En Cali, la movilidad ha empeorado con el paso de los años, mientras el MÍO, medio de transporte llamado a ser la solución, solo contó con una satisfacción promedio de 4.1 en los caleños en 2022, en una escala de 0 a 10.
En esta medición, cero significa ‘nada satisfecho’ y diez quiere decir ‘completamente satisfecho’.
“La falta de acceso a servicios de transporte público eficientes, el deterioro de la infraestructura vial y la semaforización no inteligente son algunos de los factores que han conllevado a congestiones vehiculares críticas durante las horas pico y, por consiguiente, han dificultado el desplazamiento de vehículos y personas”.
Estos datos son entregados por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Icesi (Polis), en un nuevo reporte de la alianza EnCALIpedia, la cual busca que los caleños conozcan a profundidad los problemas que afectan a la ciudad de cara a las próximas elecciones a la Alcaldía.
El informe detalla que el servicio público de transporte debe cumplir con criterios de calidad y cobertura.
Sin embargo, los caleños expresaron que el servicio prestado por el MÍO no es el mejor. En una escala de 1 a 5, donde 1 es muy malo y 5 es muy bueno, los ciudadanos indicaron no estar muy satisfechos con aspectos como las frecuencias de las rutas durante el día (3.2), durante la noche (2.7), el precio del pasaje (3.3), la comodidad durante el viaje (3.0) y la limpieza del servicio (3.3).
En cuanto a la cobertura, el Observatorio Polis señala que el MÍO cuenta con 684 buses habilitados, 6 terminales, 55 estaciones y 4973 puntos de parada ubicados en estaciones, terminales y corredores pretroncales de la ciudad.
Pese a esto, la infraestructura física del sistema no coincide con la distribución de la densidad poblacional de Cali (ver mapa inferior). “Desvincula el oriente de la ciudad, donde vive el 30 % de la población caleña”, dice el documento.
Estos aspectos hacen que la calidad del MÍO decrezca con los años. De acuerdo con un estudio publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 2022, “la baja calidad del transporte público en América Latina y el Caribe ha aumentado la competitividad del automóvil, posicionándolo como modo altamente elegido para distancias superiores a los 800 metros”.
De hecho, el MÍO pasó de ser utilizado casi por la mitad de los caleños que se movilizaban por la ciudad en 2015 (47 %) a ser el medio preferido por el 35 % en 2022. Esto sin contar que el pico más bajo de uso es reciente, del 2021, cuando solo lo usaron el 25 % de los ciudadanos.
En contraste, otros medios de transporte como el vehículo particular han subido sus números, llegando a un 53 % de preferencia en 2021, mientras otros medios de transporte, como el pirata, el taxi y la bicicleta, entre otros, llegan a ser usados en conjunto por el 26 % de caleños en 2022, siendo la cifra más alta de esos medios de transporte combinados (ver tabla inferior).
El problema de la informalidad
El transporte informal en Cali mueve alrededor de 450.000 pasajeros diarios y puede llegar a ser hasta un 50 % más rápido que el MÍO, según Polis.
El problema de esto es que la también llamada “piratería” opera en gran medida con vehículos particulares. “El uso desmedido del vehículo particular está generando importantes externalidades, en la forma de congestión y contaminación, que afectan a la calidad de vida de las ciudades de América Latina y el Caribe”, afirma el estudio del BID.
El Banco Interamericano sostiene que deben generarse políticas públicas para revertir esto, sin embargo, el Observatorio de Políticas Públicas considera que en la ciudad no se ha contenido de buena forma el flagelo.
“En Cali, la administración municipal ha tenido una dirección poco clara de intervención con el transporte informal. Ni las medidas punitivas impuestas a los conductores, ni las advertencias sobre los riesgos que corren los usuarios al utilizar este medio de transporte, representan una solución a largo plazo”, dice Polis.
De acuerdo con Paola Cruz, analista en Tránsito y Transporte de la Universidad Javeriana, el panorama luce bastante grave. “Si seguimos en esa dinámica, vamos a llegar a un punto en el que no va a ser sostenible la movilidad, no va a haber infraestructura vial que aguante”.
Comentó que si bien el transporte informal se ha vuelto un ingreso para muchas familias, no puede ser permitido, por lo que deben redoblarse esfuerzos para mejorar el transporte público y aumentar los controles a la informalidad.
“Eso es lo que tiene que hacer el alcalde que llegue, pero no podemos caer en la aceptación de que existe ese transporte informal y que hay que dejarlo permanecer”, aseveró Cruz.
La clave es el MÍO
Expertos en movilidad dicen que la mejoría en la movilidad pasa por el retorno de un mayor número de usuarios al MÍO, para lo cual debe mejorar.
En cuanto a cobertura, la Troncal Oriental puede ser una solución para la comunidad del oriente de Cali, pero de los tres tramos que la comprenden, ninguno está en operación aún.
El plan de salvamento del sistema ya inició, con la aprobación del proyecto 180 en el Concejo, pero aún no se han comprado más buses para integrar la flota, no se han terminado de saldar las deudas con los operadores y, en general, todavía no se ven los resultados.