Hablar del patrimonio histórico de Cali es hablar del pasado, de un valor histórico social, cultural y arquitectónico que ha comenzado a borrarse, bien sea por la mano del hombre o negligencia del mismo.
Basta hacer un recorrido por algunos de los declarados Bienes de Interés Cultural, BIC, (en Cali hay 263) para darse cuenta de la magnitud del olvido a que han sido sometidos.
Un ejemplo de ello es la casa de Jorge Isaacs, en el barrio El Peñón, y el Antiguo Molino Roncallo, los cuales, según el arquitecto e historiador Benjamín Barney, se encuentran abandonados, mientras de muchos otros solo quedan sus fachadas, cascarones que no dicen nada de la Cali antigua.
Según afirmó, la dirigencia caleña desconoce la importancia de preservar el patrimonio y los diferentes gobiernos se han limitado al formalismo legal de relacionar en dos Planes de Ordenamiento Territorial, POT, los inmuebles con sus respectivas fichas como bienes de interés cultural.
“No hay políticas estatales para garantizar en forma real la protección de esos inmuebles, como serían apoyos a los propietarios en rebajas al IPU y otros alivios que permitan su mantenimiento”, sostuvo la veedora.
Un ejemplo claro de lo que está pasando con los BIC en la ciudad es el edificio Coltabaco, ubicado en el centro histórico de Cali, que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1969 y Patrimonio Urbano Arquitectónico en 1993.
Sin embargo, según Luz Betty de Borrero, “la actual administración lo destruyó en su interior” para destinarlo como sede del Instituto Popular de Cultura, IPC.
Al respecto, el arquitecto Barney explicó que para este edificio aplicaron la norma de sismo resistencia para inmuebles nuevos cuando debieron aplicar la que existe para Bienes de Interés Cultural que se deben conservar. “Entonces demolieron el interior sin ninguna necesidad”.
En cuanto a la casa de Jorge Isaacs, donde el escritor terminó María, obra cumbre del romanticismo colombiano, sostuvo que la casa colonial ya no existe, la tumbaron en los años 30 para hacer una casa nueva. que también está abandonada.
Otros BIC que solo son fachadas
Otro inmueble que solo es una fachada es Villa Felisa, una casa de estilo republicano, que hace parte de las primeras casas que se construyeron en el barrio Granada, a principios de los años 20 del siglo pasado.
Según el arquitecto Carlos Vélez, nieto de Salomón Vélez Cuartas, propietario de la vivienda a la que llamó así en honor a su esposa, Ana Felisa Montoya, recuerda que a ese sector de la Avenida 6, le llamaban ‘la Calle de los Paisas’ porque muchos de los propietarios venían de Antioquia y Caldas. La Felisa fue construida en un lote de aproximadamente 1200 metros cuadrados permaneció en la familia Vélez Montoya hasta los años 70, cuando fue vendida a la Universidad Santiago de Cali.
El historiador Víctor Raúl Martínez, la recuerda porque tuvo la oportunidad de hacer su carrera allí y según cuenta fue una de las primeras propiedades que apareció en el listado oficialmente aprobado de bienes inmuebles declarados patrimonio de la ciudad.
Después de la Usaca, la Casa la Felisa ha tenido varios dueños particulares y ha sido utilizada para distintas actividades incluyendo restaurante, parqueadero y supermercado.
“Ha sido doloroso ver el deterioro del patrimonio arquitectónico de la ciudad, debido a la negligencia de las administraciones pasadas e incluso de la Sociedad de Arquitectos y la academia en lo que respecta a la defensa de este invaluable patrimonio de los caleños”, destacó el arquitecto Vélez.
De otro lado, Luz Betty de Borrero anotó que en el Centro Histórico, en la Calle 6 entre carreras 4 y 5, “en toda esta zona dejaron solo las fachadas, tumbaron esas casonas, no se preocuparon para hacer una buena conservación de estas casas como sí ocurrió en La Candelaria, destruyeron todo y se convirtieron en parqueaderos”.
Más adelante, a la altura de la Carrera 4 entre 6 y 5, hay un letrero que dice Casa Museo Hernán Martínez Satizábal, el dueño era soltero y al morir la donó a la Sociedad de Mejoras Públicas. Esta es la segunda casa más antigua de Cali, y cuando se entra en ella es como retroceder a principios de los años 1900 y a finales de 1800. A través de ella se puede entender cómo era la sociedad de ese momento, cómo vivían las familias de clase alta de Cali, los corredores frente al patio interior donde seguramente las mujeres se sentaban a tejer, a conversar, un árbol de la cruz que tiene más de 100 años.
En ese listado de patrimonios que son solo fachadas está el Hotel Aristi, que fue remodelado por los mismos constructores de la Sagrada Familia, actualmente en litigio.
Según Luz Betty de Borrero, no debieron destruir la memoria, cuando la gente entra por el primer piso, por la Carrera 9, solo hay un centro comercial, solo dejaron la fachada, cuando allí era donde llegaban las personalidades, era el centro de las primeras ferias de Cali, donde se hospedaban reinas, artistas y toreros, pero “todo eso fue destruido, todo es nuevo”.
El historiador Ricardo Realpe, rememora que había que pagar dos pesos para entrar a bañar en la piscina y que fue Adolfo Aristizábal, quien lo construyó con 320 cuartos. “Hoy es un hotel y centro comercial totalmente renovado y moderno”, señala.
Y así muchos otros como el hotel María Victoria, el colegio Sagrada Familia que fue demolido para adecuarlo a actividades comerciales; la iglesia de San Martín, que fue convertida en una bodega y la casa cural demolida totalmente.