El Concejo de Cali calificó como floja la respuesta de la Alcaldía de Cali frente a los casos de violencia sexual en las instituciones educativas de la ciudad reportados durante el año 2022.
Este debate de control político se da luego de la insistencia de muchas mujeres frente a la penosa situación de violencia sexual que vivían en sus instituciones. De hecho, en lo corrido de 2022 se reportaron más de 55 de estos casos en los que eran víctimas, en su mayoría, adolescentes entre 10 y 17 años.
“Quedó en evidencia que la Secretaría de Educación conocía los hechos de acoso sexual que se presentaron en las instituciones educativas oficiales durante el año 2022, sin embargo, no fue hasta que se presentó un escándalo ambientado por los medios de comunicación que tomaron medidas correctivas frente a estas situaciones, las cuales tuvieron algunas debilidades”, cuestionó el concejal Terry hurtado.
De acuerdo con el cabildante, las instituciones educativas públicas de Cali no cuentan con el personal de apoyo psicosocial para atender estos casos.
“Incluso hubo un periodo de seis meses en los que no se contrató el personal de apoyo psicosocial por parte de la Secretaría de Educación de Cali”, denunció Hurtado.
Los hechos de violencia sexual denunciados por los estudiantes son repudiables, que van desde tocamientos y roces, manipulación de la ropa y el uniforme de manera sexual, hasta hostigamiento en espacios virtuales y redes sociales.
“Esperamos que el Comité Consultivo Interinstitucional de Prevención de Violencias Sexuales trabaje de una manera más rigurosa porque ninguna de las metas que se habían planteado fueron alcanzadas. Además, que haya un compromiso real porque, hasta el momento, el secretario de Educación le ha dado la espalda al tema de la violencia sexual en las instituciones educativas”, recalcó Hurtado.
Según Hurtado, la Secretaría de Educación no presentó ningún informe que dé cuenta del diseño de estrategias eficaces para la prevención de estas situaciones, a pesar de los múltiples casos que han sido denunciados.
Además, comentó que “no es necesario que ocurran los hechos para que haya un trabajo de prevención y toda la planificación necesaria; con la inversión, preparación y cualificación del personal que permita evitar que ocurra la violencia sexual en las instituciones educativas”.
Cali es una ciudad intolerante
Durante el 2022 se registraron 2.305 denuncias de violencia intrapersonal en la ciudad, lo que representa un incremento del 9,1 % frente al año inmediatamente anterior, según el más reciente informe del Observatorio Cali Cómo Vamos.
Un panorama similar se presenta con la violencia intrafamiliar que aumentó por segundo año consecutivo con 2.240 casos en Cali lo que constituye un crecimiento del 24,2 %.
Las amenazas en Cali también aumentaron, en total fueron 5746 denuncias, cifra 35,4 % superior al año inmediatamente anterior.
Estas cifras corresponden a todo el 2022, enfrentadas al mismo periodo de tiempo del año precedente.
Después de un considerable descenso en los casos de violencia interpersonal, intrafamiliar y sexual en 2020, se han venido incrementando nuevamente los casos en los últimos 2 años en Cali, situación que supone un llamado de atención, pues el hecho de compartir cotidianamente con las demás personas, sea en ambientes familiares, laborales o académicos promueve valores, esenciales en la sociedad, como el respeto y la empatía.
Los hombres son las principales víctimas de violencia interpersonal en Cali, representando 2 de cada 3 casos en 2022. Según género, respecto a 2021 la variación porcentual en los casos de violencia interpersonal en mujeres fue 3 veces mayor a la de los hombres (16,5 % vs. 5,5 %).
De igual forma, en 2022 el número de mujeres víctimas creció un 62 %, 5 veces mayor al comportamiento registrado para víctimas hombres.
Preocupa la violencia sexual
795 casos de exámenes médicos por presunto delito sexual se registraron en Cali en 2022, una cifra 2,1 % menos que en 2021 y el segundo menor dato de los últimos 18 años. Las cifras que se han registrado en Cali desde 2020 son notablemente inferiores a los casos reportados previo a la pandemia.