formuló cargos a Cuéllar a inicios de este año.
En este caso, la funcionaria de la Procuraduría Provincial de Cali, Mailde Gutiérrez Mondragón, le quitó el proceso a la Personería y se lo llevó a su despacho amparada en el control preferente, sin que a la fecha se conozca alguna decisión.