Luego de dos meses en expectativa, la Alcaldía de Cali publicó este 1 de marzo un proceso contractual exprés para firmar en dos semanas la operación de los comedores comunitarios de Cali hasta septiembre.
Sin embargo, han llovido críticas por la propuesta de la Administración ya que, según algunas voces, se reduciría el total de raciones diarias entregadas a 62.085, alimentando a igual número de personas por día, 27.000 menos que en 2023.
Es importante recordar que este programa benefició a 89.000 ciudadanos según la última rendición de cuentas de la Alcaldía, el año pasado.
El concejal Roberto Ortiz calificó de preocupante la situación y expresó que es injusto dejar a todas esas personas sin seguridad alimentaria.
“Alcalde Alejandro Eder, le hago un llamado de urgencia para que sea usted quien lidere este proceso porque, al parecer, la secretaria de Bienestar Social (Ana Carolina Quijano) no tiene el suficiente conocimiento sobre gestión pública para aumentar el número de raciones en lugar de disminuirlo, como pretende hacer en los comedores comunitarios”, cuestionó.
Ortiz añadió que el hambre origina violencia y conflicto, por lo que es urgente que haya un trabajo arduo para lograr los 1000 comedores con las suficientes raciones diarias, una de las propuestas principales de Alejandro Eder en campaña.
La polémica
El País conoció que en el marco del proceso contractual iniciado (que no es una licitación), la Secretaría de Bienestar recibió dos observaciones, una de ellas provino de la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz, organismo de la Arquidiócesis de Cali. En la observación, la entidad pidió que no se disminuyera el número de raciones a entregar, pero la Alcaldía la rechazó.
“El programa Seguridad y Soberanía Alimentaria cuenta con un indicador (...) cuya meta es la de 38.000 personas beneficiarias; no obstante, para la presente contratación serán beneficiarios 62.085. (...) En virtud de lo expuesto, no se acepta la observación”, expone la respuesta de la Secretaría de Bienestar.
El organismo de la Administración, entre otras cosas, subrayó que en 2023 se atendieron 59.895 personas, desvirtuando indirectamente la información dada por la Alcaldía anterior.
También indicó que la cantidad de beneficiarios fue disminuyendo en los últimos años (83.595 en 2021, 62.135 en 2022 y 59.895 en 2023), por lo que, por el contrario, aumentaría para este año.
En su respuesta, la Secretaría reconoció la importancia de ampliar la cobertura del servicio, pero este propósito recién se reanudaría, con las zonas a priorizar, “a partir de la culminación de la etapa de diagnóstico”, es decir, luego de terminado este contrato.
Las razones detrás de la disminución, añadió la Secretaría, serían económicas, debido a los pocos recursos que se tienen para el programa, pero llama la atención que de los $ 34.000 millones que la Alcaldía pasada asegura que dejó para arrancar los comedores este año, la Secretaría de Bienestar solo inyectará en este contrato poco más de $ 26.388 millones, ya que los $ 8747 millones restantes para el valor total del contrato los pondrá el asociado que firme con la Alcaldía.
Urge iniciar el programa
El presidente del Concejo, Carlos Andrés Arias, manifestó que la población vulnerable de Cali no puede dejar de ser atendida tanto tiempo, y agregó que esta situación no se puede repetir en los próximos tres años de gobierno.
“Esperamos que todas estas atenciones sociales no pasen del mes de marzo sin iniciar porque ahí ya tendríamos un problema de orden social muchísimo más grave del que hoy ya tenemos”, comentó el cabildante.
Ante el tardío arranque, algunos directores de los 762 comedores comunitarios han optado por iniciar por su cuenta, como es el caso de William Delgado, del emblemático comedor Juan XXIII, creado hace 50 años.
“Estamos operando en estos momentos con los aportes de la comunidad y con las ayudas que nos dan los comerciantes del sector, entre otros. Hemos tenido cero contacto con la Alcaldía, con la secretaria (Ana Carolina Quijano) tampoco”, contó.
Delgado sostuvo que los aportes que han recibido son fundamentales, pero no alcanzan. Antes atendían entre 200 y 220 personas al día; ahora solo llegan a 80 o 100 beneficiarios.
“Nosotros con la parte alimentaria hemos logrado disminuir la violencia. En una ciudad donde hay hambre, eso resulta en miseria y violencia. El alcalde no puede generar un estallido social, porque eso es lo que puede ocurrir al dejar a las personas sin comida, con hambre, la gente no se va a aguantar eso”, dijo el director.
El País trató de comunicarse, en repetidas ocasiones, con la Secretaría de Bienestar Social para que se pronunciara sobre el tema, pero no atendió el llamado.
No olvide
A inicios de este año hubo un rifirrafe entre las nuevas autoridades de Cali y la exsecretaria de Bienestar Social, María Fernanda Penilla.
En ese momento, la hoy secretaria Ana Quijano dijo que la intención era que “todos (los comedores) sirvan entre 70 y 100 raciones”, pero eso se contempló para los 350 comedores que iban a operar inicialmente.