Sigue aumentando el nivel de descontento en la ciudad por la decisión de la Alcaldía de extender hasta las 5:00 de la mañana el horario de la rumba, a través de la estrategia Sello Calidoso.

La iniciativa ha causado malestar y fuertes críticas en algunos sectores caleños, que vienen adelantando plantones en diferentes comunas para presionar el desmonte de la misma.

Precisamente, el viernes se realizó un gran plantón en el barrio San Fernando, el tercero en menos de quince días, y ya se tiene programado una gran convocatoria, para los próximos días, que se citará frente a la Alcaldía con el propósito de que el alcalde, Jorge Iván Ospina, se pronuncie frente a los reclamos de la ciudadanía.

Entre tanto, el secretario de Seguridad, Jimmy Dranguet, ha salido al paso a los que se oponen a la medida, señalando que el Sello Calidoso no es una ampliación general del horario de la rumba en Cali, sino que es para algunos establecimientos que tienen una infraestructura que les permita cumplir con unos estándares de calidad.

La norma no aplica para estancos, juegos de sapo, billares o similares.
“Hemos analizado que no habrá un gran impacto en las noches de la ciudad, con más personas en las vías de las que ya tenemos. Lo que pasará es que la gente ya no irá a rumbear a Menga o a Candelaria, sino que preferirá quedarse en Cali, en los establecimientos con horario extendido”, afirmó Dranguet.

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Agregó que, de manera articulada con la Policía y Secretaría de Movilidad, se realizarán pruebas de alcoholemia en puestos de control, ubicados en diferentes horarios, para atender la dinámica de la rumba en los negocios con el Sello Calidoso. Es decir, que se reorganizará toda la capacidad operativa en el territorio, pero sin aumentar el pie de fuerza.

Dranguet anunció que algunos empresarios, amparados en la medida del Sello Calidoso, se han mostrado interesados en abrir nuevos establecimientos en zonas no residenciales, -una de las grandes quejas que tienen los caleños-, porque el horario extendido les permitiría el cierre financiero para ir trasladando la rumba a sectores como la comuna 4, en la periferia de la ciudad o el centro, donde no generarían molestias a los vecinos.

“Esto es lo nuevo, si la estrategia funciona, lo que vamos a tener es una reorganización de la rumba. Esto es lo mejor que le podría pasar a Cali, porque estarán concentrados en lugares donde no impactarán a la comunidad”, precisó el Secretario.

Pero la preocupación de los ciudadanos va más allá del horario y tiene que ver con la falta de preparación de la ciudad para tener un horario de rumba ampliado, en términos de seguridad (homicidios, riñas), accidentalidad, entre otros aspectos.

Cali, mucho más que rumba

Los que se oponen a la iniciativa, reiteran que la Sultana del Valle es mucho más que rumba y salsa.

En ese sentido, la edil Darschan Ocampo, subrayó que el alcalde Ospina “no puede seguir vendiendo a Cali como la discoteca más grande de Colombia”, e hizo un llamado a que reconsidere su decisión.

Asimismo, Willy Valdivia, experto en seguridad y profesor adjunto de la Universidad de Kansas, señaló que este tema no debe ser un debate político sino científico y técnico, considerando que estudios evidencian que, cuando se extienden los horarios nocturnos, se incrementa la violencia.

“Se sabe, por ejemplo, que se puede aumentar hasta en 18 % por cada hora que se extienda el horario nocturno. Y eso es en América Latina, Estados Unidos y Europa, por lo tanto, la mayoría de países no tienen horarios extendidos de rumba”, indicó el profesional.

Y agregó: “El mayor determinante de la violencia y las riñas en Cali no es solamente la ilegalidad o el microtráfico, también es el ruido. Donde hay ruido hay riñas y asesinatos”.

Adicionalmente, a los temas de seguridad y ruido, inquieta el bajo número de policías y guardas en los turnos de la noche para responder a las demandas de los caleños.

“Me atrevería a decir que hay una reducción del 60 % o el 70 % en el número de agentes de tránsito regulando las calles durante la noche”, advirtió Valdivia.

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Al respecto, el concejal Roberto Rodríguez dijo que es muy triste que Cali sea vista solamente como un referente de la salsa o la rumba. Cree que el Alcalde busca mejorar sus niveles de aceptación generando rumba.

“No puedo estar de acuerdo cuando se vulneran los derechos de la ciudad. Tenemos un POT que regula este tema, pero en vez de tener operativos de cierre, estamos abriendo. No puedo estar de acuerdo cuando los niveles de inseguridad no han sido controlados y nos están generando un riesgo latente; cuando las lesiones personales son casi el doble de los homicidios. Cali no está preparada para la ampliación de los horarios”, puntualizó.

En la ciudad, este año se han presentado, en promedio, tres quejas diarias por ruido ante el Dagma; también se registran 33 siniestros viales diarios, siendo los domingos los días con mayor accidentalidad.

Sobre el tema, Diana Marcela Redondo Rodríguez, vicepresidente de la JAC de San Vicente y Versalles, en la comuna 2, anotó que no sabe si la ciudad está preparada para el Sello Calidoso, pero “lo que sí puedo decir es que los ciudadanos no estamos preparados porque los establecimientos no cumplen con las normas: no tienen uso del suelo, ni insonorización”.

Además del ruido, arrojan residuos sólidos a las calles generando contaminación y desorden.

“En dos años de lucha diaria logramos cerrar dos bares que no cumplían la norma. Lo peor es que la ciudad no tiene la suficiente capacidad operativa para auditar la cantidad de establecimientos que hay, y esto significa que estamos a merced de estos bares ilegales. El sueño de llegar a casa a descansar se evaporó”, confesó.

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Santiago Dussán, profesor de análisis económico del derecho en la Universidad Javeriana, víctima también de la problemática del ruido, explicó que en términos jurídicos esto se denomina una externalidad negativa.

“Esto es que las acciones de una persona, en este caso un establecimiento, afectan involuntariamente a otras, como es el caso de la contaminación por humo. Lo mismo pasa con el ruido, unas personas montan un bar, viven de él, pagan unos costos, pero hay otros costos que estoy asumiendo yo y las personas que vivimos en inmediaciones del bar”.

“Ahí lo que está pasando es que mi derecho de propiedad sobre mi casa, sobre mi cuerpo y demás se está viendo afectado negativamente por las acciones de unas personas y la norma es tan ambigua que yo no puedo, por ejemplo, demandar al hotel Faranda porque está dañando mi propiedad al no poder vivir en mi apartamento”, enfatizó.

Literalmente, aseguró el docente, ampliar el horario hasta las 5:00 de la mañana significará para muchas personas que la noche, como espacio de descanso, desaparecerá.

Lina García, habitante de San Fernando, recalcó que hay una preocupación y alarma absoluta con el sello Calidoso, pero sobre todo “hay una gran incoherencia y falta de sensatez en las políticas de la Alcaldía y de sus secretarios”.

En cifras

- Hasta agosto el Dagma recibió 808 quejas por ruido, de las cuales se atendieron 663, 132 de ellas en la comuna 2; 85 en la comuna 19 y 77 en la 17.

- Según el Observatorio de Seguridad de Cali, hasta el 31 de julio de 2022 se registraron 574 homicidios, lo que representa una baja del 23 % comparado con el mismo período de 2021.

- La comuna 2, -donde ha habido graves denuncias por ruido-, tuvo la mayor alza en números de casos con respecto al año pasado.

- El análisis, según las horas de ocurrencia de los homicidios indica que el rango de 6:00 a 8:59 de la noche, presenta el mayor número de crímenes.

- El domingo es el día con mayor número de homicidios en 2022, alcanzando un total de 130.