El Museo La Tertulia se engalana, año tras año, para ser sede de eventos y exposiciones y recibir a cientos de personas que lo visitan como sitio turístico obligado de Cali. Pero mantenerlo en todo su esplendor ha sido una tarea difícil por cuenta de algunas personas que, con sus acciones, se han encargado de desmejorar la imagen de sus instalaciones.
Recientemente fue noticia el graffiti que se pintó sobre algunas señales ubicadas en el lugar. Ana Lucía Llano, directora del museo, señaló que gracias a la difusión que hubo en redes sociales sobre el hecho, y con ayuda de algunas figuras públicas importantes, se dio solución de manera pronta.
“No sentimos que lo del graffiti sea vandalismo contra el museo, pero debido a estas acciones cada mes tenemos que volver a limpiar. La pintura solo para uno de los edificios cuesta $ 6 millones, sin contar con el deterioro que puede sufrir la piedra”, sostuvo la directora del museo.
Y deterioro porque no se trata solo de pintar. Cada vez que las columnas se llenan de graffitis, deben ser pulidas, raspadas, lo que mensualmente va desgastando la infraestructura.
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Pero esto no es lo único que sucede en La Tertulia. También se denunció que las motos, principalmente, invaden la carretera en un espacio de prohibido parquear; que hay personas que a altas horas de la noche tienen enfrentamientos o expenden drogas en la posterior del museo, o que durante el día llegan habitantes de calle que han encontrado en La Tertulia el lugar ideal para resguardarse.
“Sobre los habitantes de calle trabajamos mucho con Bienestar Social, pero es un tema complicado de manejar porque nos dicen que si el espacio les da las condiciones para habitarlo, si tienen agua y dónde dormir, lo más probable es que ellos regresen siempre. Y ese es un tema, pero también está lo de los jardines. Aquí vienen y se nos roban las hojas para venderlas, se llevan los plátanos, es el baño público de la gente, y muchas más cosas”, comentó la directora Llano.
Es por esto que las directivas del museo pidieron apoyo de los ciudadanos para cuidar el lugar, así como mayor atención y acompañamiento de la Administración Municipal para solucionar las situaciones que se presentan.
“Nosotros buscamos que este espacio esté verdaderamente abierto para todos, y que la percepción que tenga el usuario y la comunidad sea de seguridad, bienestar, limpieza. El llamado es a encontrar una estrategia de concientización del cuidado de este espacio”, dijo Llano.
La secretaria de Gobierno de Cali, Nhora Mondragón, indicó: “Vamos a hacer unas mesas intersectoriales la próxima semana para hablar de las dificultades. Ella (la directora Llano) me pide más apoyo con el tema de las motos que se estacionan mal, también con el Dagma para revisar los árboles y evitar riesgos por enfermedades de estos, en la seguridad me dijo que necesita más acompañamiento”.
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Se planea que las directivas del museo tengan un contacto directo con las Secretarías para que estas puedan actuar en el momento necesario.
A pesar de las acciones que se desarrollarán, a partir de las reuniones, la secretaria de Gobierno también mencionó que “es importante mirar lo que sucede con la cultura ciudadana y las personas que vandalizan o ponen graffitis en todo lado. Hay que ver qué acciones positivas estamos haciendo para mejorar nuestro relacionamiento con la ciudad, porque siempre se dice cómo actúa la Administración, pero y cómo actúan los ciudadanos, qué acciones tienen para demostrar que quieren a Cali”.
Desde la Secretaría de Cultura se indicó que están en constante relación con el museo y que las dificultades que enfrenta tienen que ver más con problemas de ciudad, que se viven a nivel general en muchos sectores.
Ronald Mayorga, secretario a cargo de esta dependencia, dijo que “al museo lo vinculamos permanentemente en la circulación de nuestros festivales. Está protegido bajo nuestro programa de conservación. Necesitamos es hacer más pedagogía para que todos entiendan que es un espacio que ofrece muchas cosas positivas”.